La persecución de un sueño por un camino inescrutable
El vitoriano ha emprendido una nueva etapa de formación como entrenador de baloncesto en el Leicester Riders, líder de la Liga británica
iván benito
Martes, 9 de marzo 2021, 02:05
«No tenía nada que perder. Si sale bien, genial y sino vuelvo y ya está». En la cabeza de Julen Forniés no existía ninguna atadura para marcharse a disfrutar del baloncesto al Reino Unido. La pandemia, la escasa repercusión del deporte de la canasta en el país y lo que dejaba atrás en Vitoria fueron incapaces de frenarle. Inquieto y valeroso, deseaba probar suerte en el extranjero. «He dejado pasar tres veces la oportunidad de ir fuera a entrenar y si lo hacía una cuarta… me daba la sensación de que igual no había ninguna otra».
A sus 34 años y con más de 18 dedicados en las inferiores del baloncesto alavés, su cuerpo le pedía un cambio. «Creo que la situación no era la peor para salir. A mí me ha cogido muy bien. En el trabajo podía pedir excedencia y mi familia me apoyó». Su nueva aventura se comenzó a gestar durante el confinamiento del que está a punto de cumplirse un año. Buscaba una oportunidad lejos del País Vasco que no terminaba de cuajar hasta que, bien entrado julio, una llamada lo paralizó todo.
El Leicester Riders, el club más antiguo del país, buscaba un técnico español para ejercer de asistente en el primer equipo y hacerse cargo del sub-18, una idea que «no era lo que buscaba» el vitoriano. Pero en el conjunto británico no le querían dejar escapar e insistieron al día siguiente. «Nunca se había presentado una oferta tan interesante como esta, tanto a nivel salarial como deportiva».
Problemas para pensar
Cuna de cientos de deportes, Gran Bretaña y el baloncesto han sido siempre lo contrario a la ginebra y la tónica. Una buena combinación. Entre fútbol, rugby, cricket, tenis, golf… se reparten la repercusión y el apoyo de las instituciones que desde el 2014 empiezan a mirar al aro. Si bien todavía no ha penetrado entre la sociedad, la inversión se centra en potenciar la formación, con más de 33.000 jugadores inscritos, e impulsar la British Basketball League (BBL), una liga todavía poco competitiva. «Ahora mismo los ocho primeros tienen muy buenas plantillas, de un nivel para competir en LEB Oro y pelear por el ascenso a ACB. Pero luego hay un salto de calidad grandísimo. Los que están abajo igual tienen nivel EBA», reconoce.
Sin embargo, se ha llevado una sorpresa con el nivel de los jugadores. «Hacen mates y ale-hoops increíbles. No había entrenado a gente con ese físico nunca jamás», se fascina. Una fisionomía esbelta a la que le falta desarrollar en la pista el músculo más importante. «Cuando les pides pensar, hay problemas». Para ayudar en la toma de decisiones ha llegado al país anglosajón. «Estoy convencido de que de aquí, bien entrenados desde que tienen 12 o 14 años, tienen que salir jugadores con un nivel espectacular».
Sumido en agosto en pleno estrés burocrático, el Araski le facilitó su salida tras renovar como preparador físico. «Conocían mis intenciones y no me pusieron ninguna traba». Los Riders de Leicester, ciudad conocida mundialmente por su gesta futbolística, con su objetivo de «pelear por todos los títulos», le daban la oportunidad de seguir desarrollando su vocación como técnico. «Es lo que me ha traído aquí y no ver si consigo ser entrenador en la liga inglesa. Quiero aprender de los mejores. Ahora soy asistente y el dirigir no me obsesiona, aunque sí me veo preparado para ello», puntualiza, con Aíto y sus 73 años en el horizonte. «Me queda tiempo», bromea.
«Libertad absoluta»
En pocos meses, Forniés se ha ganado la confianza del técnico Rob Paternostro y tiene «libertad absoluta» para trabajar tecnificación individual con los jugadores, predispuestos a mejorarar a base de horas extra. «Es por lo que estamos cotizados los entrenadores españoles y los jugadores están encantados».
Adaptado al ritmo horario desde la obligatoria cuarentena a su llegada, el vitoriano empieza los entrenamientos a las 7 de la mañana con los sub-18, sin competición por la situación sanitaria. La concisa tarde británica la dedica a su tiempo libre, pero siempre orientado al baloncesto, algo a lo que en Vitoria no estaba acostumbrado. «Soy muy friki y ahora puedo dedicarle muchas horas al baloncesto, que es mi pasión».
Con el equipo líder en solitario tras doce victorias consecutivas, la temporada se encamina a los meses decisivos en la que se examinará la renovación de Forniés. «No se que va a pasar. Si hay que seguir y mejoramos algo, perfecto. Si hay que marchar a otro sitio, se marcha. Yo estoy abierto a seguir dando pasos como entrenador», asume este intrépido vitoriano, entendedor de que los caminos del baloncesto son inescrutables.
La Euroliga, interesada en expandirse por el Reino Unido
La promoción de la Liga británica, compuesta fundamentalmente de jugadores locales y norteamericanos –solo juegan 5 europeos– se dirige exclusivamente a EEUU. «Los jóvenes piensan en ir a la NCAA, no en jugar en Euroliga, ni siquiera la ven», reconoce Fornies. Sin embargo, la máxima competición continental, en palabras de su director ejecutivo, Jordi Bertomeu, considera al Reino Unido «un mercado fundamental para el futuro». «Es normal. –entiende el vitoriano–Aquí hay mucho talento, pero necesitan abrir los ojos y descubrir que hay jugadores buenos en cualquier parte del mundo».