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Queralt Castellet, feliz tras su medalla de plata. AGENCIAS
Juegos Olímpicos de Invierno

Queralt Castellet, de pensar en retirarse por el suicidio de su novio y entrenador a lograr la plata en Pekín

La campeona de snowboard ha dedicado su medalla a familiares y amigos que le ayudaron a superar su depresión tras la muerte de su pareja a la que habían diagnosticado un doble tumor cerebral

Jueves, 10 de febrero 2022, 15:13

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El deporte está repleto de historias de superación. Muchas de ellas durísimas como la protagonizada por Queralt Castellet, una campeona de snowboard que logró en la madrugada de este jueves la plata en Pekín y la quinta medalla para España en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Un triunfo de enorme valor, sobre todo teniendo en cuenta que esta deportista de élite estuvo a punto de retirarse hace siete años tras el suicidio de su entrenador tras serle diagnosticado un doble tumor en el cerebro. Pero ahora la tristeza por su pérdida que la sumió en una profunda depresión se ha tornado en una incontenible dicha: «Estoy emocionada, es increíble, estoy muy feliz».

No es para menos. Pese a ser una leyenda de los deportes de invierno en España al mismo nivel que la añorada esquiadora Blanca Fernández Ochoa, a Queralt Castellet (Sabadell, 1989) se le resistían las medallas olímpicas pese a debutar en unos Juegos con sólo 16 años. En total, ha participado en cinco ediciones, dos de ellas como abanderada de la comitiva española, la última hace tan sólo unos días junto a Ander Mirambell. Pero por fin ha logrado alcanzar su sueño. Eso sí, su destino pudo ser totalmente distinto si hubiese decidido tirar la toalla en 2015 tras sufrir una pérdida personal que parecía imposible de superar.

El suicidio de Ben Jolly, su pareja sentimental y al mismo tiempo entrenador, la dejó totalmente destrozada. «Convivíamos juntos 24 horas al día. Lo que teníamos entre nosotros era siempre especial», recordaba la rider en un documental de Red Bull en 2018. Una historia de amor con palabras mayúsculas rota por un desgarrador diagnóstico médico: un doble tumor cerebral. Una durísima situación vital que el joven neozelandés no pudo superar. La noticia de su muerte golpeó a Queralt cuando estaba en su mejor momento tras su plata en el Mundial de Kreischberg de 2015. «Y ahí se para todo, el snowbording incluido. En ese momento no entiendo qué está pasando», rememoraba la deportista sobre el fallecimiento de su mentor que siempre creyó en ella para «entrar en la élite» de su deporte.

No fue fácil superar este mazazo existencial, pero Queralt echó mano de su familia y amigos para tratar de salir a flote. Lo de volver a practicar el snowboard vino meses después, a raíz de un viaje con sus amistades. «Llega un momento que decido ir a la nieve y ver qué pasa. El primer momento que toqué la nieve sentí felicidad, me sentí bien, a gusto, y entendí que realmente eso era lo único que yo tenía», contaba. Fue una catarsis personal en toda regla. Y de ahí a volver a competir sí que hubo sólo un pequeño pero al mismo tiempo gran paso.

Su regreso al deporte de élite no pudo ser más exitoso. En el fondo se lo debía a Ben que siempre apostó por ella y por eso entrenó con más fuerza que nunca. Incluso llegó a escribirle una emotiva carta en la que le hacía una promesa sobre sus futuros éxitos deportivos. «Ojalá pronto pueda mirar al cielo desde lo más alto de un podio y dedicarle mis éxitos. Porque siempre sabré que serán también suyos», aseguraba.

Muchos «nervios»

Dicho y hecho. La deportista logró la plata también en el Campeonato Mundial de Austria, además de dos de oro, dos de plata y tres de bronce en el Campeonato del Mundo. Esos sólo las más importantes porque Queralt Castellet, a sus 32 años, es una de las mejores riders del mundo como ha vuelto a demostrar en estos Juegos Olímpicos pese a sus inseguridades, fruto de los «nervios», mostradas en la final de 'halfpipe' que a punto estuvieron de hacer naufragar su sueño de ser una medallista olímpica.

Pero Quirat logró sacar fuerzas de «no se sabe donde» para hacer un gran tiempo que valía su peso en plata. Por fin la sonrisa y la felicidad no exenta de emoción en recuerdo de Ben. «Lo que me ha venido a la mente tras ver la medalla ha sido toda la gente que me ha estado apoyando desde el principio: mi familia, mis amigos, toda la gente que ha sufrido los momentos difíciles conmigo y toda la gente que ha vivido esto desde el primer momento. Es un sueño hecho realidad, que demuestra que todo lo que se quiere se puede, y que todo lo bueno cuesta. Y esto es algo que me han enseñado estos Juegos. Aun así, se puede conseguir y todo es posible», declaró la rider tras su hazaña.

Porque lo que ha conseguido esta campeona de snowboard es una auténtica gesta al convertirse en una de las pocas deportistas españoles que han logrado un metal en unas Olimpiada de Invierno. Paquito y Blanca Fernández-Ochoa, Regino Hernández, Javier Fernández y ahora ella. Seguro que Ben, esté donde esté, también está celebrando el éxito de su pupila que eligió el deporte para volver a disfrutar de la vida.

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