Los árbitros vascos pararán los partidos ante cualquier insulto racista
El Colegio de Árbitros prepara un protocolo para endurecer las medidas ante estos episodios
Los árbitros quieren tomar medidas drásticas para atajar en los estadios de Euskadi episodios racistas como los que el pasado sábado vivieron el jugador del Athletic Iñaki Williams en Cornellá y el jugador del Abadiño Regional B Luchi Gomes en un encuentro contra Escolapios. El Colegio que agrupa a estos profesionales prepara un cambio en sus protocolos de actuación para cortar estos casos de raíz. Según explicó este lunes el presidente de los colegiados, Jon Agirre, los árbitros «pararán» de inmediato todo aquel encuentro en el que se escuchen gritos o insultos desde la grada contra algún jugador. Si los responsables del campo no impiden esos comportamientos ofensivos los futbolistas de ambos equipos entrarán en los vestuarios e interrumpirán el encuentro hasta que la situación se solucione. Pretenden de esta manera que se acabe con este tipo de prácticas y que la sociedad se sensibilice con estos temas. Así lo explicó ayer Agirre entrevistado por la Ser.
En las últimas semanas este periódico lleva informando sobre varios altercados en campos de las categorías más modestas del fútbol vasco. En Somorrostro por ejemplo, un árbitro interrumpió un partido de juveniles al descanso después de oír cómo un directivo local le lanzaba en los vestuarios insultos xenófobos. El joven colegiado escuchó cómo éste se dirigía a los jugadores tachándole de «maricón comprobado». Además varios desconocidos le rompieron los retrovisores y limpiaparabrisas de su coche particular, aparcado en el exterior del terreno de juego.
Y este sábado en Arrankudiaga en un partido entre el Abadiño de Regional B y Escolapios un jugador, Luchi Gomes, ha denunciado que un espectador le estuvo profiriendo insultos racistas durante 49 minutos. Y cuando él se encaró con el aficionado vio cómo el árbitro le expulsaba.