La Gasteiz Cup llena Vitoria de fútbol

La jornada arrancó con el triangular inclusivo VG Unity Cup, en el que tomaron parte los equipos genuine del Deportivo Alavés, Eibar y Numancia. El triunfo final se lo llevaron los locales después de empatar contra los armeros y ganar a los castellano-leoneses. «Para nosotros ha sido un día especial porque ha sido la primera vez que hemos tenido la oportunidad de jugar en Vitoria y de que las familias y amigos se acerquen a verles. Los jugadores llevaban mucho tiempo deseando que llegase este día», apuntó la entrenadora albiazul Nery Martín. Un trabajo que llevan realizando desde hace siete temporadas y que gracias a este tipo de campeonatos les permite darse aún más a conocer. «Es una experiencia muy bonita que también les hace ver de primera mano todo lo que ponemos en práctica en los entrenamientos», añadió.

Mientras tanto, a mediodía, arrancaron las finales tanto de Liga Oro como de Liga Plata en los diferentes campos de las instalaciones de Betoño. Uno de esos partidos decisivos lo jugaron el Ariznabarra y el C.D Oliver. El cuadro alavés lo intentó hasta el final, pero la victoria se la terminó llevando por 1-2 el conjunto zaragozano, que acudía por primera vez a Vitoria. «Estamos muy contentos con toda la organización. En todo momento han estado pendientes de nosotros, llevándonos a todos lados. Nos han acogido muy bien», explicó Sergio Pérez, técnico del equipo maño, antes de irse a celebrarlo con sus pupilos.

Pero el buen ambiente no solo estuvo presente en los terrenos de juego. La Fan zone ubicada en el parking fue un festivo punto de encuentro para aficionados como Jokin Amezaga, que bailaba con su hija. «Estamos achicharrados, pero nos lo estamos pasando muy bien» indicó.

En el evento tampoco faltó la presencia de una food truck, que permitió a los asistentes reponer fuerzas, así como de la asociación de padres y madres de niños con cáncer de Álava (Aspanafoa), que llevó a cabo una rifa solidaria en la que se sorteó, entre otros obsequios, una camiseta firmada por los jugadores del Alavés. Un fin de semana en el que Vitoria respiró fútbol en ocho sedes diferentes y recuperó un emblemático torneo que se espera consolidar en los próximos años.