Los cinco motivos que explican el boom del fútbol femenino en Bizkaia: 1.500 niñas saltan al campo los fines de semana

Según los expertos consultados por EL CORREO, son cinco los factores principales que explican este fenómeno. «Se ha producido un cambio social, antes el fútbol era un deporte de chicos. Muchas crías no querían jugar ni tampoco sus familias querían que lo hicieran. Ahora ya no es así, e incluso sus padres y sus madres les animan, les llevan, les traen...», expone Julen Naveda, director deportivo del Bizkerre, un club de Getxo con 19 equipos y que el próximo curso espera contar con tres formaciones más.

El final de la pandemia y el deseo de hacer ejercicio al aire libre, la creación de equipos exclusivamente para niñas –ya no juegan mezcladas con sus compañeros de clase–, la aparición de referentes como Alexia Putellas, doble Balón de Oro, y la consolidación en la élite del Athletic femenino son los otros factores que sustentan el enorme crecimiento del fútbol entre las niñas. «Lo del Athletic es fundamental. Que gane títulos, que se abra San Mamés... Transforma la imagen de este deporte», subraya Arantza Andrés, coordinadora del Peña Athletic de Santurtzi, una de las entidades que ha experimentado este aumento de fichas. «Empezamos con diez niñas y ahora son más de 110», destaca.

Las redes sociales han hecho una gran labor en la expansión del fútbol femenino entre las niñas, a quienes les llega información de futbolistas que se encuentran entre las mejores del mundo. Por ejemplo, Alexia Putellas, jugadora del Barcelona que ha ganado dos veces el Balón de Oro de forma consecutiva y reciente premio Nacional del Deporte concedido por el Gobierno. «Tenemos un boom del fútbol femenino en cuanto a visibilidad. Hay referencias, hay álbumes de cromos de chicas, se dan muchos partidos por televisión, se llenan los campos... Ven jugar a Alexia, una mujer que gana cosas... Nuestras niñas tienen muchísimos más referentes y se preguntan por qué no pueden llegar ahí», explica Gari Fullaondo, director del proyecto 'Pasa Baloia, Neska', una iniciativa de la Diputación para impulsar el fútbol femenino. «Hay una demanda muy grande», corrobora el también fundador de Kimet y padre de una niña que practica este deporte.

Su hija, explica, juega en un equipo que debe repartir a chicas por otros conjuntos de su área de influencia ya que la demanda supera la oferta. Hay otras escuadras, como el Biak Bat, que han nacido de la fusión de dos conjuntos, el Zaldua (Zaldibar) y el Elorrio. «Queríamos que nuestras hijas jugaran al fútbol y nos unimos», dice  Amaia Elguea, la presidenta de un club que en 2020 tenía 40 niñas y ahora cuenta con más de un centenar. «Nosotras notamos el boom. Y una de las causas es que se ha visualizado el fútbol femenino. Que se vea por televisión le está dando mucha fuerza», reconoce Elguea, que señala a una serie de ETB como otro posible foco de crecimiento. «'Irabazi Arte', se llama. Y es sobre un equipo femenino. Esto también ayuda».

«Antes, a las niñas se les insinuaban otros deportes. Parecía que al fútbol solo podían jugar los chicos. Ya no es así. Ahora si una niña tiene la inquietud de jugar al fútbol, sus padres se preocupan por buscarles un equipo, e incluso no les importa que esté un poco lejos de casa. Ellos se buscan la forma para que jueguen y entrenen», comenta Roberto Salgado, coordinador del Bilbao Artizarrak, uno de los pocos conjuntos en la villa dirigidos a las más pequeñas. Elguea secunda las palabras de Salgado. «Todo está cambiando. Se produce una transformación social, ya no está mal visto que las niñas jueguen al fútbol». Y Naveda sentencia:«Ahora todo el mundo conoce a una niña que juega al fútbol».

Para llegar a este punto de inflexión también ha sido necesaria la implicación de diversos frentes en favor de generalizar esta práctica deportiva. Por ejemplo, desde los ayuntamientos, con una cesión cada vez mayor de espacio en las instalaciones municipales a escuelas de formación de chicas. Y también con la dotación de más recursos económicos a todos los niveles, desde las administraciones –con proyectos como 'Pasa Baloia. Neska–, hasta las empresas privadas, que aumentan sus inversiones en el patrocinio de esta actividad.

La pandemia del coronavirus ha sido otro factor que ha influido en el crecimiento del número de licencias femeninas en Bizkaia. En sus primeras fases, el Covid-19 paralizó las competiciones escolares. Y cuando se retomaron fue con limitaciones: mascarillas, la imposibilidad del uso de las duchas... «Eso hacía de freno a mucha gente para que sus hijos e hijas hicieran deporte. Por eso, ahora que se han terminado las restricciones, se ha producido este aumento de fichas. Ya está todo 'normalizado'», subraya Fullaondo.

Y existe otro elemento relacionado con la pandemia: la necesidad de pasar tiempo al aire libre y, por consiguiente, de 'vivir' en espacios abiertos, nada de pabellones cubiertos. Y uno de los principales deportes sin techo es el fútbol. «Sí, se nota. Mucha gente empezó a hacer diferentes cosas en la calle. Yhan enganchado a sus hijas para que hagan deporte y, en especial, fútbol», asiente Andrés, del Peña Athletic.

El Athletic femenino nació hace 21 años. Desde 2002, este deporte cuenta con un representante vizcaíno al más alto nivel.«Se hizo muy bien. Normaliza que las chicas jueguen al fútbol. El Athletic, sin duda, tiene mucho que ver en este incremento y también deja ver que las chicas que juegan al fútbol son chicas normales», añade Naveda, delBizkerre.

Porque el cuadro rojiblanco no solo se dedicó a participar en las competiciones nacionales e internacionales. También peleó en ellas y ganó títulos, el último en 2016, y permitió que las futbolistas pisaran SanMamés, la última vez el pasado viernes con casi 12.000 espectadores en las gradas en el choque ante el Sevilla. Todos esos pasos permiten que esta actividad eche raíces en el territorio histórico. «Y se convierte en una referencia para las chicas de Bizkaia. Muchas quieren jugar en el Athletic, como los chicos», coinciden.

Es una consecuencia del aumento de licencias femeninas, pero también la causa de que cada vez más niñas se acerquen a este deporte. Siempre ha habido una liga femenina.«Sin embargo –explican fuentes de la Federación Vizcaína de Fútbol–, los clubes no se apuntaban porque no conseguían sacar equipos exclusivamente femeninos». Ahora sí ocurre. Y muchas niñas, al ver que pueden jugar con otras, algunas compañeras de clase, o vecinas, se han acercado a este deporte.

Eso provoca unas competiciones «más homogéneas», sin tantas diferencias, se felicita Fullaondo. En categoría benjamín (8-9 años) se ha pasado de 10 a 20 equipos, y en alevín (10-11), de 21 a 41. En infantil (12-13) hay alrededor de 35. «Y en el futuro seguirá creciendo», vaticina.