El Girondins de Burdeos, un histórico del fútbol francés en peligro

La primera experiencia de Albert Riera lejos de su tierra fue en Burdeos. Aquel joven de Manacor acababa de jugar su primera temporada completa en primera con el Mallorca cuando dio el salto a la liga francesa. En el Girondins guardan un grato recuerdo de él, que firmó dos buenas campañas en el club galo antes de volver a España. Su carrera le convirtió en un trotamundos, que pasó por Inglaterra, Grecia, Turquía e Italia antes de terminar en Eslovenia.

Esa conexión con el pequeño país de la antigua Yugoslavia fue clave para Riera, pues allí recibió su primera oportunidad como entrenador seis años después de su retirada. Su llegada al Olimpija Ljubljana estuvo marcada por la polémica, ya que los ultras no aceptaron su nombramiento, pero a base de victorias y buen juego acalló las críticas, los radicales llegaron incluso a pedirle perdón, y el español conquistó el doblete, liga y copa.

Paralelamente, a casi 1,500 kilómetros de distancia el Girondins de Burdeos buscaba el regreso a la máxima categoría. El club, sacudido por los problemas económicos provocados por la pandemia, había caído a la ligue 2 la temporada anterior, y sabía que volver a la élite del fútbol galo no era solo una cuestión de orgullo, sino de supervivencia. A falta de dos jornadas, la situación no podía ser más favorable. El Girondins estaba segundo en la clasificación con tres puntos de ventaja y se enfrentaba a dos equipos de la parte baja de la clasificación. Todo se torció, sin embargo, y el equipo perdió los dos encuentros por 1-0 y vio resignado como el Metz les arrebataba su plaza de ascenso.

La directiva del club mantuvo su confianza en el francés David Guion para esta campaña, pero el inicio distó mucho de ser el esperado. Tres victorias, tres empates y cuatro derrotas era el balance de Guion antes de ser despedido, dejando al equipo en la decimotercera posición. Riera, por su parte, se había quedado en Eslovenia, aunque había cambiado de club. Al frente del Celje, el mallorquín era el líder de la liga y todo parecía indicar que repetiría su éxito del curso anterior. Sin embargo, a comienzos del mes de octubre recibió la llamada del Girondins y no pudo rechazar la oportunidad. 18 años después Riera regresó a Burdeos.

La situación que se encontró en la capital de Aquitania era, sin embargo, más complicada de lo que podía imaginar. Las urgencias por el ascenso el curso anterior estaban justificadas; tras el fracaso, el Girondins había perdido a varios de sus mejores futbolistas, entre ellos a Junior Mwanga y Dilane Bakwa, dos de sus canteranos más prometedores, además del nigeriano Josh Maja, autor de 16 goles el curso anterior. A falta de una plantilla de nivel, la directiva del club se encomendó a Riera como tabla de salvación, amparados en la capacidad, que había mostrado en Eslovenia, para exprimir al máximo los recursos disponibles.

Sin embargo, la andadura del español en Burdeos no ha podido comenzar peor. En los siete partidos ligueros que Riera ha dirigido, su equipo ha logrado dos victorias, un empate y cuatro derrotas, las mismas que su antecesor habiendo disputado tres partidos menos. En la última jornada perdieron ante el modesto US Quevilly, penúltimo clasificado, lo que significó para el Girondins quedar en puestos de descenso. Una posible caída a la tercera división será catastrófica para el histórico club. No solo por la humillación que supondría, sino por el efecto que tendría en su ya maltrecha economía.

En el verano de 2022, tras caer a Ligue 2, estuvo a punto de sufrir un descenso administrativo a la National 1 (equivalente a la tercera división) debido las deudas que acumulaba. Las ventas de Tchouaméni y Koundé, que, como antiguos canteranos del equipo, les reportaron buenas cantidades, permitieron al dueño del Girondins, Gerard Lopez, pagar a tiempo la deuda, pero en esta ocasión no contarían con un comodín similar. Todavía queda mucha temporada pero Albert Riera debe lograr enderezar a su equipo o las consecuencias pueden ser dramáticas para uno de los clubes con más tradición del fútbol francés.

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