Fallece Sabine Schmitz, la 'reina de Nürburgring'
Un cáncer arrebata la vida a la piloto alemana, primera mujer en completar las 24 horas del circuito y colaboradora del programa 'Top Gear'
Judith Romero
Martes, 23 de marzo 2021, 22:18
La piloto alemana Sabine Schmitz, doble ganadora de las 24 horas de Nürburgring y primera mujer en completar esta carrera en 1996, ha fallecido a los 51 años víctima de un cáncer contra el que luchaba desde 2017. Nacida en Adenau, muy cerca del circuito, completó 30.000 vueltas alrededor suyo, es decir, el equivalente a 600.000 kilómetros dentro del trazado. Conocía el 'infierno verde' como nadie y, tras asombrar al mundo en 1996, volvió a repetir la hazaña al año siguiente al volante de un BMW M3.
El circuito de Nürburgring afirma haber perdido a su «piloto de carreras más famosa». «Sabine Schmitz falleció demasiado pronto después de una larga enfermedad. La extrañaremos a ella y a su naturaleza alegre. Descansa en paz, Sabine», han compartido los directores del trazado en sus redes sociales. Schmitz, quien ganó fama como la «conductora de taxi más rápida del mundo», trabajó como comentarista de carreras de forma ocasional. Copresentó el programa D Motor en la televisión alemana, y también fue una de las primeras colaboradoras de fuera de Reino Unido en el popular de 'Top Gear'. Logró fijar una marca de 10:09 con una Ford Transit en Nürburgring en este programa de la BBC.
Schmitz creció en el hotel de sus padres, a 300 metros de la pista, y vivió rodeada por los coches y las carreras. Su vinculación al anillo le valió ganarse el apodo de la reina de Nürburgring. Su primer recuerdo relacionado con la conducción tuvo lugar a los 5 años, cuando recorrió el trazado Nordschleife detrás del Ford Granada morado de su padre. Se sentía más segura cuando ella estaba a los mandos. «¡Fue el momento más escalofriante de mi vida!», confesó.
La respuesta del coche
La piloto de carreras llegó a formar su propio equipo, el Fridakelli Racing, en 2005, y compaginó su amor por los coches con su faceta de hostelera y somelier en su restaurante. También se atrevió con los helicópteros y logró el permiso de piloto. Lo que le fascinaba de los coches era la respuesta que se obtiene al conducirlos. «¡Un coche puede ser muy humano!», llegó a decir. «No me importa qué apariencia tenga, si es un coche de carreras, tiene que manejarse bien», afirmaba.
Sus seguidores no supieron que sufría de un cáncer «extremadamente persistente» desde 2017 hasta el pasado verano, cuando Schmitz explicó que había tenido que retomar su tratamiento. La Fórmula 1 también ha tenido unas últimas palabras para Schmitz. «Estamos profundamente entristecidos por la muerte de Sabine. Un talento increíble y una persona maravillosa que nos hizo sonreir a todos», la ha despedido.

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