La fórmula de Ibai Gómez para hacer del Arenas el mejor equipo de España: «Me dejo la vida por lo que creo»
El ex del Athletic convierte al histórico club de Getxo en el que más puntos suma en las cuatro primeras categorías pese a un bajo presupuesto y dobla la asistencia a Gobela
Ibai Gómez (bilbaíno de Santutxu, 35 años) ha convertido al Arenas en el mejor equipo en las cuatro primeras categorías del fútbol español. Suma 38 ... puntos en 16 partidos en el Grupo 2 de Segunda RFEF, a una media de 2,375 puntos por encuentro. Ninguno de los otros 171 equipos en estas divisiones ha llegado a tanto. Cierra la primera vuelta como campeón de invierno y distanciará en ocho puntos al segundo (Eibar B) si le gana el sábado en Gobela (18.00 horas).
Sus números impactan. Su proyecto se basa en un juego ofensivo, pero el rendimiento atrás es magnífico. Es el segundo máximo goleador en su grupo (27 dianas), ha acabado 9 de 16 partidos sin ceder un gol y en casa sólo ha encajado dos en ocho duelos.
«Quiero que el equipo transmita energía, orden y que defienda lo más lejos posible. La idea es ser un equipo que domina en campo rival y que usa la posesión del balón para llegar», explica en su pequeño despacho en los bajos de Gobela iluminado por una luz roja que reduce el estrés.
¿Y cómo convence a los jugadores? «Creo en lo que hago. Me dejo la vida por lo que creo. La clave es que el jugador tenga fe en el mensaje que lanzas y yo siento que los jugadores lo hacen desde el primer día».
Hay que prestar atención a Ibai Gómez como entrenador. Ha llevado el entusiasmo a este histórico club fundador de la Liga en Primera y que ganó la Copa de 1919. Se estrenaba al frente de un equipo senior tras brillar la pasada campaña en el Santutxu juvenil, el club en el que se formó, y al que dejó sexto en División de Honor, el segundo mejor puesto de su historia.
«Veníamos de años malos. Uno de los objetivos era volver a enganchar a la gente. Hemos doblado el número de espectadores por partido y pasado de 350 a 700», se felicita Óscar Sampayo, el director deportivo del Arenas. Todo ello con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, «de la mitad para abajo en nuestro grupo», jugadores que ganan entre 300 y 1.700 euros y una mayoría de refuerzos (ocho) entre Tercera y desde el Santutxu juvenil, de donde Ibai se llevó a tres jugadores, dos de ellos -Varona y Sustatxa- titulares indiscutibles.
Llamado a ser entrenador
Ibai estaba llamado a ser entrenador. Creció a la sombra de los banquillos mientras veía dirigir partidos a su padre 'Mitxelo'. A los doce años ya dirigía a niños de cinco. En su primera etapa en el Athletic pidió permiso a Marcelo Bielsa para dirigir a unos críos en el Santutxu.
Cuando, ya retirado, sus pasos le encaminaron a los banquillos quiso empezar desde el mismo sitio en el que lo hizo como jugador. Tuvo ofertas para ir a la cantera del Alavés y este curso al Granada B. Eligió un camino menos cómodo. «Prefiero no hablar de equipos, pero sí que hubo otras ofertas, hubo filiales interesados, pero creía que lo mejor era un club como el Arenas porque asumir el riesgo de irte a la calle por malos resultados es parte del proceso de aprendizaje».
Hay otro trasfondo. Ir al Arenas le permite trabajar como quiere hacerlo. Puede ir con su equipo. Y es amplio. «Busco que todo sea lo más profesional posible. Me dan una bolsa de dinero. Gano menos, pero le doy mucha importancia a lo que tengo a mi lado». Y a su lado hay nueve personas a las que él paga. A saber, tres asistentes (el exjugador del Athletic Fernando Amorebieta, Iñigo Larriketa y David Vinatea) y siete colaboradores externos, dos de la preparación física, uno de fisioterapia, un médico, un encargado de alimentación, otro de scouting y un coach que va un par de días por semana. Todos trabajan codo con codo con las personas a nómina del club, entrenador de porteros, preparador físicos, fisioterapeuta, delegado y dos encargados de material.
Ibai y Fernando Amorebieta, uno de sus asistentes, se entienden de maravilla. «En una pachanga que echamos con amigos le dije que iba a coger Santutxu juvenil, me contestó que quería probar y estamos encantados. Es el típico asistente que ayuda mucho en los que el grupo respecta. Seguro que ahora está en el vestuario de buen humor con los jugadores. Soy cercano a los jugadores, pero a veces hacemos de polo bueno y poli malo», relata tras el entrenamiento del miércoles.
«Soy un loco de las cosas en las que creo», explica cuando habla de la nutrición, una de sus obsesiones. A los jugadores se les hizo una analítica a principios de temporada y les espera otra en enero. «Nos gustaría que fuera cada tres meses, pero hay que adaptarse a las posibilidades del club».
En esas pruebas se detectan los posibles déficits de cada uno. Ahí se marcan pautas alimenticias. «No obligamos a nadie a seguirlas. Lo que intentamos es convencer a los jugadores de que eso les va a ayudar». No se pesa a los futbolistas, pero sí hay pruebas de pliegues para ver los niveles de grasa. Las recomendaciones del nutricionista indican que hay que evitar el gluten, los alimentos ultraprocesados, los azúcares añadidos y «buscar una dieta basada en alimentos reales».
– ¿Cuántos les han hecho caso?
– Por cómo los vemos, nos da la sensación de que la mayoría siguen las pautas.
Confesó en una entrevista con este periódico cuando era jugador que su más feroz enemigo en su primera etapa en el Athletic fue la ansiedad. Le alcanzó tan de lleno que cuando estaba en el banquillo prefería que el entrenador sacara a otro antes que a él.
Ofertas rechazadas
No quiere que sus futbolistas caigan en esa sima y por eso trabaja con un coach de máxima confianza. A los que más tiempo dedica es a quienes menos juegan, con quienes se reúne este miércoles antes de la sesión de trabajo. «No te pagan por jugar. Te pagan por entrenar, y jugar es un extra. Hay que ayudar a crecer lo colectivo desde una mentalidad individual. Cuantos menos egos mejor. Los jugadores están cada vez más expuestos y unos llevan las críticas peor que otros. Todo eso lo trabajamos con Iker Martínez».
Ibai firmó dos temporadas. «He tenido varios clubes interesados, pero soy de los que cree que los proyectos hay que terminarlos y el de esta temporada lo voy a terminar al cien por cien». Para alegría de un Arenas que sueña con el ascenso a Primera RFEF y al que el de Santutxu ha llevado al cielo.
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