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Iba camino de ganar el campeonato de España en 2023 cuando la cuenta de Twitter del Movistar publicó una particular y extensa descripción de Oier Lazkano. «Un tipo culto. Inteligente y formado». «Me gusta informarme y saber cosas nuevas pero formado… no tengo ninguna carrera ... ni nada», rebate casi dos años después, los de su explosión total, desde la concentración en Mallorca del RedBull-Bora, su nuevo equipo. Con 25 años cumplidos en noviembre, aún se siente a tiempo de estudiar. «Quiero retomar pero lo primero es lo primero». La prioridad es su sueño de triunfar en la primavera belga. «Es un objetivo importante para mí este año. Quiero dar un paso adelante en las clásicas de allí».
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Es una lucha contra la historia. No existe aún el ciclista español que haya logrado reinar en las empinadas colinas de Flandes. Juan Antonio Flecha rozó la gloria pese a suscitar la extrañeza de muchos. Era el bicho raro. El catalán contaba que en el Banesto se reían cuando le escuchaban decir que la carrera donde quería hacerlo bien era el Tour de Flandes. «El ciclismo se ha globalizado mucho estos 20 últimos años y ahora sí que hay una cultura más global», celebra el vitoriano.
Adaptarse más y mejor aún a un terreno tortuoso fue una de sus motivaciones para cambiar de estructura. Del Movistar al imperio de RedBull, que irrumpió con fuerza el año pasado en el ciclismo.«Las cosas básicas son parecidas en todos los equipos pero sí que se les ve como más... no sé cómo explicarlo... Son más medios, más recursos...», trata de explicar. Una formación con raíces germanas, y dinero austriaco, pero con un bloque mucho más potente y avezado en el Norte. Su director Bernhard Eisel cuenta con 32 Tour de Flandes y París Roubaix a sus espaldas.
Oier Lazkano
Ciclista RedBull-Bora
Entre las dos, prefiera la cita flamenca. «Nunca conoceré Flandes como alguien de allí, pero con el tiempo y con los años de estar yendo allí sí que te ubicas mejor», considera.El año pasado se codeó con los mejores, Mathieu van der Poel y Wout van Aert, pese a sufrir en cada curva del revirado recorrido. En 2025, se suma a la lista del Tour de Flandes el coco. Tadej Pogacar. «Si mantiene ese nivel será difícil, pero tú tienes que hacer tu carrera. No puedes esperar que te la hagan», sostiene con ambición. A falta de 82 días para el segundo Monumento de la temporada, espera deseoso la presentación de un recorrido que a veces cambia el orden de las ascensiones para plantear la estrategia. También entrará en juego su buena lectura en carrera. «¿Quién destaca eso? Yo a veces he oído lo contrario», matiza.
Por el momento, su camino hasta abril ya está trazado. Lazkano debutará en febrero en la Étoile de Bessèges y en la Volta al Algarve como preparación para las primeras clásicas del pavés: Omloop Het Nieuwsblad y Kuurne-Bruselas-Kuurne. Lo llaman el Opening Weekend. Parece un eslogan de rebajas en los grandes almacenes, pero es una escuela de sufrimiento. Luego es posible que suba al Teide para hacer una concentración en altura antes de la gran traca final. «Harelbeke, Gante, Flandes y Roubaix». Después, un breve descanso y una incógnita. «¿El Tour? No quiero pensarlo mucho. Primero la primera parte», aplaza el ciclista afincado en Adurza. «Bueno vivir... nosotros vivimos en un hotel. Pasamos más de 200 días fuera de casa. Crecido allí, sí», corrige.
Oier Lazkano
Ciclista RedBull-Bora
El año pasado hizo su debut en la ronda gala. «El balance es positivo, pero mejorable», dice con autocrítica quien pasara primero por la cima del Tourmalet. Al ciclista alavés se le vio resignado al comprobar la manera de correr de los equipos más potentes, incapaces de dejar ni las migas al resto. «Tampoco me voy a llevar mal rato por algo que no depende de mí. Y un par de opciones que tuve por ahí tampoco las supe aprovechar», reconoce ahora. Dos etapas en la memoria. La fuga de Barcelonnete y la de casa en La Vuelta, con final en Maeztu. «No las he revisado la verdad. Cuando acabo lo último que quiero es volver a una carrera. Al final se aprende todo y una vez visto, todo el mundo es listo». Pese a su sensacional temporada, aún atesora otra piedra en el zapato. «Llegué con intenciones de más a los Juegos, pero tanto en la crono por un problema mecánico, como en la ruta que no me supe gestionar bien... pues al final se me queda esa pequeña espina clavada».
El Movistar añorará las cabalgadas del potro de Vitoria. «No sé quién puso el mote, pero parece que ha cuajado». También se le asocia con un tractor. En invierno siembra, y en primavera espera recoger la cosecha. El fruto ya parece maduro. «Conocedor de este deporte y su historia como pocos», continuó la escuadra navarra en su tweet de 2023. «No he leído mucho precisamente sobre ciclismo, sino del tema científico, entrenamientos, física, nutrición». «Nada amigo de postureos. Profesional al 200%», culminó el conjunto telefónico. De esto no tiene discusión. «Es bonito de escuchar», agradece antes de iniciar un año importante. «Todos lo son», replica el ciclista de piedra. De las piedras del norte.
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