El Athletic estrena su casillero de victorias en su regreso a Lezama

Después de dos derrotas a domicilio, el Athletic volvía a Lezama con el cuchillo entre los dientes. Tenían ganas de resarcirse en esta jornada aplazada por la huelga y darse la primera alegría de la temporada. Pues a las granadinas les tocó pagar los platos rotos. La escuadra rojiblanca mostró mucha sobriedad sobre el verde, que junto al prometedor talento que dispone en sus filas, fue el cóctel perfecto para cosechar la victoria. Un solitario gol de Ane Azkona al inicio del encuentro sirvió para que las leonas pudieran sacar la cabeza de los puestos de descenso.

Con solo tres días de margen y en un terreno totalmente opuesto al de la pasada jornada -el Levante Las Planas tiene un campo de césped artificial-, no extrañó en absoluto que David Aznar diera un giro de 180 grados a sus planes. El técnico toledano presentó hasta cinco modificaciones en su esquema inicial, rotando hasta la portería, donde Nanclares realizó su debut sustituyendo a Quiñones. Una alineación también donde reinaba la juventud, con una media de tan solo 23 años de edad.

El talento de estas jóvenes leonas para triangular el balón surtió efecto desde el principio. El cuadro rojiblanco se hizo con el control del esférico desde el pitido inicial y no le cedió en ningún momento la iniciativa a un Granada incapaz de trenzar una jugada colectiva en los minutos iniciales. El Athletic dominó todos los aspectos del juego y lo supo traducir en ocasiones, mayormente surgidas desde centros laterales, ya que hacían sufrir mucho a su rival desde los costados.

Hubo varios remates de las locales en los primeros compases del encuentro, aunque tampoco pusieron en grandes aprietos a Sandra. Su patente superioridad encontró recompensa al cumplirse el primer cuarto de hora de choque. Azkona remató a la media vuelta un centro de Elexpuru desde la banda derecha ante el que nada pudo hacer la portera contraria. La atacante navarra estrenaba en un buen momento su cuenta goleadora esta temporada. Aunque todavía les quedaba mucho camino por recorrer a las rojiblancas para darle valor a ese tanto.

Y es que el control del Athletic se desvaneció en cuanto marcó. El conjunto dirigido por David Aznar, estratégicamente o de forma involuntaria, dio un paso hacia atrás que aprovechó el Granada para asentarse en el campo, hacerse con la posesión en diversos momentos y hacer ver que nada estaba resuelto en Lezama, ni mucho menos. Tras el paso por vestuarios, el Athletic logró que el partido estuviera de nuevo bajo su control. No solo se basó en apagar incendios, sino que suyos fueron todos los acercamientos, pudiendo ampliar la ventaja en dicersas ocasiones. No lo logró y tocó sufrir hasta el final. Un sufrimiento que valió mucho la pena para estrenarse de la mejor manera en Lezama.

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