La valentía no le basta a Violeta González en su asalto al Europeo gallo
La púgil ovetense hecha en el noble arte en Bizkaia es derrotada por la campeona en vigor, Melania 'Chony' Sorroche
Una cumbre demasiado empinada para Violeta González. Bravísima, valiente y bien preparada como siempre, la púgil ovetense hecha en el noble arte en Bizkaia claudicó en su intento de coronarse campeona de Europa del peso gallo. La campeona en vigor, Melania 'Chony' Sorroche demostró por qué ostenta la corona continental en una combate resuelto en el octavo asalto por k.o. técnico cuando el árbitro no dio opción a la aspirante a que intentara recuperarse tras su segunda cuenta de protección.
Por iniciativa, manos sacadas y contundencia, la manresana llevó siempre la pelea dominada. Pero no podía ni debía confiarse ante una Violeta que tenía en el juego de piernas su mejor recurso para no ser fijada en la distancia que perseguía la campeona. Además, también explotaba su tren inferior cuando la llevaba al centro del ring donde se producía un intercambio abierto de golpes. Parecía tener prisa Sorroche y como penitencia era frenada en seco por algunas contras que le obligaban a dar un paso atrás y comenzar de cero.
En el tercer asalto, pese al dominio de la poseedora del cinturón, González prologó el tañido del gong con cuatro derechas claras y seguidas. Sin punch para hacerle flaquear, pero fueron recibidas como avisos. Porque desde ese instante 'Chony' Sorroche fue metiendo una marcha más cada vez y los problemas crecían para la federada vizcaína. Acabó quebrada un par de rounds la de Neskabox porque cada vez le costaba más protegerse. Y en el octavo round, jaleada y preparada para ello desde su rincón, la campeona se lanzó a cerrar el pleito.
Desarbolada en varias ocasiones, Violeta recibió con la guardia baja y el paso cambiado un gancho de izquierda en el rostro que la llevó a la lona. Aeróbicamente la manresana era un avión. Entendió que la aspirante ya estaba madura y en cuanto continuó el duelo se lanzó a por ella y con una serie la noqueó sin que en el suelo se percatara de lo que ocurría. El árbitro, perfecto, se avalanzó protector sobre González, que siguió aturdida unos segundos antes de recuperar por completo la normalidad. Ovacionada al abrazarse con la campeona –la única boxeadora que le ha ganado en nueve peleas, dos veces– nadie le quita el reconocimiento a su valentía, aunque la empresa acabó por quedarle grande.