Yulema Corres | Jugadora del Athletic
La delantera explica que su decisión de colgar las botas ha sido progresiva. «Desde hace dos años ya iba viendo que mi cabeza y mi cuerpo no iban tanto de la mano con el fútbol»
Peru Olazabal
San Mamés
Viernes, 14 de junio 2024, 10:22
Una década en el Athletic, sexta máxima goleadora de la historia del club y una Liga bajo el brazo. Ese es el brillante currículum del ... que puede presumir Yulema Corres, que colgará las botas tras la última jornada de liga que las rojiblancas afrontarán este domingo en San Mamés a las 17.00 horas. La delantera alavesa observa aún todo su legado incrédula, incapaz de comprender cómo ha logrado tales hitos, cuando fichó procedente del Aurrera Vitoria por el único hecho de «aprender», creyendo que probablemente le echarían al siguiente verano. Quizás, precisamente ese carácter humilde y trabajador haya sido la clave su inapelable éxito.
-¿Qué se siente en la que es su última semana como profesional, con el colofón de la despedida en San Mamés por delante?
Es una mezcla de emociones entre pena, ganas, agobio, estrés…Ahora estoy ya con ganas de que llegue el domingo para vivir ese día, que será muy bonito para las tres que lo dejamos, pero también porque está en juego el quinto puesto y hay que ganar el partido.
-Es el escenario idóneo para despedirse.
Sí, es jugar en San Mamés, que es el estadio de nuestros sueños. Además, es nuestro último partido y nos jugamos un quinto puesto, que tiene mucho mérito. Cuando la árbitra pite el final, ya pensaremos en la despedida, pero ahora estamos más enfocadas en llevarnos los tres puntos.
-¿Ha sido una temporada muy dura por el hecho de no participar apenas?
Cuando eres deportista y exigente no te gusta quedarte fuera. Está claro que es duro, pero he ido asumiendo que las jóvenes vienen con una fuerza increíble y que lo mío se iba acabando. Eso lo tenía más que pensado. Entonces he asumido otro rol de luchar por cosas que nos merecemos y aportar al vestuario desde un punto diferente.
-Anteriormente requirió de ayuda psicológica para lidiar con las lesiones.
Sí, cuando más he necesitado de ayuda es cuando he tenido varias lesiones seguidas. Este año no ha sido tanto el caso. He estado más disponible, luego otra cosa es que te pongan o no. Cuando no puedes estar, genera frustración en tu cabeza porque te tienes que recuperar, te sientes sola en muchos momentos porque haces todo aparte…Eso es lo más duro y lo más difícil del fútbol.
-En cuanto a las jugadoras más jóvenes, ¿percibe que han tenido una formación mejor que la que tuvieron ustedes, las más veteranas?
Totalmente. Están tirando la puerta abajo y eso es que se está haciendo un buen trabajo en categorías inferiores, que nosotras no hemos tenido. Hemos venido menos formadas. Eso se nota muchísimo. Más en un equipo como el nuestro. Teniendo la filosofía que tenemos, hay que trabajar muy bien la cantera y se está notando.
-¿Cuándo tomó la decisión definitiva de colgar las botas?
Tampoco es que dijera un día 'hasta aquí hemos llegado'. Desde mi última renovación hace dos años, ya iba viendo que mi cabeza y mi cuerpo no iban tanto de la mano con el fútbol, independientemente de que hubiera jugado más o menos. Creo que, aunque hubiese jugado toda la temporada titular, habría tomado la misma decisión. Estoy casi convencida. Ha sido algo progresivo.
-¿Qué ha sido para usted jugar una década en el Athletic?
Un sueño impensable. Era un sueño que no sabía que se podía cumplir. Yo cuando era pequeña no soñaba con ser jugadora de Primera División. No sabía qué podía ser eso. Había otros sueños como ser médico o astronauta, pero nadie decía 'quiero ser futbolista' cuando eras una chica. Es algo extraño, pero bonito a la vez. A mí me encantaba el fútbol, pero no sabía que me podía llegar a dedicar a ello.
-Además, es la sexta máxima goleadora de la historia del club. ¿Qué significa para usted irse con esas cifras?
La verdad es que nunca le he dado mucho valor a los goles. De hecho, no me acuerdo de casi ninguno, sólo cuando los veo por vídeos. Lo que he intentado es siempre aportar al equipo y ayudar desde dónde podía. Entonces, con lo que me quedo de eso es que he podido ayudar al equipo en ese sentido y, en otros momentos, en otras cosas. Como la que no ha marcado ninguno. Aunque es un dato destacable y, desde luego, me siento muy orgullosa.
-El primer día que llegó a Lezama, ¿podría haber imaginado dejar este legado?
No, para nada. Lo que me hubiese creído es que al año siguiente no estaría ahí. Yo vine aquí a aprender de las mejores, que eran unas referentes y ahora leyendas del club. Entonces, pensaba 'si me tengo que ir el año que viene, me voy, pero voy a aprender muchísimo de esas jugadoras'. Poco a poco me fui haciendo un sitio, pero sin perder el foco de que mi objetivo era aprender desde el primer día, hasta ahora, en el último.
-¿Ve a alguna de las actuales jóvenes compañeras superándole en ese ranking goleador?
A todas. Ojalá que me superen a mí y alguna sea la máxima goleadora porque eso significará que el Athletic es puntero y está funcionando.
-Da la impresión de que prefiere que le recuerden por lo humano que por lo futbolístico.
Es que quiero hacerlo así. El fútbol es una rueda que no para. Hoy me voy yo, mañana será otra, se han muchas leyendas en este camino…El legado que me gustaría dejar es la persona. Este vestuario es diferente, estamos mucho tiempo juntas y eso hay que valorarlo mucho. Lo más importante del Athletic es el vestuario y me gustaría que me recordaran como una persona que ha ayudado a que ese vestuario esté mejor.
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