El éxito de público y un final precioso sellan un estreno redondo del Tour en Bizkaia
El gran ambiente, la ausencia total de incidentes y la correcta organización proyectan a Bizkaia al firmamento ciclista
En cada esquina, en cada cuneta, en cada pueblo… Bizkaia ha vibrado con el Tour. Y ha hecho historia. Por el buen ambiente, por los ... bellos paisajes, por la ausencia de incidentes ajenos a la carrera y también porque, a nivel organizativo, todo ha salido bien. Y eso es mucho decir para una ciudad y un territorio que, aunque tiene una arraigada cultura ciclista, no deja de ser una novata en la mejor carrera del mundo.
La salida se ha dado puntual. A las 12.30 horas, los 176 corredores, pertenecientes a los 22 equipos participantes, han salido de San Mamés. Fotos, regalos para el numeroso público, aplausos, música, trenes llenos de gente hasta la bandera… Y muchos visitantes de fuera de Euskadi. Que de eso también se trataba. Traer el Tour ha costado 14 millones, pero los minutos de televisión, con esas imágenes magistralmente recogidas por los helicópteros, tienen un valor publicitario muy reseñable. San Juan de Gaztelugatxe, la ola de Mundaka, la playa de Bakio, el puerto pesquero de Bermeo, el castillo de Butrón... El retorno de este evento será también importante en hoteles y locales hosteleros. Y no solo este año, habrá que estudiarlo también a corto y medio plazo.
Ha habido mucho público en todo el recorrido, con ikurriñas (algunos ayuntamientos las han buzoneado en cada hogar), pañuelos amarillos y también banderas del Athletic. No se ha visto un solo tramo que estuviera desangelado. Incluso en la zona de la central nuclear de Lemoiz, quizás el punto más remoto y alejado de un núcleo de población de cierta entidad, se ha visto a personas animando. Y en otros sitios ha sido increíble: como en Pike Bidea, donde la Ertzaintza ha llegado un momento en el que ha tenido que cortar el acceso. No se podía subir ni en bici ni andando ni, por supuesto en coche. No cabía ya una alfiler.
Los cortes de tráfico, al final, tampoco han sido tan perturbadores como se esperaba. Media Bizkaia estaba de vacaciones. Ha habido movimiento en el aeropuerto, al que se ha podido llegar sin problemas. Es cierto que algunas personas han tenido que salir antes de casa para ir a su trabajo, pero, en general, los ciudadanos han respetado las recomendaciones y han hecho uso del transporte público.
Tampoco ha habido problema con el despliegue de seguridad, pese a que en los últimos días se había hablado mucho de la movilización de los ertzainas. Y hasta la meteorología ha respetado. Ha habido nubarrones e, incluso, algunas gotas de lluvia en la zona costera, pero nada que haya deslucido el espectáculo o haya puesto en riesgo a los ciclistas. Ese era otro de los miedos de los promotores de traer aquí el Tour. Es verdad que ha habido alguna caída y que el líder del Movistar, Enric Mas, ha quedado fuera de combate por, posiblemente, una rotura de clavícula, pero es algo que puede pasar en cualquier prueba ciclista.
Lo cierto es que todo ha salido tan a pedir de boca que el final con la lucha fraticida entre Simon y Adam Yates se recordará también durante mucho tiempo. Un broche precioso para una etapa que hay que enmarcar.
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