Laporta niega pagos por favores arbitrales y ataca con dureza al Real Madrid y a Tebas

Ante un auditorio con 110 periodistas -más que en la despedida de Messi- el presidente del Barcelona se encarnó como víctima de «un linchamiento mediático» y de «algunas personas» que «han visto una oportunidad para intentar cargarse uno de los elementos identitarios más importantes de Catalunya». Aquí buscaba llegar al corazón de los culés. También tenían el mismo destino sus duros ataques al Real Madrid y Javier Tebas, enemigos irreconciliables entre ellos, pero a quienes presentó como parte de la conspiración para «dañar la reputación de su club».

A este pareja dirigió las más duras palabras. Presentó a los blancos como «el equipo del régimen» y añadió que «durante 70 años, las personas que debían impartir justicia en el terreno de juego eran designadas por personas que eran exsocios, exjugadores o exdirectivos, o todo a la vez, del Real Madrid». Que los blancos se hayan personado en la causa como parte afectada lo tilda de «un ejercicio de cinismo sin precedentes». Lo que espera, añadió, es que «este juicio sirva para que se le pueda desenmascarar y que se les ponga en su sitio».

Llegado el turno de cargar contra Tebas, dijo que el presidente de la Liga «ha alimentado la polémica y ha aportado documentación falsa a la Fiscalía. Ha actuado de pirómano». «Esta campaña estalla casualmente cuando el Barcelona no ha firmado con el fondo CVC. No nos doblegamos a sus intereses. No es por casualidad todo esto», aseguró.

La energía que empleó para presentarse como víctima y atacar a sus rivales se convirtió en vacilación cuando llegó el turno de explicar por qué su club pagó 7,3 millones durante 17 años al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, por qué dobló el pago durante su anterior mandato a las empresas del exárbitro, dónde están sus informes y por qué el exdirectivo de la Federación Catalana, Josep Contreras, ya fallecido, hacía de intermediario y se quedaba con una comisión. «No voy a opinar sobre terceras personas», se escabulló. «El Barça no ha cometido ningún delito. El 'caso Negreira' no es ningún delito de corrupción deportiva», sentenció.

Laporta se colocó ante el atril con una mesa al lado en la que se depositaron cuatro cajas con «629 informes y 3 CD's» que «ha encontrado la investigación interna». «Son informes bien redactados, de mucha calidad. Además, algunos cuentan con ilustraciones», ensalzó el presidente azulgrana. Aquí llega uno de los puntos débiles de la defensa del Barcelona. Esos son los informes redactados por el hijo, Enríquez Romero, a partir de 2014. «Siempre he entendido que el prestador de servicios era el hijo», mantuvo Laporta.

¿Y dónde están los informes del padre realizados entre 2001 y 2014? El excolegiado dijo a la Fiscalía que eran verbales, lo que deja en posición delicada al club. Laporta admitió que la empresa auditora sólo encontró uno en el periodo anterior a 2014 y que no hay rastro de los demás. «La mayoría de documentos se destruyen al cabo de cinco años. Este tipo de informes caducan, sobre todo los de 'scouting'. Hemos visto alguna referencia a algún partido de 2013. Que no se encontraran los informes de otras épocas no quiere decir que no existieran», justificó.

El asunto central del caso es dilucidar si el dinero que pagó el Barcelona a las empresas relacionadas con Enrique Negreira tenía como objetivo influir en los resultados deportivos. La Fiscalía mantiene que se buscaba que «favoreciese» al club.

El exdirigente arbitral declaró a la Agencia Tributaria que se le contrató para garantizarse la arbitrajes «neutrales». «En el informe de la Agencia Tributaria se desprende claramente que el señor Negreira dice eso como una hipótesis personal. Nadie del club le dijo a él que esto era para buscar la neutralidad», se defendió el presidente.

Laporta cree que la acusación no podrá avanzar más. «La Fiscalía no ha podido demostrar que los pagos hechos a las empresas relacionadas con el señor Negreira pudieran influir en las designaciones arbitrales ni en los resultados deportivos. No lo han podido hacer porque no era posible», sentenció.

Uno de los puntos más oscuros del caso es la intervención en él de Josep Contreras, directivo de la Federación Catalana y miembro de la Comisión Deportiva azulgrana fallecido las pasadas Navidades. Se sospecha que se hacía cargo de los informes del hijo de Negreira a cambio de comisiones. Aquí Laporta se quitó de enmedio. Lo primero que hizo fue recordar que «nunca fue directivo». Y añadió: «Sus empresas facturaron en un periodo que no era mi mandato, entre 2013 y 2018». Si se demuestra la tesis de la Fiscalía de administración desleal, el Barcelona «sería el perjudicado, sería la víctima».

Laporta heredó en 2002 los informes de Negreira de su antecesor Joan Gaspart. ¿Por qué los mantuvo? «Nuestro tesorero me comentó que había estos servicios. Intenté saber con exactitud de qué se trataba y, cuando comprobé que el asesoramiento arbitral era interesante, mantuvimos el servicio».

Pero fue más allá. Durante su primer mandato elevó en un 102% el pago a Negreira, según un informe de la consultoría KPMG revelado este lunes por 'El Mundo'. Laporta dijo tener una explicación para ello. «Los servicios incrementaron porque hubo más servicios de 'scouting' al aumentar las competiciones. Los pagos se subieron a un precio de mercado».

El gran miedo del Barcelona es que la investigación abierta por la UEFA acabe con el club apartado de las competiciones oficiales. «El señor Ceferin (presidente de la UEFA) está actuando con prudencia y de forma responsable. No ha caído en la trampa del señor Tebas. Los inputs que tengo es que la UEFA se pronunciará cuando seamos juzgados. Y como estoy convencido de que somos inocentes, estoy tranquilo».