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Pedro Delgado (Segovia, 1960) se fue ayer a comer a una sidrería en Renteria y casi no puede subir hasta la meta instalada en el ... muro de Hika. «He sacado diez minutos a Vingegaard. Que cambien la clasificación», bromea para desesperación de Ainara Hernando. La periodista vitoriana escribe 'La soledad de Perico', en el que rememora la carrera que le convirtió en un fenómeno de masas. En un icono del pop. En un ganador del Tour. En un popular comentarista de televisión, al que escucharle te lleva a las tardes de julio. Llega con la voz ronca.
- Le iba a decir sí ya se le reconoce más por la voz que por la cara, pero así…
- (Risas) Algunos sí. Coges un taxi y cuando digo el destino caen en quién soy. No era consciente hasta hace unos años. Me piden fotos y muchas son de los padres, los niños por la cara no saben quién soy.
- ¿Habla con Carlos de Andrés del marrón que supondrá relevarles?
- Marrón no, será ilusionante para el relevo. Esperemos que tarde mucho. Disfrutamos mucho.
- ¿Se jubilarán a la par?
- No creo, el tiene fecha de caducidad por TVE. Yo no sé si antes o después.
- ¿Cuando se ha sentido solo un tío tan querido?
- En la vida hay que afrontar muchas cosas solo. El ciclismo es un deporte solitario. Nadie da pedales por ti. Tienes un equipo que te ayuda, pero estás solo. Cuando estás débil, que no puedes responder, quieres justificarte a los compañeros y no puedes. Estás solo. Muere mi madre, todos encima, dándome el pésame, pero te sientes solo. La soledad es un estado que ahora no se valora. Parece que siempre tenemos que estar acompañados, rodeados de amigos…
- No lo plantea como negativo.
- Es una reflexión de que en los momentos grandes, de crisis y de desgracias que me han acompañado, uno está solo. Por muy arropado que estuviese y tuviera el cariño de la gente, te das cuenta que eres tú mismo el que tienes que tirar para delante.
- ¿Cómo empezó a montar en bici?
- Para bajar al río con mis amigos. Pero… me costó. Pedía la bici por Reyes y nada, no debían tener dinero. Estuve tres años así. Mis amigos por ahí y yo en casa, solo. Ahí empecé a estar solo (risas). Luego, con 12 años, me puse a vender y repartir periódicos con mi hermano Julio, El Adelantado de Segovia, mi primer pinito con los medios, y ya nos compramos una para los dos. Seguí ahorrando y ya me compré una Orbea por 5.000 pesetas.
- ¿Por qué desde el inicio estuvo tan cómodo en el foco?
- Si le digo que soy tímido… No tengo miedo a hablar y no tengo vergüenza para hablar ni para sentirme el foco ni bloquearme delante de una cámara. Pero me viene la gente '¡Pericooooooo!' Y… (arruga la frente). Me gustaría estar solo. Solo no. Ser más normal, menos conocido. Pero no te puedes rebelar a que la gente te muestre cariño. Tampoco si te critican. Aceptarlo. No sentirte mediatizado por el odio ni el cariño.
- ¿En su época no había 'haters', cascarrabias que le dijeran que 'mira que ganar solo un Tour..'?
- Claro, pero con las redes sociales ahora estás desatados. Han encontrado un terreno de abono muy propicio. Pero yo recuerdo etapas que me decían '¡Pericoooo, retírate ya, eres un bluf!'. El ciclismo da mucha facilidad para gritarte y estar en el anonimato.
- ¿Por qué cree que tiene más popularidad que Induráin, que ganó mucho más?
- Estar en los medios me da frescura ante la gente. Pero he viajado a sitios con Miguel y… es increíble como estando fuera del foco, como la gente le recuerda y le quiere. Hasta en el avión le pedían cosas. Yo soy más cercano, asequible y fácil de abordar. Miguel es mucho más severo, igual hace que la gente no se acerque tanto.
- ¿Landa es ahora lo más parecido a Perico?
- En cierta manera sí. Tiene un perfil que da rabia. Con lo bueno que es, siempre le pasa algo. Le hemos visto con opciones de ganar un Giro o más etapas grandes y al final siempre se le ha torcido. A mi se me recuerda por mis desgracias. Muere mi madre en plena carrera, me rompo la clavícula, mi despiste de Luxemburgo, se me ve muy humano. No como una estrella. La gente dice, este es como yo. Le pasa lo que me pasaría a mí. Que la vida no es tan sencilla. Landa genera una sensación de proximidad que hace que a los ganadores, le admires pero no le veas como un familiar tuyo.
- ¿Estamos en la mejor época del ciclismo?
- Puede que sí, pero porque hay varios corredores que lo hacen así. Recuerdo a Contador, hacía el ciclismo muy bonito pero estaba solo. En frente, algunos dopados, Amstrong, el Sky… la carrera se bloqueaba. Ahora hay una generación como él. Pogacar, Eveneepoel, Rogliç, Van der Poel, Van Aert… no reducen el ciclismo a los diez kilómetros finales. Es una delicia. Nunca lo habíamos vivido.
- ¿Se ha olvidado la sombra del dopaje?
- Eso va a ser difícil. Pero con estos corredores, volvemos a evocar épicas ciclistas. Y eso es un revulsivo. Porque ha habido épocas que ganaba uno y la gente decía 'vete a saber este'. Y ahora no pasa, solo se admiran las exhibiciones. Y eso viene muy bien. La sombra del dopaje siempre estará. El ciclismo lo está haciendo bien pero sigue en el ojo del huracán porque las instituciones no ayudan a recuperar su buen nombre.
- Ahora anda más gente en bici que nunca. ¿Por qué hay menos chavales en las escuelas?
- Por seguridad vial. Hemos tomado conciencia de que en las carreteras hay mucho peligro. Tú sales, pero cuando tienes hijos, estás intranquilo. 'A ver por dónde vas a ir'. Estamos más encima de nuestros hijos. Tenemos más tiempo para estarlo. Y esto, en parte, es perjudicial.
- A usted también le decían que dejara de soñar con ser ciclista y a estudiar.
- Pero no me prohibían salir. Mientras llevara los estudios adelante, lo que quiera. Ahora, 'ay hijo, ten cuidado; que mal me lo haces pasar'. También hay un problema de organización. Ahora es muy difícil saltar a profesional si no eres muy brillante. En mis años, saltábamos 25 mínimo. Eso era un futuro. Ahora no está. Se ha globalizado todo.
- A usted, que cae bien a todo el mundo, se le podría haber dado bien la política.
- Tuve invitaciones del PSOE y del PP pero es que todos los políticos que conozco no son apetecibles. Es poner tu vida en un cruce de caminos que siempre es para criticarte. Tú piensas algo por el bien común, que no crees que sea alocado y luego te torean. Un año, dos, tres… y mira, no. Otros deportistas lo han hecho y te das cuenta que no es tan fácil hacer lo que quieras. Los partidos mandan mucho y no sacas nada bueno. Qué necesidad con lo bien que vivo.
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