El debut sin complejos de Jon Barrenetxea
El ciclista de Gamiz, con sólo 20 años, gana la combatividad y la montaña en el G.P. La Marsellesa, su segunda carrera profesional
Por la carretera que va de Mungia a Gernika pedalean unos cuantos capítulos de la historia del ciclismo vasco. De Muxika era Valentín Uriona, ganador ... de la Milán-Turín y el Dauphiné en 1964 y fallecido al caerse en el campeonato de España tres años después. En esa carretera le recuerdan bien. Así, como él, se llama la Sociedad Ciclista de Mungia, la 'Valentín Uriona'. en ese club, con apenas 8 años, se inscribió uno de los últimos frutos de la cantera vasca, Jon Barrenetxea, que es de Gamiz, estación de paso de la ruta que va de Mungia a Gernika repasando la memoria del pelotón vasco.
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Barrenetxea es un buen ejemplo de esa tradición. Asistió de niño a los homenajes que la Sociedad Ciclista de Mungia ofrecía a los ciclistas de la zona. Con su familia y amigos, animó a los corredores desde la cuneta en la Vuelta al País Vasco y el Circuito de Getxo. «Siempre he soñado con correr esas carreras», dice ahora que acaba de debutar como profesional en el equipo Caja Rural tras ganar el año pasado el Memorial Valenciaga y el Torneo Euskaldun amateur con el equipo Café Baqué, otro maillot cargado de historia.
«Me aconseja que en carrera guarde fuerzas, que no gaste de más», apunta el ciclista de Gamiz
Omar fraile, su maestro
Alto (1,88 metros), completo y con pegada, Barrenetxea ha crecido viendo pasar ciclistas por la puerta de casa. Primero siguió la rueda de su hermano Mikel y ahora se entrena con, entre otros, Pello Bilbao y Omar Fraile, que es su referencia. Buen estudiante, el corredor vizcaíno cursa tercero de Administración de Empresas y, cuando cierra los libros, recibe lecciones de ciclismo mientras pedalea junto a Omar Fraile, ganador de etapas en el Giro y el Tour. «Me aconseja que en carrera guarde fuerzas, que no gaste de más». Que economice para ahorrar energías y explotarlas en el momento clave. Rentabilidad. Como le enseñan en la Facultad de Sarriko.
Acaba de debutar en el pelotón profesional. Sin complejos. Tiene de su lado la tradición, la memoria. Y también, la modernidad. Gracias a los potenciómetros, los ciclistas jóvenes conocen con exactitud el nivel de su fuerza. Pueden compararla con la de las figuras. «Eso te da confianza. Sabes que puedes estar al nivel de corredores que ya llevan tiempo en el equipo», apunta. Barrenetxea no es de los que dudan. «Si estás convencido de algo, es más fácil conseguirlo». Así, determinado, salió en el último Memorial Valenciaga (2020) y lo ganó. Y así se metió en la fuga buena del G. P. La Marsellesa el pasado fin de semana. Un recién llegado y al ataque. En su segunda carrera profesional, se llevó la clasificación de la montaña y la combatividad. «No hay que salir asustado», dice.
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«Si estás convencido de algo, es más fácil lograrlo», asegura el corredor hecho en la S. C. Valentín Uriona
determinado
«Con la pandemia es probable que haya menos carreras, así que no se pueden dejar escapar las oportunidades», argumenta. Nació en 2000, como Remco Evenepoel, la sensación belga. «Es un extraterrestre, igual que Pogacar. Pero no nos podemos comparar con ellos porque han tenido otra trayectoria, otros entrenamientos... Explotan antes que los corredores de aquí», compara. Barrenetxea, que se ve más en clásicas que en grandes vueltas, confía en su margen de progresión. «En cuanto corra unas carreras de nivel, iré a más», apuesta. Con 20 años, ya es otro dorsal profesional para continuar la historia ciclista que pedalea entre Mungia y Gernika. «Mi meta este primer año es aprender lo máximo y, aunque será difícil, ganar alguna carrera». Con la pandemia cambiándolo todo casi a diario, no hay tiempo para complejos.
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