Molano gana en Burgos antes de la subida al Picón Blanco
El colombiano vence al sprint en Briviesca y la carrera espera ya la lucha entre Landa, Bernal, Yates, Bardet y Carr
Cuando supo que el bebé que esperaba iba a ser un niño, Gabriel Molano le eligió el nombre de un conquistador español, Sebastián Moyano, porque ... había leído que aquel personaje nacido en tierras cordobesas nunca le tuvo miedo a nada. Y por eso se llama así Sebastián Molano, ganador al sprint en Briviesca de la segunda etapa de la Vuelta a Burgos. Gonzalo Serrano es el líder y Mikel Landa, octavo a 9 segundos, se enfrenta a su primer gran test en la próxima jornada, que subirá el Picón Blanco antes de bajar hasta la meta de Espinosa de los Monteros.
Molano agradeció a su equipo, el UAE, el trabajo realizado para acabar con la fuga. «Eso me motivó y, tras mucho tiempo sin ganar, pude reencontrar la senda del triunfo», dijo. Molano, formado en la pista colombiana y antiguo rival juvenil de Gaviria, es ahora lanzador de otros velocistas, entre ellos el propio Gaviria. Tiene pocas oportunidades para ser el líder. En Briviesca tuvo una y la aprovechó.
Tras salir desde Tardajos y mientras respiraban al aire limpio que regala la Sierra de la Demanda, cinco ciclistas tiraron hacia Briviesca, la meta, uno de los graneros de Castilla. Tierra de labranza. Los cinco, veinteañeros, representan la cantera del pelotón español, que tanto necesita un relevo. Ahí estaban Sergio García (Eolo), Raúl García (Kern-Pharma), Carlos Canal (Burgos) y los alaveses Oier Lazkano (Caja Rural) y Unai Cuadrado (Euskaltel). Cinco dorsales llenos de esperanzas. Aunque la segunda etapa de la Vuelta a Burgos no era para ellos. Los velocistas reclamaron su coto.
A apenas 7 kilómetros del final, en un repecho, se movieron Burghardt, Schmidt y Geniets. A por ellos salieron Bardet y Landa, que anda inquieto, como con ganas de recuperar el tiempo perdido tras la caída en el Giro y la posterior rehabilitación. Burghardt casi evita el sprint. Pero sucumbió con la pancarta a la vista. Molano, a rebufo de su compañero Trentin, lanzó tarde el sprint. Aun así, tuvo reprís para remontar a Dainese, Meeus y Aberasturi. Por los pelos. «He tenido que esperar a que me confirmaran que yo era el vencedor», confesó.
Para los candidatos al triunfo en la ronda, era una jornada de espera. La disputaron con la vista puesta en la tercera etapa, la que sube al Picón Blanco y baja a la meta de Espinosa de los Monteros por la carretera recién asfaltada que enlaza esta cima militar con La Sía. Paraíso ciclista. El Picón será también el final de la tercera etapa de la ya cercana Vuelta a España. Y aquí, en la ronda burgalesa, va a servir de campo de pruebas para catar el estado de forma de Egan Bernal y Adam Yates -tras la caída del primer día-, Romain Bardet y Simon Carr, y también para saber cómo se encuentra Mikel Landa, que parece muy recuperado tras el grave accidente que le apartó en mayo del Giro.
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