«En el ciclismo se mueve mucho dinero y sólo importa el resultado»
Entrevista ·
Luis Ángel Maté, corredor del Euskaltel Euskadi, se muestra muy crítico con «la deriva» de su deporte en el que «probablemente» será su último año como profesionalIván Benito
Vitoria
Viernes, 17 de noviembre 2023, 23:56
Luis Ángel Maté (Marbella, 1984) se mantiene en el peso de los mejores escaladores. «Siempre estoy fino, pero el estado de forma es deplorable», reconoce ... con una sonrisa. En la muñeca derecha lleva una pulsera de abalorios que representa la bandera de Kenia. «África va a cambiar el mundo», confía. El andaluz encara el que «probablemente» sea su último año como profesional. Aunque su vida no parece que vaya a cambiar.
– ¿Qué le empuja a iniciar su cuarto año en el Euskaltel?
– Demostrar que también se puede tener cierto nivel sin obsesionarse tanto con los datos. He llegado a un punto de mi carrera en el que necesito romper un poco con toda esa tecnificación que trae consigo el ciclismo, de números, números, números... la báscula, los vatios en la bici, el peso en la comida… eso provoca mucho estrés. En el ciclismo que yo empecé te examinabas en la carrera y durante la semana hacías lo que querías. Nadie te controlaba. Creo que es un error de este modelo de ciclismo o de sociedad que tenemos y aquí me dejan transmitirlo. La exigencia solo hay que ponersela a sí mismo.
– Ese mensaje es contrario a lo que ahora se pide en equipos y escuelas.
– Esto responde a la propia moda de la sociedad. Prima lo rápido, lo instantáneo, el TikTok. Se ven chicos con 14, 15 años siendo ya profesionales. Cuando un niño con esa edad lo que tiene que hacer es estudiar e irse en verano con sus padres a las fiestas del pueblo. Es peligrosa la deriva que está teniendo el ciclismo.
– Este año volvió a ganar. Imagino que algo le removería.
– Fue un momento muy bonito, pero para mí fue una carrera como cualquier otra. Lo único que me impactó y me llenó fue la alegría que provoqué en mucha gente. A mi familia, a la gente de mi entorno, a mi equipo…
«No había nivel», le vacila tres mesas de cafetería más allá el director del equipo, Jorge Azanza. – (Risas) Para mí fue una carrera normal en la que pasé el primero la línea. La diferencia es la repercusión que tuvo. Quizás eso también es importante. A veces no somos conscientes los deportistas del escaparate que tenemos para transmitir ciertos mensajes. Pero, evidentemente, fue una alegría.
El deporte del pueblo
– Dicen que ahora ya no se habla en el pelotón.
– No se puede, se va siempre a tope. En eso también el ciclismo está equivocándose. Nos estamos volviendo muy herméticos. Prácticamente estamos en el bus hasta el último momento de la firma, vamos al podio, saludamos desde allí y a la salida. Los equipos se ponen en fila y no nos mezclamos. Es un error muy grande en cualquier sociedad. El ciclismo es el deporte del pueblo, el contacto con el aficionado es imprescindible para nuestro deporte. En bicicleta todo el mundo tiene que pedalear, los pobres y los millonarios. Puedes entrenar con Pogacar. Nadie puede plantearse jugar con Messi o con Rafa Nadal. Así que el coto cerrado no puede traer nada bueno.
– ¿Y por qué ha ocurrido?
– El covid ha puesto muchas barreras, pero yo creo que esto viene de antes y es un poco la paranoia de la hiperprofesionalización y del resultadismo por encima de todo. En ciclismo ahora se mueve mucho dinero, parece que solo importa el resultado y es un error muy grande en mi criterio. Yo creo que lo importante es la trayectoria.
– Ni le pregunto qué opina del tema de los puntos que le preocupa al Euskaltel.
– Están repartiéndose el pastel entre los mismos, cada vez más, y me parece erróneo e injusto. Además, los puntos han cambiado la forma de correr de los equipos. Ya no hay interés por las fugas ni la combatividad. Eso hace que las carreras se vuelvan bodrios y súper monótonas. No hay que tener miedo a decirlo. Hay ciertas etapas en la Vuelta o en el Tour que son un producto insípido por reducir tanto las invitaciones. Con más equipos, más gente en la fuga y más interés cada día.
–¿Va a ser el último año que le veamos en el pelotón?
– Probablemente, sí. Me veréis en la cuneta animando, pidiendo autógrafos o reclamando que salgan los ciclistas del bus para mezclarse un poco con la gente. Ciclista voy a ser siempre, aunque sea sin licencia, porque es mi forma de vida.
– ¿Luego le gustaría estar en la estructura de algún equipo?
– De director no me veo. Tengo muchas ideas, muchos proyectos y aún no sé dónde pondré definitivamente el huevo. Quiero aprovechar este año al máximo.
– ¿Qué planes tiene para el invierno?
– Mucho gravel, la mountain bike también. La bici es una herramienta extraordinaria no solo para socializar, sino también para promover un cambio en la movilidad que tenemos que implantar ya. Y aprovecharé para hacer otras cosas porque con tanta competición tampoco tienes tiempo para mucho.
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