Los peores momentos de la rojiblanca Nahikari en el Real Madrid: «Sientes que no pintas nada»

Nahikari García (Urnieta, 1997) llegó al Real Madrid hace tres años después de convertirse en la máxima goleadora histórica de la Real Sociedad con 104 goles en 200 partidos. La delantera vasca, que apuntaba en ese momento a ser una de las grandes promesas del fútbol español, llegaba a un proyecto nuevo con apenas un año de vida e ilusionante en cuanto a la ingente cantidad de dinero que la directiva de Florentino Pérez inyectaba desde que absorvió el Tacón madrileño.

Nada podía salir mal, en teoría. A los pocos meses de llegar a la casa blanca, la dirección deportiva, comandada por Ana Rosell, decidió prescindir de los servicios del ahora entrenador del Athletic David Aznar, con quien Nahikari tuvo «feeling». En su lugar se sentó un viejo conocido de Valdebebas, Alberto Toril, famoso entre los aficionados por enfrentarse a José Mourinho en su etapa anterior como técnico del filial madridista.

Nahikari cuenta en Relevo que «tuve la mala suerte o coincidencia de estar en el Real Madrid con un entrenador al que no le entraba por el ojo». No le busca tres pies al gato: «Ya está. Son cosas que pasan». Pero lanza una reflexión para jugadoras que puedan sentir lo que ella sufrió en sus últimos días como madridista, que, aseguran, fueron muy complicados porque «me generaron inseguridades».

Que la actual jugadora del Athletic había perdido toda ilusión lo notó su propia madre. Cuenta que un día le dijo que «'qué pasada. Cómo puede influir una persona en tu trayectoria'». A lo que ella añade: «Cuántas jugadoras habrá como yo. Hay veces que lo pienso y me duele. Otras, pienso en la suerte que he tenido de tener entrenadores que confiaban en mí». A Nahikari nunca le gustó ser «un número» para Alberto Toril.

Todo estalló después de un Clásico el pasado mes de diciembre. El entrenador decidió dejar fuera de la convocatoria a Nahikari y esta decidió preguntarle a él si ocurría algo. La respuesta del técnico, según la versión de la rojiblanca, fue un escueto «nada». A partir de ahí, se rompieron los pocos puentes que quedaban en pie: «Jugué un par de partidos y desaparecí. Me sentaba en el banquillo y decía: por favor, que pasen los minutos... Es el cómo te hacen sentir. No es que molestes, pero sientes que no pintas nada». La jugadora del Athletic reflexiona sobre su relación con Toril sin rencores: «Cada uno es como es, pero a mí me gusta ir de cara y la sinceridad. Si tus palabras no se sujetan con tus hechos, ahí ya has perdido a la otra persona. Son cosas que pasan. He vivido la parte más fría del fútbol».

Asegura que se marchó «muy tranquila» del Real Madrid porque «yo trabajé para tener muy buenos números y, aun así, no jugaba. Llegó un momento en el que les daba números, que era lo que querían, y no bastaba. Cuando lo que dices y haces no se sujeta, ya no hay nada que tenga sentido. Da igual lo que hagas. Son gustos y hay que aceptarlo». Y da el tema por zanjado: «Es duro porque era lo que soñaba. Lo peor es idealizar algo y fue muy decepcionante».

El faraónico proyecto del Real Madrid también tuvo sus 'efectos secundarios' en jugadoras como Nahikari. Acostumbrada a pasear tranquila por San Sebastián, incluso como campeona de Copa, llegó a Madrid y su rostro aparecía en los inmensos escaparates de Gran Vía: «Mi cara estaba con la camiseta del Real Madrid...». «¡Que mis amigas iban y se hacían foto!s», confiesa, alucinada.

Si hay una palabra con la que Nahikari describe su paso por el Real Madrid es la de «aprendizaje». Aún sonríe cuando las periodistas de Relevo le recuerdan el día que fichó por el equipo blanco: «Lo primero más importante es que vestí la camiseta del Real Madrid...», empieza, mientras enumera un sinfín de momentos que le hicieron desbloquear muchos sueños. Uno de esos anhelos era seguir los pasos de su ídolo, Raúl González.

No pudo ser. Pero Nahikari ha vuelto a sonreír y a ilusionarse con el fútbol. Desde que llegó al Athletic es una fija en los esquemas de David Aznar. Lleva 6 goles en 25 partidos en tan solo una temporada, la mitad de los que logró de blanco en dos años. A sus 26 años firmó por una campaña con el Athletic y ahora debe afrontar una posible renovación.

A Nahikari se le ilumina la mirada y el rostro cuando habla de lo que está viviendo en el Athletic Club: «El hecho de competir con gente que siente tanto el club, con tanto vínculo emocional sobre algo, ojalá el club pueda mantener eso».

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