Un diamante tallado en Bilbao
A punto de cumplir 70 años, el San Inazio pervive con éxito en la élite del béisbol como el único equipo vasco de este deporte
Un grupo de torres de iluminación destaca sobre el resto de los focos en el polideportivo de Rekalde. Son gigantes centinelas que custodian un recinto ... singular. Guardan el único diamante (campo de juego de béisbol) de Euskadi, donde juega el único equipo vasco de este deporte. Allí respira el San Inazio, club creado en los años 50 en el barrio bilbaíno del mismo nombre y cuya influencia impregnó toda la zona oeste de la ciudad. Es el superviviente de una época dorada de esta modalidad deportiva en Bizkaia, cuando existía en su capital el Iturrigorri de Rekalde, el San Vicente de Abando y el Club Deportivo.
Aquellos tiempos pasaron a mejor vida, pero el 'Sani' sigue adelante con unos 200 practicantes, divididos en un conjunto sub'15 –primer paso en el deporte federado–, el sub'18, el senior de División de Honor Plata y el de División de Honor Oro y dos equipos de sófbol (derivación del béisbol) masculinos. El de Honor Oro ha ocupado la tercera posición en la élite las últimas campañas y en la actualidad está compitiendo en la fase final de la liga (ayer se enfrentó al Toros de Pamplona en El Fango). También jugará en Valencia el 26 de julio la Final Four de la Copa, «donde tenemos algún chance de pasar a la final», indica Kepa Pocero, responsable técnico de la entidad deportiva.
Bilbao y la Margen Izquierda alimentan la cantera. «Tambien la promociones en centros escolares, el boca a boca. La llegada de emigrantes la ha potenciado un poco, no mucho, esperábamos más. Las personas que recibe Bizkaia tampoco vienen del entorno del béisbol, que es más el Caribe. Bilbao recibe más de Perú, Bolivia, donde no hay tanta influencia del béisbol y el sófbol», explica Pocero. Jugadores cubanos y venezolanos suelen completar el conjunto en la élite con el fin de competir con rivales con más presupuesto para sus plantillas. «Luego, a poco que les sonría un trabajo, se quedan aquí y viven como uno más. Nos reforzamos con profesionales».
El traslado hace años a El Fango enfrió la conexión del club con su lugar de nacimiento. «San Ignacio es el barrio mejor comunicado, con autobuses y metro, y el polideportivo estaba muy cerca. Los chavales del barrio nos podían ver en entrenamientos y partidos. La pérdida de nuestra ubicación nos hizo pupa. Teníamos nuestra actividad en San Ignacio, nos venían los niños de las escuelas. Viene a ver partidos gente que ha jugado a béisbol pero que es del entorno, de Rekalde», apunta el presidente del 'Sani', Fernando San Andrés, mientras a unos metros, en el campo de su club, se disputa un encuentro de la fase nacional sub'18.
Bilbao Kirolak y Bizkaialde son los patrocinadores fundamentales, además de unas pocas pequeñas empresas. Los viajes se llevan buena parte del dinero del club vizcaíno, alejado de la mayoría de adversarios de Honor Oro. «El viaje más cercano es a Pamplona. A Tenerife vamos los justitos, hay que dejar gente en casa».
Una rica y larga historia
El San Inazio será septuagenario en 2026. Ha tenido jugadores internacionales y olímpicos en sus filas, y dejó una profunda huella en su entorno. Hubo secciones de béisbol en los colegios La Salle y Salesianos de Deusto, en la que jugaron la pareja de hermanos ciclistas Ismael y Marino Lejarreta. Son páginas de una historia que incluye «el primer partido internacional de béisbol jugado en Bizkaia», cuando el San Inazio se enfrentó a un equipo de marinos de la Armada estadounidense que habían atracado en Santurtzi. «Aunque los bilbaínos perdieron, recibieron cajas de leche en polvo regaladas por los marinos, que en aquellos años eran muy apreciadas», relata la web del club.
De aquel 'boom' beisbolista se ha pasado a una época de hábitos muy diferentes. «Ahora ya no se juega en la calle». La disminución de la población infantil y la pérdida de relaciones dentro de los equipos también ha afectado al 'Sani'. Hay menos vida en los vestuarios, Pocero desea que «todos los niños y niñas conozcan todos los deportes posibles y luego elijan». Como en otras disciplinas, el béisbol se enfrenta a la falta de relevo generacional en sus direcciones. Cinco directivos, con el veterano San Andrés a la cabeza, y cuatro técnicos sostienen lo que es una joya por su exclusividad, su pervivencia y sus valores humanos.
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