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Entrenamiento de varias niñas en la Escuela de pala de Mallabia. Ignacio Pérez
6 consejos para animar a niñas pequeñas a practicar deporte

Las niñas hacen menos deporte que los niños: seis consejos para cambiarlo

Se puede empezar por regalarles balones y cuerdas; acompañarlas a patinar y a eventos deportivos; y hablarles de deportistas campeonas

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Jueves, 24 de enero 2019, 00:12

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Aunque lo disfrutan en igual medida, los niños pasan más tiempo que las niñas haciendo deporte. Ellas, además, abandonan antes. Y no sólo por gusto. «Cuentan con una peor oferta de espacios, falta de apoyo social y una educación física más orientada hacia los intereses de los niños. Sin contar con que experimentan timidez al moverse porque su cuerpo ha madurado antes que el de otros compañeros de su clase», explica María Martín, investigadora y profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid y gimnasta olímpica especialista en salud, mujeres y deporte. La OMS postula que, como mínimo, hay que acumular sesenta minutos diarios de actividad moderada o vigorosa, principalmente aeróbica. Y es importante destacar que, a más tiempo haciendo deporte, más beneficios se obtienen para la salud. En el caso de las mujeres, «las estadísticas lo dejan claro: cuatro horas de ejercicio a la semana en las niñas disminuye un 60% el riesgo de cáncer de mama», subraya Araceli Segarra, alpinista, conferenciante y autora de 'Ni tan alto ni tan difícil'.

Varias niñas entrenan hockey sobre hierba en el Club Jolaseta.
Varias niñas entrenan hockey sobre hierba en el Club Jolaseta. Peru Urresti

La doctora Eva Ferrer insiste en la importancia de que las pequeñas cuenten con mujeres deportistas referentes, ya sean conocidas o en su entorno familiar, madres, tías, hermanas... «Gracias a los últimos logros de las deportistas españolas, ahora tienen más visibilidad y a muchas no les va a extrañar seguir a mujeres como Lydia Valentín, campeona de halterofilia». Esta especialista en medicina de la educación física y el deporte y coordinadora del estudio 'Salud y deporte femenino' cree que las niñas deben iniciarse antes de los ocho años en actividades variadas para desarrollar sus habilidades motrices básicas. En la etapa posterior, entre los nueve y los 17, aconseja realizar varios deportes para después focalizarse en su actividad favorita. «Hay que motivarlas para ser activas, valorar su esfuerzo y que superen retos para impulsar su crecimiento personal», apunta. «Y sobre todo, promover que la actividad física sea ante todo una diversión y una herramienta de socialización». Entonces, ¿qué pueden hacer los padres?

  1. Si tú te mueves ellas se mueven

Clase de danza moderna en el polideportivo de Las Llanas de Sestao.
Clase de danza moderna en el polideportivo de Las Llanas de Sestao. Fernando Gómez

«El gusto por la actividad física está condicionado por la educación recibida», sostiene Ainhoa Azurmendi, socia de la consultoría deportiva Avento. «La familia es el espejo de las niñas. Si las madres y los padres nos pasamos el fin de semana enganchadas al televisor ellas van a hacer lo mismo», señala la doctora Eva Ferrer. «No hace falta que corráis maratones, es bastante más sencillo. Si sois personas activas, seguid siéndolo porque sois el mejor modelo que pueden tener. Si no lo sois, aprovechad la oportunidad para empezar y hacedles saber que valoráis que ellas lo sean», aconseja la profesora María Martín.

  1. Evitar la sobreprotección y el «no seas chicazo»

Una niña prueba su habilidad con la pelota gracias al programa de promoción del deporte infantil femenino de la Fundación Vital.
Una niña prueba su habilidad con la pelota gracias al programa de promoción del deporte infantil femenino de la Fundación Vital. Iosu Onandia

Frente al tradicional «bájate de ahí que te vas a caer» o un «no seas chicazo», es mejor animar a las niñas a probar diferentes actividades, retos, protegerse y responsabilizarse. Correr, saltar, deslizarse, girar, colgarse, trepar, lanzar, equilibrarse o cambiar de posición en el agua, deberían ser habilidades motrices básicas adquiridas desde bien pronto. Son las bases que facilitarán aprendizajes posteriores, deportivos o no, como conducir. «A veces me preguntan si de joven mis padres no tenían miedo por mí, con el deporte que practico. Mi respuesta ha sido siempre la misma: me imagino que sí, pero a mí no me lo decían», revela la montañera Araceli Segarra. Azurmendi recomienda a los padres regalar a las niñas pelotas, balones, cuerdas y jugar con ellas. «Acompañarlas a patinar o a practicar actividades al aire libre, en contacto con la naturaleza; ayudarlas a familiarizarse con el medio acuático para fomentar la autonomía en sí mismas; y verbalizar con ellas la satisfacción que reporta la actividad realizada conjuntamente».

