Jon Barrenetxea pide protagonismo
Considerado uno de los ciclistas vascos con más futuro, el de Gamiz crece en la Itzulia para defender su reinado de la montaña
El aprendizaje de Jon Barrenetxea (Gamiz) en el campo profesional sigue quemando etapas. En esta Itzulia se ha puesto como especialidad las fugas para pelear ... por el reinado de la montaña, un objetivo que en principio «no entraba en los planes», pero que ahora lo defenderá «hasta donde pueda». A sus 22 años, Barrenetxea es una de las más firmes promesas del ciclismo vizcaíno y vasco, y su nombre ha resonado con fuerza en las dos primeras etapas de la carrera. «Me estoy encontrando muy a gusto», admite el de Gamiz.
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Su planta (1,88 m) le delata como un ciclista completo. Buen rodador, en la ronda vasca ha delatado otra de sus virtudes, esa punta de velocidad que le hizo destacar en el campo aficionado y que le permitió, sobre todo en la segunda etapa, acumular puntos para su maillot de lunares.
Barrenetxea todavía está por descubrir y por hacer, pero su trayectoria le avala. A los 8 años se apuntó en la Sociedad Ciclista de Mungia, la 'Valentín Uriona', el ciclista de Muxika que ganó la Milán-Turín y el Dauphiné en 1964 y fallecido al caerse en el campeonato de España en 1967. Jon siguió la estela de su hermano Mikel, cinco años mayor que él y que llegó hasta juveniles. Pero él ha seguido adelante, fue campeón de España júnior y mundialista en Innsbruck en 2018, y en 2020, como ciclista del Cafés Baqué, logró cinco victorias, entre ellas el Memorial Valenciaga, una de las grandes del calendario, además del Trofeo Euskaldun. Ese rendimiento le abrió las puertas del campo profesional y Barrenetxea se decantó por aprender y adaptarse cuanto antes en el seno del Caja Rural. «Estoy muy satisfecho con el equipo y acerté con la decisión», afirma. En la formación navarra ha aprendido a buscar la forma de ser protagonista en las carreras y a competir contras los World Tour, donde reconoce que «es muy complicado que puedas tener oportunidades de dejarte ver, pero al menos en la Itzulia lo estoy logrando».
Buenos maestros
Barrenetxea admite que su etapa de formación en el Caja Rural se ha 'liberado' de esa «cierta presión» que le suponía ser casi siempre una referencia en las competiciones del campo amateur. Hasta ahora ha convivido más con el anonimato, aunque siempre está dispuesto a dejar destellos de su clase, como por ejemplo cuando en su segunda competición como profesional, se metió en la escapada del GP Marsellesa, donde se llevó la clasificación de la montaña y la combatividad.
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En su zona de entrenamientos ha tenido buenos maestros. Barrenetxea ha entrenado con Omar Fraile y Pello Bilbao, dos referentes para él que le han enseñado a moverse en el pelotón profesional. Ellos son dos modelos, pero tiene otros como «Aranburu o Lazkano», el ciclista alavés segundo en la reciente A Través de Flandes y que también se formó en sus comienzos en el Caja Rural. De momento le toca seguir su formación, pero Barrenetxea quiere aprovechar cualquier oportunidad que tenga a tiro para brillar y mostrar esas cualidades que le han llevado a ser considerado uno de los ciclistas con más futuro. Su planta le delata.
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