«Estoy aquí porque vendré a Bilbao a ganar el Tour»
El ecuatoriano se muestra contrariado por su «mala suerte» en la Itzulia pero mantiene una fe inquebrantable en lograr el triunfo en París
Richard Carapaz (El Carmelo, Carchi; Ecuador, 1993) está a medio camino entre los mortales y los extraterrestres. Desde 2019, cuando ganó el Giro de Italia, ... cada año ha subido al podio de alguna grande, pero el Ineos no le vio como el candidato a ganar el Tour que anhelan desde las graves caídas de Froome y Bernal. La inalterable ambición de la 'Locomotora de Carchi', de ataques fulminantes, se unió hasta 2025 a la del Education First, que sí le consideran un líder sólido. Contrariado en la Itzulia por el enganchón que le obligó a poner el pie a tierra en el muro de Hika, promete que volverá a Bilbao en julio con la idea de pelear el triunfo en París con Pogacar y Vingegaard.
– En esta Itzulia está lanzando sus primeros ataques de la temporada pero no logra escaparse. ¿Le está costando coger la forma o va todo según lo estipulado?
– Poco a poco voy encontrando las sensaciones y estoy tranquilo. Vengo de un invierno complicado. Me operé de las amígdalas, la recuperación no fue la esperada y me quedé más tiempo de lo previsto en Ecuador, pero ahora estoy contento. De Cataluña a País Vasco estoy mucho mejor.
– El final en Hika se le adaptaba bien pero…
– Fue muy mala suerte. Hubo un enganchón, eché el pie en tierra y… (tuerce el morro). El mal rato ya lo hemos pasado y ahora intentamos enfocarnos en la etapa de hoy y en la de mañana. Habrá guerra.
– ¿Lo importante llega en julio o le gustaría tener buenos resultados antes?
– Nuestro objetivo está en el Tour. En el trayecto, todo lo que logremos será bienvenido, pero no nos vamos a poner nerviosos por ello.
– ¿Se plantará en Bilbao con la intención de ganar el Tour?
– Sí, hombre. Nos preparamos con esa intención. Vendré a ganar el Tour. Lo juro, por eso estoy aquí. Para ver recorridos, familiarizarme con las carreteras y pensar en la victoria. Solo me enfoco en eso.
– ¿Qué le parecen las etapas vascas? ¿Las conoce?
– Conozco las tres. Ya conocía el terreno de las carreras amateur con el Lizarte, pero he vuelto a inspeccionarlo la semana pasada. Serán exigentes y nerviosas.
– ¿Puede ganar el Tour en circunstancias normales, de tú a tú, contra Pogacar o Vingegaard?
– Sí, ya he estado con ellos en el podio y sé que es posible. Soy ambicioso y tengo la confianza en mí de que se puede. Yel recorrido me gusta y me viene bien.
Ecos de un oro olímpico
– ¿Se acuerda de cuándo fue la última vez que venció a Pogacar?
– Competimos muy poco juntos. En el Tour, alguna Strade y poco más.
– Y los Juegos. ¿No son su mejor victoria?
– No, lo mejor no. En el ciclismo no tiene tanta importancia como en otros deportes. Pero si que es algo bonito para mí y para mi país. Haber conseguido algo tan grande significa mucho pero me quedo con el Giro sin dudas.
– Allí proclamó que Ecuador no le apoyó.
– (Corta la pregunta) Cuando mandé el mensaje ese, no era para la gente del país. Ellos no tienen nada que ver. Es el Gobierno quién debe apoyar a los deportistas. La gente siempre está ahí. Es muy bonito. Siento un cariño especial por llevar este maillot de campeón nacional y por representar a mi país.
– ¿Está abriendo camino en su país?
– No del todo. Allí gusta mucho el fútbol y no ha habido una gran tradición ciclista como aquí. Yo hasta los 16 años no empecé, que es ya algo tarde. Poco a poco el país va creciendo, estamos sacando unos cuantos corredores ahora y hay más escuelas pero nos queda un largo camino por recorrer para las siguientes generaciones. No hay todavía un calendario nacional. Pero mi trabajo en ese sentido está hecho.
(En diciembre de 2022 creó el Tour Richard Carapaz – Banco Pichincha, que consta de cuatro etapas, e intentará atraer a los mejores ciclistas en el futuro).
– Pese a la globalización del ciclismo, Europa sigue copando la gran parte del calendario e impide al resto vivir en sus países de origen. ¿Eso hace que se pierda arraigo?
– No. Hace que se le coja cariño también a otros lugares. El invierno siempre lo paso allí, que hace veinte grados, y después de las clásicas volveré para preparar el Tour a 3.000 metros de altura. Siempre aprovecho mi tiempo allí.
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