El séptimo Top 5 de Landa en una grande
Quinto en la general del Tour, el ciclista alavés reconoce que ha recuperado «la confianza y la frescura que me faltaban»
Mikel Landa (1989, Murgia) siempre vuelve. En abril, el ciclista alavés sufrió una caída en la Itzulia que le obligó a tomarse un tiempo de recuperación, uno más, tras un accidente. Pero de la mano de Remco Evenepoel en el Soudal, Landa ha recuperado la motivación para seguir brillando en las grandes vueltas, como lo ha hecho en este Tour donde ha sido el mejor ciclista nacional, un fiel escudero de su jefe de filas y donde se ha anotado su séptimo Top 5 entre Giro, Tour y Vuelta. Si a esto le añadimos un sexto y un séptimo puesto en otras dos rondas francesas, Landa ha estado nueve veces entre los siete mejores en pruebas de tres semanas, en las que el de Zuia ha demostrado que es un gran fondista.
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Con el resultado certificado ayer, Landa ha sido dos veces cuarto, una vez quinto, otra sexto y otra séptimo en la general del Tour. Pero desde 2020, cuando quedó a dos minutos del tercer puesto que defendió Richie Porte, Landa no había rendido a este nivel en la Grande Boucle. Su fichaje por el Soudal, después de ser jefe de filas del Barhain, parece que ha sido un soplo de aire fresco para el corredor de Murgia, que ya demostró en el inicio de temporada estar muy motivado y que en el Tour ha ido de menos a más hasta ser junto a Almeida en el ciclista que más cerca ha estado de Pogacar, Vingegaard y Evenepoel. Y además, el corredor más veterano entre los diez mejores de la clasificación, el superviviente de otra generación que ha sido superada por los jóvenes talentos que hoy en día dominan las carreras.
No hay que olvidar que su primer podio en una grande llegó hace nueve años, en 2015, cuando Landa se vio frenado por su equipo, el Astana, en defensa de las posibilidades de Aru, y se quedó sin la opción de desbancar del primer puesto a Alberto Contador. Nueve años después, y con otro tipo de corredores e incluso de ciclismo, Landa ha sabido reconvertirse y en este Tour se le ha visto más suelto y más relajado sin la presión de tener que ser el jefe de filas, como había sucedido en anteriores proyectos deportivos.
Ayer, de hecho, Landa hizo una de las mejores cronos de su vida al ser séptimo en la meta, donde de forma jocosa recordaba a los periodistas que una vez fue segundo en un campeonato de España contrarreloj. «Estoy muy satisfecho porque en este equipo he reencontrado la confianza y la frescura que me faltaban», reconoció el de Murgia con una sonrisa al hablar de cómo le ha sentado el cambio de aires esta temporada. «He encontrado un grupo muy majo, que me deja hacer y donde me siento valorado», añadió Landa. En la jornada de ayer, reconoció que «me he ido encontrando muy bien, motivado, y me ha servido para desquitarme del resultado de la primera crono. Sabía que jugarme la cuarta plaza con Almeida era inviable, y el salir sin esa presión me ha ayudado, porque he disfrutado mucho».
Ahora, Mikel Landa pondrá rumbo a la Vuelta, donde en 2023 fue quinto en la general y donde será el líder del Soudal. «Sí, Remco me la deja y espero hacer lo menos posible hasta la salida en Lisboa para tratar de mantener la frescura que tengo», afirmó.
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