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DE FUNCIONES

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Seguimos esperando una ley del deporte y un convenio. Hasta que no haya gobierno no podremos hacer mucho más que aguantar penurias económicas

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Martes, 25 de junio 2019, 23:15

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Seguimos esperando pactos y gobernabilidades. Seguimos esperando una ley del deporte. Y parece que seguiremos así, porque mientras los señores de los convenios, clubes y patrocinios siguen tirándose los trastos a la cabeza seguiremos esperando. 

Tomen asiento. Miren desde la grada cómo nuestra selección se forma con jugadoras que no llegan ni a 400 euros al mes, batirse con el coraje frente a Alex Morgan y sus 33.000 dólares mensuales.

Aquí seguimos confundiendo la pasión con el trabajo y con la remuneración. Parece que a las mujeres no nos gusta el dinero, y oigan, va a ser que sí. Pero no hemos sabido contárselo hasta ahora. Y por eso, todo el gran trabajo que venimos haciendo, lo hacemos por pasión.

Podemos seguir tirando de las orejas a este gobierno que no se forma, a este convenio que sigue entre tenedores de derechos o a esa ley que va de despacho en despacho sin tener claro que será de ella. Porque hasta que no tengamos gobierno, no podremos hacer mucho más que aguantar canícula y penurias económicas que no nos garantizan unas vacaciones más allá del abanico.

Así que mientras degustamos refrescos y duchas de agua fría, aprovecho para decirles que parte la de culpa es nuestra. Aceptemos que nos seguimos comiendo sapos, firmando cesiones de derechos, aguantando con contratos de 10 horas semanales y todo por decir que estamos en primera. !Ja! Mientras, los patrocinadores que invierten en publicidad, seguiremos devolviendo el 90% de su cheque. Ellos encantados, oigan. Es la maravilla del marketing. Y sus accionistas, ellos si podrán disfrutar de dividendos y vacaciones.

Quizá tendríamos que plantear una huelga general de mujeres. Porque si esperamos a que ellos nos cedan parte del poder que nos corresponde, vamos listas. Lisístrata lo tuvo claro. Nosotras, no hemos sabido juntarnos. Peleamos tanto por esa pequeña ventana que nos han dejado, que no nos concentramos en conseguir el 50% de todo lo público.

Amelia Valcárcel ya nos decía que teníamos que invocar la urgencia para aplicar esa ley de igualdad, esas cuotas que nos permitan estar en la toma de decisiones. Pero aquí, seguiremos de funciones, o de defunciones, según podamos llegar o no a final de mes. Agarren sus abanicos. Los necesitaremos. Para aliviarnos el calor, el cansancio de la espera o como arma arrojadiza.

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