Sacrificio, fatiga y ahora odio
Ciclismo ·
La exposición de los ciclistas a las redes sociales desemboca en ataques a los corredores amparados en el anonimatoJon Rivas
Sábado, 19 de julio 2025, 07:15
La noche del miércoles, después de su caída, tras cenar y relajarse, Tadej Pogacar, que se había ido al suelo horas antes después de hacer ... el afilador con la rueda trasera de Tobias Johannessen, tuvo que grabar un pequeño vídeo junto a Jonathan Narváez en su cuenta de Instagram para solidarizarse con su colega noruego, que no paraba de recibir amenazas por la maniobra que dio con los huesos del campeón en el suelo. «Oye, amigo, todo bien, tranquilo. Espero que no te estén molestando», se dirige Pogacar a Johannssen. «Chicos, dejen de molestarlo. Todo bien, solo es un incidente de carrera y seguimos peleando. Pero mantén la línea, ¡vale!», bromea ante las carcajadas de sus compañeros.
Pero no son las únicas amenazas o insultos que han recibido los ciclistas durante el Tour. De hecho, se han convertido en una plaga. Julian Alaphilippe, un ciclista bastante querido por los aficionados, no se libra, pese a ello, de encontrarse en redes como X menosprecios de tuiteros que le piden que se vaya: «Jubílate, no estás a la altura». Claro que cuando se produce un accidente, como la caída de Jakob Philipsen, de la que salió malherido tras tropezar con Bryan Coquard, los insultos y las vejaciones se convierten en amenazas de muerte, como las que tuvo que soportar el corredor francés. En Facebook, X, y también en Instagram, que en principio es una plataforma más amable, se repiten las actuaciones de los más radicales. «Le dolió mucho a mi familia. Ya no tengo X ni Facebook, pero incluso en Instagram recibí mensajes. Al día siguiente, tenía mariposas en el estómago al empezar la etapa», comentó. Según el veterano ciclista francés, «los corredores jóvenes deberían recibir ayuda sicológica. A mi edad, es fácil decir que no me importa, pero cuando te asaltan una oleada de amenazas... Fue duro para mí, aunque solo vi el 30%... Si estás conectado y lo ves todo, puede ser horrible».
Según la teoría que exhibe el periódico 'Le Parisien', del mismo grupo que edita 'L'Equipe' y organiza el Tour, la tendencia llegó con la serie de Netflix sobre la carrera francesa, y que atrajo a un público diferente en las cunetas, más joven, más festivo y más entusiasta, a veces demasiado, con costumbres adquiridas en las redes, de insultar amparándose en el anonimato. También hay que sumar las reacciones irracionales de los apostadores frustrados que echan la culpa a los deportistas de no cumplir las expectativas que se habían creado con sus pronósticos. Las apuestan en línea, que han aumentado en los últimos años, aunque en el ciclismo la fuerza no sea tan grande como en el fútbol y otros deportes.
Ciclistas toman medidas
Los equipos comienzan a darse cuenta del problema, también en España. Mensajes como «Enric Mas es tan tonto que está disputando una crono en la que va a perder un minuto pudiendo guardar fuerzas para mañana. Más tonto y nace Quintana», insultan a dos ciclistas, uno de los cuales ni siquiera está en el Tour.
Algunos corredores ya toman medidas. El año pasado, David Gaudu decidió cerrar sus redes y su compañero Lenny Martínez, el líder de la montaña hasta ayer, hizo lo mismo. Algunos equipos pretenden tomar medidas en cuanto acabe el Tour, La coach en salud mental del Groupama, Marie-Laure Brunet, medallista olímpica, asegura en una entrevista que saben cómo gestionar los miedos de los ciclistas, «pero el odio digital es nuevo. Ya he hablado de este tema con los líderes de equipo. Tenemos que aprender a dar un paso atrás, no dejar munición mental en el bolsillo y no ceder el poder a personas malintencionadas».
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