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Los jugadores blancos celebran el gol de la victoria. efe

El Real Madrid vuelve a la vida en Villarreal

Hundido en la primera parte, reacciona en la segunda para acceder a cuartos de la Copa antes de jugar el domingo frente al Athletic en San Mamés

Igor Barcia

BILBAO

Viernes, 20 de enero 2023, 08:25

El Real Madrid regresó a tiempo del infierno. En el descanso de La Cerámica, con 2-0 en contra, todo eran incendios en un equipo blanco desconocido, noqueado por un Villarreal muy superior. Pero 45 minutos después era el grupo de Ancelotti el que celebraba la clasificación para cuartos de final con otra de esas remontadas épicas a las que se aferra el club madridista cuando lo tiene todo perdido. Sería complicado explicar a alguien ajeno al fútbol que los dos equipos que han actuado en la primera parte eran los mismos que en la segunda. Porque si el baño del Villarreal a un Real Madrid sin gobierno y en un mar de dudas se ha saldado con un 2-0 al descanso, la reacción de los blancos tras la 'charla' de Ancelotti al descanso se ha saldado con un 2-3 que es a la vez un respiro y un golpe de confianza para el Real Madrid tras la dolorosa derrota de la Supercopa, aunque su victoria y su presencia en el sorteo de cuartos no ocultan las grietas y dudas de la primera mitad. Difícil descubrir que rival se encontrará el domingo el Athletic en San Mamés...

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Buena parte de la culpa de la metamorfosis la tienen el Villarreal y Carlo Ancelotti. El equipo amarillo porque ha emborronado de forma grosera el gran partido que había realizado en la primera parte. Y el técnico italiano porque con sus cambios en la segunda parte ha reactivado a un Madrid que ha pasado de jugar sin alma a lanzarse a por uno de esos imposibles que tanto gustan en la casa blanca.

Ancelotti no se reservó nada para el encuentro de Copa. Tocaba resetear a su grupo después de la dura derrota frente al Barça, pero si el técnico buscaba una dosis de confianza en La Cerámica, se ha encontrado con una pesada mochila de dudas y desconcierto futbolístico. Porque el Villarreal apenas le ha concedido tres minutos de cortesía al Madrid antes de dar el primer golpe. El tanto de Capoue ha evidenciado la fragilidad de una defensa de cristal a la que Gerard Moreno, el propio goleador, Yeremy Pino o Chukwueze agrietaron sin piedad.

Pero el problema del Real Madrid en la primera parte ha ido mucho más allá de su defensa. Ancelotti asistía con gesto serio desde la banda a una serie de desajustes a la hora de presionar y a la hora de crear juego porque sencillamente ha evidenciado estar muy lejos del nivel físico requerido, o al menos del que le había exigido un Villarreal que sí tenía las ideas claras. Salidas en velocidad, aprovechar la habilidad de sus puntas para desbordar por las bandas y crear el caos a una línea defensiva blanca que se veía desbordada una y otra vez porque no contaba con las ayudas de los centrocampistas. Lo intentaban los blancos, lo intentó una y otra vez un Vinicius que acabó desesperado por su falta de acierto y un Rodrygo con la mira desviada. De Benzema nada se supo en los primeros 45 minutos y si las cosas iban mal para los blancos, fueron a peor con otra jugada coral del Villarreal que sacó una vez más los colores a la defensa blanca.

Cambio de panorama

Como era muy complicado hacerlo peor, la versión del Real Madrid solo podía mejorar tras el descanso. Lo que no se esperaba era la incomparecencia del Villarreal, que o bien ha debido de pensar que ante un rival tan endeble no merecía la pena seguir esforzándose o bien se le han fundido los plomos tras el esfuerzo realizado. Si ha sido una cuestión de soberbia, grave error. Porque ni en la peor de sus versiones hay que fiarse del Madrid. De hecho, los blancos han ido de menos a más en la segunda parte, primero adelantando líneas y presionando más arriba, algo que acusó el Villarreal, que ya no se sentía tan cómodo. Después han llegado los dos cambios clave de Ancelotti, que metió a Asensio y Ceballos por Kroos y Rodrygo, y el juego blanco ha encontrado algo que no había tenido en todo el partido, velocidad, ritmo.

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Vinicius ha marcado el 2-1 en el minuto 56 y desde entonces sí que se ha visto otro partido. Al Villarreal le ha entrado el miedo, dudó si intentar buscar el tercero o guardar el tesoro y ahí el Madrid no ha perdonado. Liderado por Asensio, por el trabajo de Ceballos, por la notable mejoría de Camavinga y la aparición de Benzema, los blancos se han ido a por el partido. Militao ha empatado y con el Villarreal sin entender lo que había sucedido, Ceballos ha colocado un 2-3 salvador para el Madrid, que no solo ha salvado una eliminatoria de Copa, sino una crisis que apuntaba con instalarse en la casa blanca en esta cuesta de enero. El Athletic ya sabe que el domingo le espera un equipo imprevisible.

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