El futbolista español convertido por sorpresa en príncipe en Indonesia
Jordi Amat, que militó en varios equipos de LaLiga, hereda el título que tiene su abuela
El árbol genealógico de una persona puede guardar auténticas sorpresas. Que se lo digan a Jordi Amat, el futbolista español que se ha convertido en ... Príncipe de Siau, una isla de Indonesia. Natural de Canet de Mar, un municipio de la provincia de Barcelona, ha encontrado sus raíces a más de 12.000 kilómetros de distancia. El jugador, que tiene 30 años y que militó en Espanyol, Betis y Rayo Vallecano, continúa su carrera en un equipo en Malasia.
El futbolista recuerda relatos de cuando era un niño. «Mi abuela me contaba la historia de que yo era el príncipe heredero de una región de Indonesia«, explicó en la cadena TV3. Sin embargo, solo «pensaba que era un cuento y poco más». Después, y con la intención de desempolvar su pasado, no dudó en viajar al sudeste asiático. El objetivo era conocer a su familia y reconectar con sus orígenes.
Para su sorpresa, descubrió que su abuela ostenta el título de princesa en la isla de Siau. Un abolengo que pertenece a su familia desde que su tatarabuelo fuera proclamado rajá, un nombramiento monárquico equivalente a rey en el subcontinente indio y el sudeste asiático.
Estos títulos se heredan de forma descendiente. Así las cosas, el futbolista está «a la espera» de que le den el documento para certificar que es príncipe. Por el momento desconoce cuál será su rol. «No sé muchas funciones o de qué se trata. Pero siempre será la de ayudar al pueblo. De una manera de traer el fútbol a esas islas», sostiene.
El deportista, que llegó a disputar 300 partidos en Europa, también se quiere integrar más en el país. De hecho, se ha nacionalizado indonesio y trata de aprender el idioma. Hasta ha jugado con la selección.
A la espera de que llegue la documentación oficial, Amat se convertirá en uno de los setenta rajás de Indonesia, un país en el que viven 250 millones de habitantes. El objetivo del futbolista es combinar el juego en el Johor Danul Takzim de Malasia con la selección. Lo que tiene claro es que el título «no me cambiará mucho la vida». Quiere jugar al fútbol y seguir con su carrera.
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