  1. Llevarlas con sus amigas

Un ciclista arregla la cadena de su bici bajo la atenta mirada de una niña.
Un ciclista arregla la cadena de su bici bajo la atenta mirada de una niña.

El informe 'Salud y deporte en femenino' recoge asimismo la importancia de reservar en el calendario espacios para el deporte. Hay que coordinarse con otros padres para llevarlas con sus amigas a practicar alguna actividad el fin de semana y, en vacaciones, explorar un espacio natural o un campamento urbano. Promover que tengan amistades activas, porque sus iguales irán progresivamente ganando importancia, también en relación a un estilo de vida activo. Además, hay que impulsar la autonomía de las niñas. «Aprovechar un pinchazo de su bici para hacer equipo y que aprendan a manejar algunas herramientas para resolverlo», por ejemplo. Hay que convencerlas de que merece la pena invertir tiempo y esfuerzo en ser activas.

  1. El deporte no tiene género, pero sí edad

Niños y niñas disputan un partido de deporte escolar infantil en Basauri.
Niños y niñas disputan un partido de deporte escolar infantil en Basauri.

Puede que a niñas y chicas les gusten actividades estereotipadas al género femenino con mayor presencia femenina como la danza o la gimnasia, o todo lo contrario, como el boxeo o el fútbol. Pueden optar por prácticas tradicionales como la natación, o por otras más novedosas vinculadas a la identidad juvenil, como el surf o la escalada. Tan importante como respetar sus intereses y preferencias es hacerles reflexionar sobre los pros y los contras de sus decisiones de cara a seguir siendo activas en el futuro o si cuentan con recursos para practicar estas actividades regularmente. Por ejemplo, aquellas que juegan al fútbol reducen de manera importante sus oportunidades de competir cuando la normativa oficial ya no permite equipos mixtos. La tendencia actual de muchas estructura deportivas es relegar los equipos femeninos a un papel secundario en relación a los masculinos. Un planteamiento que se traduce en aspectos logísticos (los peores horarios de entrenamiento para el equipo femenino) y técnicos (se priorizan siempre los esfuerzos de preparación física y de tecnificación para los equipos masculinos). «Las familias deben seguir fomentando el deporte en su casa sin pensar en el horizonte del profesionalismo», opina Maria Teixidor, vicesecretaria de la Junta directiva del FC Barcelona.

  1. Tener la regla no es ni mejor ni peor

Integrantes del Club Oskitxo de gimnasia rítmica de Vitoria.
Integrantes del Club Oskitxo de gimnasia rítmica de Vitoria. Igor Aizpuru

Hay que hablar con las hijas de lo positivo que es conocer cómo funciona su cuerpo y explicarles que practicar deporte mientras se tiene la regla no sólo no está prohibido sino que es beneficioso porque se liberan endorfinas que ayudan a calmar los dolores típicos asociados al ciclo menstrual. Si las molestias son fuertes, se les puede decir que sigan un tratamiento antiinflamatorio. Se les puede recordar también que aunque muchas mujeres deportistas utilizan tampones porque lo consideran la opción más cómoda, cualquier producto de proteccion e higiene íntima es apto para utilizar en los días del sangrado. La nadadora olímpica Erika Villaécija que, cuando comenzó a prepararse para competir con doce años, la primera cosa que supuso un problema para ella no fue madrugar o renunciar a otras actividades extraescolares que hacía, sino cuando me le vino su primera menstruación. «Recuerdo que tenía que aprender a usar los tampones a la vez que todos los otros métodos que se utilizan cuando tienes la regla. Al final, tu madre, la entrenadora y tus compañeras mayores que tú te enseñan y te acompañan en estos primeros días y, al final, tienes que aprender a vivir con ella aunque te toque competir».

  1. Ojo con hacer de entrenador

Udane Ostolaza, de 12 años, lleva cinco años practicando el levantamiento de piedra. En la foto, durante una exhibición en la pasada Aste Nagusia bilbaína.
Udane Ostolaza, de 12 años, lleva cinco años practicando el levantamiento de piedra. En la foto, durante una exhibición en la pasada Aste Nagusia bilbaína. Maika Salguero

Hay padres y madres con hijas en equipos que actúan como entrenadores auxiliares. A veces contradicen las instrucciones del entrenador y, debido a que su hija está pendiente de sus indicaciones y reacciones, desorganizan el juego del equipo. «Si pensamos que estamos más cualificados deberíamos contenernos y buscar nuestra oportunidad futura para calificarnos y ejercer como técnicos», reflexionan Lluís Capdevilla y Jaume Cruz, autores del capítulo 'Beneficios psicológicos y transmisión de valores en el deporte infantil y juvenil' del informe 'Salud y deporte femenino'. En su opinión, es preferible tener un estilo de padre más bien animador, pero con matices. «Siempre que los ánimos lleguen en el momento oportuno y que el contenido de las frases y palabras sea motivador y no incluya aspectos técnicos».

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