El sindicato mundial de jugadores ve contraproducentes las cláusulas de formación en el fútbol femenino
FIFPro solicita «condiciones adecuadas» y «un trato justo» para las futbolistas, rechazando la aplicación «a ciegas» de los reglamentos del mercado masculino en el femenino
El sindicato de futbolistas FIFPro acaba de publicar un extenso informe, de más de un centenar de páginas, en el que analiza el futuro del fútbol femenino, para el que reclama «un trato justo, coherente y de amplio alcance», considerando que se debe emprender «otro camino» distinto al fútbol masculino en algunos aspectos que podrían ser contraproducentes si no se atiende al marco y a sus distintas características y peculiaridades.
Entre ellos incide en la cláusula por derechos de formación, incluida en el convenio firmado en febrero en España, y que el sindicato Futbolistas ON ya declaró nulas por algunas irregularidades, que obliga a pagar al club de salida una cantidad variable que puede alcanzar los 500.000 euros, como así se refleja con dos jugadoras del Levante, por futbolistas que terminan su vinculación contractual y que tienen menos de 23 años. En esa lista de compensación están las rojiblancas Damaris Egurrola y Maite Oroz, por las que el Athletic pide por ese concepto 250.000 euros por cada una. Para FIFPro, esta indemnización puede "obstaculizar significativamente el flujo de jóvenes talentos y el desarrollo de las jugadoras juveniles".
Por ello, subrayan que "los reglamentos del mercado masculino no deben aplicarse de forma ciega al fútbol femenino", ya que podrían tener consecuencias negativas. También reclama la revisión del Reglamento de la FIFA sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores para ser aplicable al fútbol femenino, al tiempo que sostienen que "el crecimiento económico debe asentarse en el establecimiento de estándares laborales cuya implementación y cumplimiento a nivel nacional sea responsabilidad de las federaciones nacionales, las ligas y los clubes".
Este sindicato entiende que cuando se establecen contratos y reglas laborales adecuadas, el nivel del juego aumenta, como también sube el número de clubes profesionales, lo que se traduce en "competiciones más fuertes, y ello tiene el potencial de convertirse en un ciclo virtuoso". El estudio refleja asimismo que "las actuales condiciones son inadecuadas" y repara en la importancia del cambio.
Esfuerzo colectivo
En ese sentido, apuntan que es necesario "un esfuerzo colectivo" por parte de los organismos rectores y de las partes interesadas junto con las jugadoras, "a través de la innovación, la reforma y la regulación", demandando que todo esos actores se unifiquen y actúen al unísono.
"La comunidad futbolística internacional no puede esperar que el fútbol profesional femenino alcance la excelencia si socavamos sus activos más valiosos, las jugadoras. Si bien el crecimiento del fútbol es impulsado por decisiones estratégicas de la industria y por oportunidades externas, a menos que las jugadoras tengan la oportunidad de desarrollar su pleno potencial, se obstaculizará el progreso", asegurando que con unas condiciones laborales "justas y adecuadas" se podrán sentar las bases para un proceso sólido y estable de profesionalización.
Pero matizan que esas condiciones no llegarán automáticamente, y menos en estos tiempos de crisis, sino que requieren de una implicación a todos los niveles para establecer estándares y para garantizar su implementación en las diferentes ligas y torneos del mundo. "Si la industria del fútbol profesional cree en el futuro del fútbol femenino, este debe materializarse con las jugadoras como socias igualitarias que poseen un interés compartido en el futuro de su deporte".