«Tengo un miedo interno que no logro superar», desvela Mas
Pese a su trabajo con un especialista en bajadas y un psicólogo, el balear se bloqueó en el descenso de Spandelles y perdió todas su opciones
Algo tiraba hacia atrás de Enric Mas durante el descenso del Aubisque. Algo invisible. El miedo. No pudo seguir a los otros fugados y perdió todas su opciones. En la meta se sentó en el diván mediático y lo contó: «Desde la caída del Dauphiné tengo un miedo interno que me cuesta superar, y lo he arrastrado durante todo el Tour. He tenido tres caídas seguidas este año, y mi situación se debe a eso. Muscularmente te agarrota... pero son ciclos. Vamos a esperar que para la Vuelta se solucione todo este tema. Tenemos que pasar este aprendizaje, este momento, aceptarlo. Lo importante ahora es afrontar mi situación y, poco a poco, pensar en rivales que tenemos por delante y en volver a estar arriba».
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Desveló su mal. Su bloqueo mental. En una bajada así, frenar de más es obligarse a hacer una esfuerzo mayor tras cada curva. Eso desgasta los músculos. Y la falta de confianza tiene efecto psicológico. Se pierde la trazada. El ciclista afronta cuadrado los giros. Como con temor a tumbarse, a caerse. La carrera le deja atrás, paralizado.
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Hace un año, en la Vuelta a España, no pudo seguir en un descenso a su compañero Miguel Ángel López. Algo pasaba. Esta temporada se ha caído en la Itzulia, la Tirreno-Adriático y el Dauphiné. Ese dominó de tropiezos ha acabado por desconectarle. Hace tiempo que trabaja con un psicólogo. Y antes de acudir en junio al Dauphiné se puso en manos de un especialista en descensos de mountain bike, Óscar Saiz, que ya había estado con ciclistas como Pinot, Gesing y Roglic.
Esas sesiones se fueron por el desagüe con el accidente en el Dauphiné. Volvió la inseguridad. Enric Mas se ha sostenido casi hasta el final del Tour. No ha tenido piernas para pelear por el podio y, para colmo, ayer le vencieron sus fantasmas en la bajada del Aubisque.
Pogacar, satisfecho
Enric Mas no se cayó ayer. Sí patinó Tadej Pogacar, que arriesgó en el descenso de Spandelles para poner al límite a Vingegaard. No pudo con él. No se reprocha nada. «No hay una mejor forma de perder un Tour de Francia que esta. Lo di todo pensando en la general y voy a terminar sin arrepentimientos. Todavía queda una etapa que puedo lograr antes de París (la contrarreloj) y lucharé por ella», se propuso.
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Tras dos victorias en sus dos primeras ediciones del Tour, ahora va a acabar segundo, salvo sorpresa. «El equipo Jumbo ha estado fortísimo todos los días. Es un bloque espectacular. En Hautacam ganó el mejor. Jonas estaba más fuerte», asumió.
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