Damaris y Oroz pueden salir gratis este verano del Athletic

Falta la oficialidad que llegará cuando terminen su contrato con el Athletic, pero Maite Oroz y Damaris Egurrola, dos de las jugadoras rojiblancas más prometedoras y más regulares, harán las maletas en verano para incorporarse a la disciplina del Real Madrid. El club 'merengue' arrancará su participación el próximo curso en la liga femenina después de haber absorbido al Tacón para integrarlo en su propia estructura.

El padre de Damaris confirmó hace dos semanas en una entrevista radiofónica que su hija ya había tomado esa decisión, y aprovechó para criticar uno de los artículos del nuevo convenio del fútbol femenino firmado en febrero. En él se recoge la obligación de pagar unos derechos de formación al club de salida si la jugadora termina su vinculación contractual y tiene menos de 23 años, como es su caso y también el de Oroz. Una cantidad que varía y que en lo que respecta a ellas sería de 250.000 euros por cada una.

Pero según acaba de denunciar el sindicato Futbolistas ON, esta cláusula podría considerarse nula debido a varios defectos graves. Ya han sido notificados en varias ocasiones tanto a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) como a la Asociación de Clubes del Fútbol Femenino (ACFF) y se ha pedido celebrar una reunión de urgencia y tratar el tema. Como apuntan, el convenio colectivo no está aún publicado en el Boletín Oficial del Estado por lo que el Tacón no tendría que someterse a esa polémica lista.

El propio sindicato además considera que las cantidades que se piden son «desproporcionadas», remarcando el daño que causan a la promoción profesional de las futbolistas. A su juicio se trata de «un abuso».

Eso mismo afirmó el padre de Damaris, cuando el Athletic le insinuó la posibilidad de demandar hasta un millón como compensación por la formación de su hija en Lezama. «¿Cómo va a ser posible que pidáis eso sabiendo lo que les pagáis?», respondió, desvelando que la nacida en Orlando percibe 24.000 euros brutos de Ibaigane. Un capítulo más en el culebrón del convenio colectivo, que necesitó más de un año para ver la luz.