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Iñigo Agiriano
Sábado, 7 de octubre 2023, 18:16
Durante casi media hora, Boca Juniors resistió con un futbolista menos las acometidas de Palmeiras, protegiendo su su botín, el gol que Edinson Cavani había marcado en la primera mitad. El equipo brasileño fue muy superior a los xeneizes en el segundo acto, pero una gran actuación del Chiquito Romero evitó la remontada de Palmeiras, que solo pudo batirle en una ocasión. El empate llevó el partido a los penaltis, un territorio en el que Boca Juniors ha demostrado moverse como pez en el agua. A pesar del fallo de Cavani en el primer lanzamiento, Romero se erigió como el héroe tras detener los dos últimos penaltis de Palmeiras, y dio el pase a Boca a la final de la Copa Libertadores. Se da la curiosidad de que el equipo de Jorge Almirón no ha ganado un solo partido en todas las eliminatorias. Octavos, cuartos y semifinales se han decidido en los once metros tras sendos empates en los partidos de ida y vuelta, un hecho insólito en el gran torneo de Sudamérica.
En el fútbol mundial podemos rescatar dos precedentes que tienen similitudes con la gesta realizada por Boca. El primero se dio en 1988. Aquel año, el PSV se proclamó campeón de Europa con el dudoso honor de ser el ganador con menos victorias en la historia de la Champions. Superó con claridad los dieciseisavos y los octavos, pero no volvió a ganar un partido en lo que restaba de torneo. En cuartos, eliminó al Girondins de Burdeos (1-1 y 0-0) por el valor doble de los goles fuera de casa. En semifinales obtuvo idénticos resultados ante el Real Madrid, mientras que, en la final, tras el empate a cero al término de los 90 minutos, ganó al Benfica en los penaltis.
El segundo precedente data de 2016. En aquella Eurocopa, Portugal llegó al torneo sin que ninguna quiniela le situara como posible vencedor. Los primeros choques acrecentaron esa sensación; los lusos empataron en los tres encuentros de la fase de grupos, a pesar de lo cual consiguieron el pase como una de las cuatro mejores terceras. La historia se repitió en octavos, ante Croacia, empate a cero en el partido y victoria lusa en la prórroga. En los cuartos ante Polonia no ganaron en el tiempo extra, sino en los penaltis. La semifinal ante Gales fue el único duelo en todo el torneo en el que Portugal venció al término de los 90 minutos, ya que, en la final ante Francia, el famoso gol de Eder llegó también en el tiempo extra.
La suerte de Boca Juniors se ha decidido siempre desde el punto fatídico. Ante Nacional de Montevideo, en octavos, empató ambos encuentros (0-0 y 2-2) y en la tanda el Chiquito Romero detuvo dos penaltis para dar el pase a su equipo. La historia se repitió en cuartos frente a Racing, empate a cero los dos partidos y otra vez Romero fue el héroe, pues detuvo otro par de lanzamientos. Así llegó Boca a las semifinales ante Palmeiras y el resultado fue el mismo: Chiquito Romero se convirtió en gigante, demostrando que la fama de para-penaltis que se ganó en el Mundial 2014 ante Países Bajos era justificada. El 4 de noviembre Boca Juniors viaja al Maracaná para medirse a Fluminese, en busca de ganar su primer partido, el último, el que le dé la ansiada séptima Libertadores que se resiste a los xeneizes desde hace 16 años.
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