«Con agresividad hubiera ganado mucho más»
El velocista, flamante referente del Euskaltel, reconoce su moderación en la jungla de los sprints. «A muchos les da igual caerse o no ven el riesgo»
El rostro de Jon Aberasturi (Vitoria, 1989) es un espejo de su profesión. Encima de la ceja izquierda tiene una profunda cicatriz. «Es de mi ... etapa en México, en 2015. Fue de puntos», explica desde la concentración del Euskaltel en Elgoibar. En el pómulo derecho, otra. «De Mallorca, del año pasado». Más de quince años esprintando por todo el mundo. Contrariado porque «con más agresividad hubiera ganado mucho más» y con la espina de no haberlo logrado aún en la Vuelta a España. El vitoriano, que llega al equipo vasco procedente del Lidl-Trek, se siente capaz de hacerlo la temporada que viene, ya con 35 años y un hijo que nacerá en diciembre.
- ¿Intentó seguir en el World Tour?
- Sí. Pero la segunda parte de la temporada estuvo afectada por una caída que tuve en la segunda etapa de Polonia. Me rompí el pubis y tuve que tomar otro enfoque. Da rabia porque estaba enfocado en lograr resultados en la segunda parte de la temporada. Tenía Polonia, Arctic Race, la Vuelta, Croacia y China, un muy buen calendario para lucirme. Pero las circunstancias a veces son por algo y puede ser que sea hasta bueno, no lo sé. Me quedé con buen sabor de boca en la última carrera en China, el 18 de octubre. Me vi con un nivel bueno para disfrutar.
- ¿Se exige ganar este año?
- Sí. En el Trek la mentalidad era ayudar a ganar. Pero la ambición de ganar todavía la tengo. Y al final, volver aquí es para eso. Porque cuando he tenido continuidad y un estado de forma óptimo, he podido luchar con los mejores.
- «Yo creo que 5 o 6 carreras puede ganar», bromea por detrás Jorge Azanza, su director deportivo.
- Que no se flipen (sonrisa).
- ¿Puede un sprinter seguir evolucionando pasados los 30?
- Sí, la velocidad es genética. Hay una edad que ya te tienes que estancar físicamente. Pero a día de hoy no he sentido ese paso atrás. Creo que ya es más psicológico, sabiendo lo exigente que es este deporte, los sacrificios y demás. Pero ahora, con la alimentación y el descanso tan medidos, puedes alargar mucho tu carrera y depende sobre todo de la cabeza.
- A nivel de velocidad, ¿sigue con los mismos datos?
- Soy un corredor que tampoco hace muchos entrenamientos enfocados al sprint. Creo que andar es más importante que sprintar. Cuando me comparo con otros sprinters o ciclistas en diferentes carreras, no he visto que haya ese paso atrás y me da confianza.
- ¿Cuál es su tope de velocidad en un sprint llano?
- 78, 79, 80 km/h sí que he cogido. 90 creo que nadie. Pero 80 y poco sí puede coger alguno.
«Siempre he tenido el riesgo en mente. Soy ambicioso, pero también quiero volver a casa»
«No habiendo frenado...»
- ¿La victoria de Geoffrey Soupe este año en la Vuelta es un ejemplo de que usted también puede ganar?
- Sí. Es verdad que no hubo un gran nivel de sprinters. Pero sí. Él llevaba muchos años sin ganar, parecía que ya no era ni sprinter, y cuando ganó ahí, sobre todo me sorprendí de, joder, cómo ha ganado. Pero yo, cuando he acudido a la Vuelta, siempre me he quedado con ese pensamiento de que si hubiesen salido un poco mejor las cosas, hubiese ganado. Habiéndome colocado mejor en un momento, no habiendo frenado. Al final, en un sprint son tantas circunstancias que...
- ¿Qué día tiene ahí grabado?
- Pues mi última participación con Caja Rural -2021-, la que acababa en Cantabria -Santa Cruz de Bezana-. Fue el típico final con tensión que en un momento tienes que frenar y pierdes cinco posiciones. Luego puedes adelantar, pero cuando empiezas a sprintar ya queda poco a meta. Pero vi que fui el que más rápido llegó y no porque hubieran frenado después de la línea. Estuve muy bien. En muchas ocasiones me cabreo mucho. Me encabrono y digo, otra más que se me escapa. Es tan difícil que te salga todo perfecto... Tienes que medirlo todo tanto, que a veces, de tanto medir esfuerzos o distancias, te quedas cerrado o te pilla un bandazo. Es impresionante como Philipsen tiene un don para colocarse. Yo tampoco tengo tanta agresividad como otros, a los que les da igual caerse, que creen que todo vale. Yo tengo más precaución. Muchas veces pasa el que más valor le echa y ese tiene la opción de ganar y tú no. Con más agresividad, hubiese ganado más en mi carrera deportiva.
- ¿Con los años frena más?
- No. Siempre he sido consciente de cuándo me podía caer. Otros no lo ven, o les da igual. Ven la meta y piensan, 'o paso o gano'. No hay más. Yo siempre he tenido el riesgo en la cabeza. Quiero ganar, soy ambicioso, pero quiero llegar a casa también. Y en ese sentido, yo no salgo con la mentalidad de arriesgar más que el otro. Tengo más conciencia de lo que puede pasar.
- ¿Qué calendario le gustaría hacer?
- Compensar vueltas en España con varias clásicas para rascar puntos. Hay que ver el recorrido de la Itzulia y Cataluña para ver si hay posibilidad de sprint y compensa ir. Y luego mucha clásica de un día y la Vuelta a España. Sabiendo que este año el Euskaltel se ha quedado fuera, lo lógico sería volver a participar. Siempre que he ido lo hago con mentalidad de ganar una etapa. A día de hoy no se ha dado, pero nunca he perdido la esperanza, por mucho que luego acabe la Vuelta de mala hostia.
«Vuelvo al Euskaltel con mi mejor nivel y en plena madurez»
«He tenido una carrera deportiva peculiar», califica Aberasturi. Con 25 años se quedó en el paro. Pero no desistió. «Sabía que no había dado mi mejor nivel y quería ver hasta donde podía llegar. Porque entrenaba y veía que todavía podía mejorar», recuerda. Tuvo que probar suerte una temporada en México (2015), de los países más exóticos del ciclismo. Luego, dos años con el UYKO, ilustre equipo japonés. «Aprendes a luchar por lo que quieres. A lo bueno te acostumbras rápido pero lo malo te hace mejorar». Nueve victorias en el calendario asiático le concedieron la oportunidad de volver a Europa. «He dado tumbos. Pero ahora vuelvo a los orígenes con mi mejor nivel y con una madurez plena como ciclista», asegura.
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