Mendilibar celebra a volteretas la oferta de renovación del Sevilla

Nadie en Sevilla imaginaba hace dos meses que Jose Luis Mendilibar iba a ser alzado a hombros en el balcón del Ayuntamiento. Con el título de la séptima Europa League del club a un lado y toda la plantilla a su alrededor pidiendo su continuidad. El de Zaldívar fue ayer el alma de la fiesta en la celebración de su primer trofeo continental, donde celebró con una voltereta la oferta de renovación que finalmente ha recibido. Cada gesto, saludo o guiño del técnico fue aclamado por toda la afición del Sevilla, que ya le ha subido a los altares de los grandes entrenadores de la historia del club.

Había ganas de fiesta en Sevilla y la plantilla quiso darle protagonismo a su técnico. «A ver, estos cabrones quieren que hable yo y no se que decir», arrancaba en cada intervención. Y ante las dudas, los jugadores aprovechaban para levantarle pese a su oposición. Con el micrófono en mano, sus gritos eran más propios de un pastor guiando el ganado o de una serie de Telecinco. «Iiiieeeeeeeee, Ieeeeeee», repetía con apuro, tratando de hacer ver que su integridad física corría riesgo a los hombros de unos cuantos jugadores con varias cervezas encima. «¡Estos cabrones me echan!», le decía a sus seguidores entre risas. ¡Aupa Sevilla! ¡Sevilla hasta la muerte! y ¡Todos seremos del Sevilla! fue todo lo que llegó a decir, entumecido por los nervios de una situación atípica para él. ¡Venga para bajo!, imploró.

A través de sus ojos se percibe el brillo no solo de una primera vez, si no de algo impensable para su carrera. Hace un año reflexionaba sobre su futuro. Había descendido al Eibar y por alguna extraña razón, no encajó en el Alavés. No logró cambiar el rumbo ni pareció ser el mismo entrenador reconocible de toda su carrera. Señalado por los cambios a Joselu y una directiva que le cesó a los 12 partidos tras un balance de 8 de 36 puntos posibles.

Esperó otra oportunidad para reencontrarse consigo mismo y le llamó todo un Sevilla en claro riesgo de descenso. «Alguno pensaba que era un tontolaba por venir aquí y que esto estaba muerto», dijo a los pocos partidos. Una medida de urgencia. Un acierto incontestable. Pero una continuidad en el aire. Monchi, el director deportivo, no fue tan explícito como acostumbra tras la consecución del título en Budapest. Mientras tanto, la afición y los jugadores pedían su renovación. «Se debe quedar al 100%, nos ha transformado». Hasta Suso, con el que se las tuvo tiesas al principio, dijo que se lo merece.

Un clamor que quedó resuelto sobre el césped del Ramón Sánchez Pizjuán en boca del presidente Pepe Castro. «Hace semanas los medios preguntan por qué no hemos renovado a José Luis. Esta noticia estaba reservada para ustedes, los sevillistas, que nos habéis llevado en volandas a por esta Europa League. Le hemos ofrecido un nuevo contrato... ¡Viva Sevilla!», anunció. Éxtasis en las gradas y en el campo. Miles de personas pidiendo la voltereta que ha viralizado Mendilibar. Y el técnico de 62 años se transformó en niño.

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