Ayuso da un zarpazo a Del Toro bajo la lluvia
Giro de Italia ·
Aventaja a su compañero en 48 segundos en la crono de Pisa, mientras Roglic recupera terreno y ya es quintoJon Rivas
Martes, 20 de mayo 2025, 21:13
Llueve sobre la Toscana a veces sí, a veces no. En ocasiones diluvia. Y secos los primeros, empapados los últimos, con la torre de Pisa ... al fondo, sin ganas ni tiempo para hacerse la foto cursi o el montaje cutre junto al monumento, que la inteligencia artificial ha desvirtuado, van llegando los ciclistas que se juegan las alubias. Quienes salen al principio ruedan con ventaja, a sabiendas de que no van a tener que manejar los frenos con pericia de cirujano. Los últimos se espantan con cada chirrido de los discos en las curvas. Nadie quiere caerse ni salir en la foto del día sujetándose la clavícula o ingresando en un hospital con collarín.
Roglic, que es habitual en las desgracias, se cae sobre su pierna derecha, sí, pero en la vuelta de reconocimiento, aún sin velocidad de crucero. Y de la fatalidad del domingo le llega la remisión el martes, porque en el décimo puesto de la general, adelantando su partida a las nubes más amenazantes, desde la atalaya del podio de salida, observa nubes negras en el horizonte, pero el asfalto, seco en los kilómetros iniciales, peligrosos por las curvas del principio, y sin ataduras meteorológicas, se lanza a mejorar los tiempos anteriores. Ha cambiado el viento y golpea con más fuerza, pero el esloveno, moviendo desarrollos imposibles, intenta apurar mientras no llueve.
Una crono atípica, ganada por un descomunal neerlandés, Daan Hoole, que cuando calientan los gigantes del Giro en el rodillo y se acumulan las nubes negras sobre las rutas de esa Toscana esta vez gris, ya está sentado en esa silla de tortura ideada por las mentes pensantes del ciclismo para ese 'quítate tú que me siento yo', que en esta oportunidad no se cumple.
Y es que los que salen después lo tienen peor, porque sobre el toldillo en el que escucha la cuenta atrás, «cinque, quattro, tre, due, uno…» repiquetean ya con fuerza las gotas de lluvia. Desaparece el último dedo de la mano del juez, «zero», y entonces ya salpican contra las gafas tintadas y aerodinámicas. Casi no sienten la lluvia en el cuerpo, pero sí en las ruedas y en los frenos. Pero Juan Ayuso no siente nada, o eso parece. Sale del podio con 62 dientes en el plato y un piñón pequeño de 11. Como una fiera, se come el asfalto. Iguala los tiempos de Roglic, que distancia en 54 segundos a Bernal en el primer control. El español, dolido en la rodilla, y posiblemente en la moral, lo quiere dar todo. Todavía encuentra algunos tramos con la carretera seca que le permiten rectificar en una curva tomada con exceso de velocidad, derrapando con la rueda trasera.
Para Isaac Del Toro, lluvia de principio a fin. Pidió a los mecánicos que le montaran un plato descomunal de 64 dientes para repetir el 'sorpasso' a Ayuso de los caminos de tierra en la crono, pero el desarrollo se le atraganta y no puede moverlo con soltura. «Sabía que iba a ser muy duro, así que mi único objetivo era poder terminar la contrarreloj manteniendo la maglia rosa», asegura al final.
Como pez en el agua
Pareció que podría perder la maglia porque el empuje de Ayuso no tenía límites, pero la lluvia igualó a todos al final. Menos a Roglic, como pez en el agua mientras se desinflaba un poco el español, que en el primer punto de cronometraje perdía ocho segundos. Pero después, cuando desfilaba por el Valle delle Fonti, paralelo al acueducto, que no es romano sino que construyeron los Medici en 1595 con sus 934 arcos en el camino hacia Pisa, mejoraba los registros del esloveno, y de Del Toro. 26 segundos en Ponteletto y 43 en Asciano. 48 al final. Con Roglic, tras el despegue llegó el derrumbe de medio minuto en los nueve kilómetros finales. Las fuerzas estaban justas.
Pero en los kilómetros finales, cuando sobre Roglic lloviznaba, encima de Ayuso diluviaba, esa diferencia a favor se volvió en contra, para ceder al final 19 segundos, que son los que el corredor esloveno rebaña, más aún con Del Toro, que perdió 1,07. «No quería tomar muchos riesgos por la lluvia. Estoy muy feliz de seguir líder del Giro», dijo el mexicano. «Sabía que sería difícil la crono. Tenía tiempo a mi favor y no quería arriesgarme a una caída. A veces me costó mantenerme sobre la bici, pero lo conseguí. Tuve un poco de miedo en cada curva, ya desde la mañana pensé en levantar el pie para no tomar riesgos».
Ayuso se queda ahora más cerca del liderato, a 25 segundos; Tiberi se va a más de un minuto, Simon Yates a 1.03 y Roglic adelanta cinco puestos y está ahora a 1.18. Carapaz no anduvo fino y está ahora a 2.10. La posición estratégica del UAE de Matxin es envidiable, con cuatro corredores entre los siete primeros, con casi toda la montaña por ascender.
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