El bilbaíno que tendrá a Roglic de profesor

Marco Martín ha dado el salto del Baqué Cycling Team al Red Bull Bora Devo. Seguro que influyó su excelente rendimiento «en la Gipuzkoa Klasikoa, una prueba junior de categoría UCI en la que gané la segunda etapa -en el barrio de Egia de San Sebastián-. Acabé por delante del ciclista del Groupama Baptiste Grégorie, el hermano de Romain. Hice segundo en la general y también me llevé la clasificación de la montaña. Esto ha sido antes de verano. Estaban ahí el Groupama y el TotalEnergies junior con muchos corredores con contratos profesionales y otros equipos filiales de World Tour. Es una prueba escaparate que tiene mucho nivel. Los extranjeros suelen quedar delante, di la sorpresa y se fijaron en mí», apunta el prometedor ciclista que atiende a este periódico justo después de hacer pedaleado 120 kilómetros por Sodupe, Zalla y Balmaseda.

Martín se aficionó a este deporte porque «mi aita Óscar hacía bici. De pequeño yo jugaba al fútbol en el Indautxu y empecé a salir con él por el bidegorri de Bilbao. Hasta que un día salí a la carretera abierta y comenzó a gustarme. Entré luego en el equipo de la escuela de ciclismo de Mungia, hice algunas carreras y me gustó cada vez más participar en pruebas los fines de semana con 12 y 13 años», recuerda.

Ha ganado, por ejemplo, una carrera de Karrantza en la que se asciende el puerto de Ubal. «Subir es mi fuerte. Es en lo que mejor me desenvuelvo por altura y peso. Soy un tío pequeñito y es lo que mejor se me da», expresa un chaval que también venció en la carrera de doble sector de Liernia.

Pero todo no ha sido fácil. «He estado enfermo dos meses. Cogí una infección y tenía sinusitis. Me dio un montón de problemas y tomaba muchos antibióticos, así que he estado un par de meses sin correr y me he perdido campeonatos de España o la Vuelta al Besaya», manifiesta un ciclista que ya ha tomado parte con la selección española en la Copa de Naciones. «En Italia tuve mala suerte ya que me caí y en Suiza lo hice bien. Desde categoría cadete he ganado muchas pruebas», señala Martín, que agradece que desde su representación «tuvieran el detalle de venir a Bilbao. Es una agencia bastante importante y llevan a buenos corredores». Sus ídolos son Tadej Pogacar, «que anda demasiado», y Remco Evenepoel, del que destaca «su carácter y mentalidad». De aquí «me gusta mucho Landa».

Desde esta semana disfrutará de su hermoso sueño en Mallorca en una concentración en la que «probaremos material, ajustaremos las bicis, recibiremos charlas y entrenaremos bastante. Estaremos el equipo juvenil, el sub-23 y el World Tour», subraya. Ahí coincidirá con Primoz Roglic, Alekxandr Vlásov, Daniel Felipe Martínez y Oier Lazkano. Martín quiere aprovechar su oportunidad «como Pablo Torres, que ha hecho una gran temporada y le han subido al UAE World Tour. En mi año de 2006 hay muy buena cantera. Esta temporada creo que hemos subido siete u ocho corredores. Uno es el alavés Hodei Muñoz, que ha ido al Quick-Step. Me veo algún día corriendo las grandes y haciendo las cosas bien. Quiero dedicarme al ciclismo», desea.

Martín comprueba que «el nivel cada vez es más alto, todo el mundo se cuida mucho, se lo toma más en serio y cada vez se va más rápido. He luchado mucho, me gusta entrenar y, sobre todo, ahora que tengo tiempo. Estaré hasta el 20 de diciembre en Mallorca. Y luego en enero, antes de la Challenge de esa ciudad, también hay otra concentración. Ahora, aunque parece que existen más facilidades para pasar a equipos de formación, es algo muy complicado», reconoce. Pero Marco Martín ha tenido «piernas, cabeza y suerte».