El Congreso de Mujeres y Deporte rechaza los equipos mixtos

«Hemos avanzado en lo cuantitativo, pero nos quedan muchos avances por lograr», ha avanzado Teresa Laespada, diputada foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad en su intervención. Ha sido ella, junto a Lorea Bilbao, diputada de Euskera, Cultura y Deportes) y Nekane Balluerka, rectora de la UPV, quienes han dado la bienvenida a todos los asistentes al Congreso, han avanzado las líneas maestras a desarrollar en el mismo, y han tomado el testigo de la cita que se llevó a cabo en Valencia hace dos años.

Precisamente Isabel García, «alma mater de aquella edición, como la han presentado en la sala, ha sido la primera en hablar para recordar cómo surgió aquel evento y que conclusiones sacaron para poder desarrollar hoy y mañana en Bilbao. «Arrancamos con la idea de revertir la situación que se vivía en Valencia respecto al deporte y la mujer, y como nos dimos cuenta que en el resto del país las cosas no estaban mucho mejor, decidimos animarnos en organizar el Congreso», ha explicado. Y ha recordado que «evidentemente hubo importantes avances y la situación ha cambiado bastante. Para Valencia fue un estímulo y un impulso para potenciar el deporte femenino, y nos convertimos en líderes de eventos deportivos femeninos», un deseo que ha compartido con lo que pueda surgir de este evento en Bilbao.

Acto seguido, las representantes forales y de la UPV han valorado lo que se ha planteado en la capital vizcaína. «Abruma la amplitud de los temas y la ambición de este Congreso. No hay perspectiva que no esté tratada», ha aplaudido Balluerka, quien a su vez ha recordado que «el deporte es un excelente paradigma de cómo la mujer se va haciendo visible en ámbitos donde había sido escondida», y que en este sentido, «los éxitos de esta reivindicación al ser más visibles pueden convertirse en un modelo».

De todos modos, se ha dejado claro en cada ponencia desarrollada esta mañana que todavía queda trabajo por delante. Por ejemplo, se ha recordado que en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 fue cuando por vez primera en la historia del olimpismo, todos los países llevaron a una mujer en su expedición, y no fue hasta Río 2016 cuando hubo mujeres participantes en todas las disciplinas deportivas.

Es aquí donde surge una palabra fundamental en cada una de las exposiciones llevadas a cabo en el Congreso, la visibilidad. «Nos toca dar visibilidad a las mujeres deportistas para exponer el deporte como herramienta de igualdad», ha reflejado Laespada. «Debemos crear propuestas para la profesionalización, el aumento de la participación y la igualdad de la mujer en el mundo del deporte».

Es en este marco donde Ainhoa Azurmendi, psicóloga y consultora deportiva; María Martín (Universidad Politécnica de Madrid), Susana Soler (Universidad de Barcelona) y María Teresa Vizcarra (UPV); María José López, abogada y Laia Sanz, piloto, han dado a conocer tanto sus trabajos en pos de la igualdad de la mujer en el deporte como sus vivencias en el mundo profesional y las desigualdades que se han encontrado a lo largo de sus experiencias.

La primera en tomar la palabra ha sido Ainhoa Azurmendi, que ha arrancado su ponencia recordando las líneas fundamentales del congreso mujer y deporte que se realizó en Bilbao en 2001. «En aquel momento, se hablaba de falta de visibilización de las mujeres deportistas, y una oferta escolar estereotipada. Con lo cual, siento decir que no se ha avanzado demasiado en este aspecto», ha recalcado. En su exposición, Azurmendi ha realizado un repaso por las diferentes normativas europeas, nacionales y autonómicas en cuanto a fomentar la igualdad de la mujer en el deporte, donde ha considerado que «es fundamental la transversalidad de genero a la hora de crear normativas».

Pero además, Azurmendi ha subrayado que «lo que más nos debe preocupar es otro tipo de igualdad, como es el emponderamiento corporal de las mujeres, que profundice en la interiorización de unos valores, que las mujeres se hagan dueñas de su propio cuerpo». Para lograr ese emponderamiento, Azurmendi cree fundamental que exista «la coeducación». Y una medida que ha llamado mucho la atención entre los asistentes ha sido su rechazo a la participación mixta en el deporte, y lo ha justificado de esta manera. «Debe de haber espacios físicos exclusivos para la mujer que sean fundamentales a la hora de asumir responsabilidades y de experimentar el liderazgo. Hemos analizado mucho, y hemos visto que el 95% de las conductas de liderazgo en grupos mixtos pertenece a los chicos, y que ha disminuido la participación de la mujer en el salto del deporte escolar al federado».

Tras reconocer que sí ha habido medidas prácticas muy positivas a la hora de trabajar en favor de la mujer «como la reordenación del fútbol femenino en Gipuzkoa o la guía contra el acoso y el abuso sexual», Azurmendi ha finalizado recordando que «a la igualdad se llegará gracias a las mujeres, así que debemos seguir trabajando y no esperar otros 20 años».

En la mesa «líneas estratégicas de investigación con perspectiva de género en la actividad física y el deporte», María Martín, Susana Soler y Teresa Vizcarra se han centrado en dar a conocer los proyectos de investigación de sus respectivos centros en el marco de la mujer y el deporte, así como los pasos que han dado para potenciar su participación. Martín ha lamentado que desde 2012 «no hay un programa en el CSD para investigar la integración de la mujer en la actividad física», mientras Soler ha sorprendido con un dato. «Cada vez hay menos chicas que quieran estudiar en el deporte, se ha pasado de un 39% en 1989 a un 18% en 2012». Vizcarra, por su parte, ha solicitado «visibilidad para los mujeres en los medios, algo fundamental para poder crear referentes para las más jóvenes».

Para finalizar la mañana, María José López se ha referido a sus vivencias en pos de lograr que las mujeres fueran reconocidas en el mundo del fútbol como profesionales y las complicaciones para gestionar sus contratos, mientras Laia Sanz se ha centrado en su experiencia en el mundo de las motos y el Dakar, donde ha ganado en nueve ocasiones.