Dos penaltis en menos de 20 minutos condenan a un Athletic que apretó hasta el final

Derrota del Athletic en un campo maldito. La entidad bilbaína afrontó el desplazamiento más largo de la temporada para medirse al siempre complicado Granadilla Tenerife. La escuadra tinerfeña transita por un excelente momento de forma después de sumar tres victorias consecutivas para auparse a la zona noble de la clasificación. Una dinámica a la que dieron continuidad en la matinal del domingo después de mantener invicto su feudo en lo que a enfrentamientos con el Athletic se refiere. Iraia Iturregi, por su parte, acusó en exceso la nómina de bajas de un plantel muy mermado. La entrenadora vizcaína apostó por Naroa y Azkona para recomponer el once con el que intentó el asalto al fortín insular en un duelo en el que siempre fueron a remolque. La garra bilbaína se vio contrarrestada por la dinamita de un oponente repleto de calidad en el frente de ataque.

El partido se decantó muy pronto en favor de los intereses del conjunto local. Poco más de cinco minutos necesitó Koko para inquietar de la escuadra rojiblanca con una doble oportunidad que desbarató con reflejos De la Nava. Sin embargo, la atacante marfileña volvió a la carga ejerciendo su influencia en el área visitante para obtener un penalti cometido por Guimbert en una mano muy discutida. No dudó Pisco a la hora de afrontar la suerte de la pena máxima burlando la estirada al palo contrario de la guardameta de Barakaldo.

El once dispuesto por Iraia Iturregi se repuso del golpe moral y estiró sus líneas con la intención de encontrar la remontada lo antes posible. Lo hizo a base de obtener superioridades muy cerca de la línea de cal, con Moraza y Valdezate siempre implicadas en la tarea de ofrecer un pase adicional. Sin embargo, al paso por el cuarto de hora de juego, llegó el segundo penalti favorable al once dirigido por Francis Díaz. Esta vez fue Maria José quien lució habilidad y confianza driblando dentro del área hasta ser derribada por una maraña de piernas visitantes. De nuevo, el encargo recayó sobre la pierna zurda de Pisco, quien esta vez apostó por la potencia como método para llegar al gol. La veterana futbolista de Las Palmas reventó las costuras del esférico con un lanzamiento a la escuadra ante el que nada pudo hacer De la Nava.

Sentó bien el segundo gol a la plantilla del Granadilla. Las locales ofrecieron el balón y los espacios a un equipo que aceptó el reto. Por su parte, la sala de máquinas de la escuadra bilbaína elaboró un monólogo en la medular para generar opciones a sus piezas ofensivas. Avisó el Athletic de su peligro con un cabezazo de Naroa a la media hora de juego. Sin embargo, el testarazo de la central de Bakio se marchó por encima de la meta defendida por Aline. Se echó en falta la capacidad de Yulema para generar espacios y balones claros a sus compañeras de segunda línea.

El laboratorio de Iturregi siguió dando sus frutos en las jugadas a balón parado con un saque de esquina que se paseó por el área pequeña sin que ninguna jugadora rojiblanca pudiese poner el lazo a una trayectoria muy apetecible. Respondió el bando tinerfeño con mucha actividad en la banda izquierda. Koko y María José se asociaron de forma constante para poner una marcha extra al fútbol pausado y organizado de un equipo muy cómodo sobre el tapete de La Palmera. Pudo incluso ampliar su ventaja con un centro al área pequeña que remató Pleuler obligando a lucir reflejos y colocación a De la Nava. La guardameta de Lezama acumuló trabajo antes del paso por vestuarios. En la última acción antes del descanso, de nuevo Koko rompió a su par para situar un balón en el área que despejó Ohiane en el perfil derecho.

Fueron los coletazos finales del primer periodo de un duelo en el que los errores en momentos decisivos por parte de las forasteras se unieron a la efectividad del plantel anfitrión hasta convertir la segunda mitad en el más difícil todavía.

Poco cambió el decorado tras el intermedio, con Koko demostrando su categoría y superior ritmo de juego. De nuevo, suyas fueron las mejores intenciones de un equipo lanzado en busca del gol definitivo. Primero, con una acción individual pegada a la banda en la que se escapó de cuantas futbolistas le salieron al paso. Después, con una llegada sin mayores consecuencias que sí sirvió como aviso para las jugadoras visitantes.

No tardó en responder el cuadro rojiblanco con un balón colgado al área que Valdezate no pudo resolver con acierto. El balón parado siguió siendo el mejor aliado para un equipo escaso de recursos a la hora de generar fútbol en las inmediaciones de la portería defendida por Aline. Fueron, pese a todo, los mejores minutos para un once que saltó con convencimiento y decisión. Fruto de esa seguridad llegó el gol de Valdezate en una nueva jugada nacida en la pizarra de Lezama. Un balón colocado por Marta habilitó a la mediocampista de Trapagarán que conectó un testarazo cuya trayectoria se convirtió en imposible para la arquera de Sao Paulo.

La respuesta del Granadilla Tenerife resultó fulminante. Recogió la pelota Koko superando la fila de rivales que le salieron al paso hasta disponer del espacio necesario para soltar un latigazo con el que anotó uno de los goles de la jornada dentro de la Liga Iberdrola. Un tanto de bandera que colocó tierra de por medio frente a un equipo voluntarioso pero en todo momento inferior a la escuadra anfitriona. Ni siquiera la lluvia y el viento favorecieron a los intereses de una formación que nunca dejó de intentarlo a través del juego directo.

Francis González refrescó su bloque alto dando descanso a sus jugadoras más destacadas. Replicó Iraia Iturregi con la entrada de Jone Ibañez para encontrar mayor dinamismo y claridad entre líneas. No cambió la tendencia y pudo incluso el cuadro local aumentar la diferencia con un remate en boca de gol de la recién entrada Natalia Ramos. La defensora de San Cristobal de La Laguna no dirigió con acierto un centro medido desde el costado izquierdo del cuadro chicharrero.

Sin embargo, si algo caracteriza al plantel del Athletic es su espíritu de lucha, incapaz de bajar los brazos pese a las adversidades. Por ello, otro balón colgado al área rival habilitó a Gimbert para acortar distancias después de cazar un mal rechace de la zaga local. Se abrió la esperanza en el cielo tinerfeño para lograr, por primera vez, puntuar en un escenario gafado. Con la misma estrategia de enviar balones al corazón del área, el equipo bilbaíno siguió goteando llegadas con cierto peligro pese a la acumulación de futbolistas en campo propio por parte del Granadilla Tenerife. Tampoco descuidaron la parcela ofensiva las jugadoras blanquillas, con una contra académica en la que Yerliane Moreno terminó la transición mediante un remate durísimo que repelió la defensa. Acto seguido fue Silvia Delgado quien recogió un balón sin aparente peligro para lanzar el esférico al larguero en la que fue la última acción de un partido donde al Athletic le sobró voluntad pero le faltó acierto.