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Iñigo Agiriano
Martes, 9 de mayo 2023, 17:37
¿Qué le ocurre al Leicester City? Esta pregunta lleva resonando entre los aficionados ingleses durante todo el año. A diferencia de equipos como el Everton, el Leeds o el Forest, cuyas plantillas hacían presagiar una temporada complicada para eludir el descenso, la del Leicester es similar a la de campañas anteriores y con ella siempre compitieron por los puestos europeos. Su técnico también era el mismo, Brendan Rodgers, el gran artífice de los éxitos del club en el último lustro. El norirlandés fue despedido a principios de marzo, con el equipo en penúltima posición y sin síntomas aparentes de mejoría.
Para entender el porqué de esta caída debemos retrotraernos en el tiempo y analizar el modelo deportivo y económico que siguió el Leicester después de que en 2016 consiguiera lo imposible, levantar el título de la Premier League. La temporada siguiente a esta proeza el equipo tuvo una actuación irregular en la liga y Ranieri fue despedido en lo que fue uno de los ejemplos más claros de la falta de memoria y de la ingratitud que se han visto en el fútbol. No obstante, su rendimiento en Champions fue bueno; los foxes alcanzaron los cuartos de final, con un balance total de cinco victorias, dos empates y tres derrotas, lo que significó una inyección económica muy relevante, que le permitió distinguirse del resto de equipos de la Premier que aspiraban a competircon el 'Big Six'.
Ese dinero fue utilizado para contratar jugadores jóvenes y talentosos a los que se ofrecían lucrativos contratos, con la intención de retenerlos durante varias temporadas. La maniobra contenía un riesgo evidente. Para paliarlo se instauró una política que llegó a ser conocida en Inglaterra como 'el modelo Leicester', que consistía en vender un jugador clave cada verano. Primero fueron Kanté (35 m.), Drinkwater (38 m.) y Mahrez(67 m.), tres de los héroes de aquella Premier y posteriormente Harry Maguire (87 m.) y Ben Chilwell (50 m.). El dinero obtenido no sirvió únicamente para fichar nuevos jugadores, sino que también se utilizó para construir un nuevo centro deportivo de más de 100 millones de libras.
Este modelo exitoso, que permitió al club crear una plantilla competitiva y luchar por los puestos europeos comenzó a resentirse cuando llegó la pandemia. Es evidente que todos los clubes sufrieron sus efectos, pero en el caso del Lester fueron más marcados.
Desde 2010, el club es propiedad de King Power International, una empresa de viajes, cuyos beneficios cayeron en picado entre 2019 y 2021. De este modo, para un equipo, como el Leicester, que había invertido más dinero que sus rivales en los últimos años, el momento en el que llegó la pandemia fue devastador, y el club presentó la campaña pasada pérdidas por valor de 92,4 millones de libras.
El 'modelo Leicester' se derrumbaba. Los jugosos contratos ofrecidos a jóvenes futbolistas habían significado un incremento del coste de los salarios, que pasó de 122 millones de libras a 182 en apenas tres temporadas. Además, el club no ha conseguido obtener una oferta lo suficientemente alta por futbolistas como Tielemans o Maddison, y se arriesga ahora a perderlos de forma gratuita, después de haber invertido mucho dinero en ellos. En lo deportivo, se quedaron fuera de la Champions dos años de formaconsecutiva, tras haber estado gran parte de la temporada entre los cuatro primeros. Un duro golpe en lo moral y en lo económico, que afectó decisivamente al proyecto de Rodgers.
Esta campaña ha sido un desastre desde el principio. El equipo nunca ha tenido regularidad en su juego y su defensa ha sido dramática. La llegada de Dean Smith como entrenador no ha mejorado al equipo lo suficiente y solamente el bajo nivel de sus rivales permite al Leicester seguir teniendo opciones. Sin embargo, la última jornada puede resultar decisiva, ya que tanto el Everton como el Forest ganaron, mientras que los foxes cayeron goleados ante el Fulham por 5-3, en un encuentro en el que exhibieron todos los defectos que los han llevado al lugar en el que se encuentran.
En la actual situación económica, un descenso sería dramático para el club, que se vería privado de una cifra cercana a los cien millones de libras en derechos televisivos, lo que dificultaría mucho su ascenso la temporada siguiente. Quedan tres jornadas para el final de la Premier, tres partidos que pueden marcar decisivamente el futuro de un club que hace tan solo siete años se proclamó campeón de Inglaterra.
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Silvia Cantera, David Olabarri y Gabriel Cuesta
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