Borrar
Urgente El Surne vence al Gran Canaria y convierte a Miribilla en su fortín
Lilí Álvarez destacó en varios deportes el siglo pasado, entre ellos el tenis. E.C.

Con ella empezó todo: Lilí Álvarez, la pionera del deporte femenino español

Fue la primera en acudir a unos Juegos Olímpicos y brilló disciplinas tan dispares como el tenis, la equitación, el patinaje, el esquí alpino y hasta en el automovilismo. Ya retirada, apoyó activamente el movimiento mundial feminista

Lunes, 16 de diciembre 2019, 12:58

Comenta

¿Se imaginan un deportista que abarque varias disciplinas y que en todas ellas firme actuaciones sobresalientes? Algo parecido a la joven Salma Paralluelo, quien destaca de igual manera en el fútbol y en el atletismo, pero más multidisciplinar. Pues así era Lilí Álvarez, la pionera del deporte femenino español, quien se convirtió el siglo pasado, en 1924, en la primera mujer en España en acudir a unos Juegos Olímpicos. Fue en los de invierno, en Chamonix, y lo hizo en patinaje sobre hielo, un deporte en el que se inició con apenas cuatro años en Suiza.

Elia María González-Álvarez y López-Chicheri nació en Roma, el 9 de mayo de 1905, en un hotel, durante una larga estancia de sus padres. Pertenecía a una familia de aristócratas y burgueses, y se crió durante unos años en Suiza. Allí fue donde empezó a hacer deporte, impulsada principalmente por su padre, como luego reflejó en uno de sus libros. Probó el patinaje, ganando con tan solo 12 años el prestigioso campeonato de Saint-Moritz, llegando a obtener más tarde la Medalla de Oro Internacional de este deporte. Una lesión después de acudir a los Juegos y hacer historia, le empujó a buscar nuevos retos, abriéndose a competir en otras disciplinas.

En ese mismo año, se alzó con el título en el Campeonato de Cataluña de Automovilismo, deslumbrando a todos los hombres allí presentes. Después, en 1940, ganó el Campeonato de España de Esquí Alpino, siendo expulsada un año más tarde de una competición en Candanchú por acusar al jurado de machista, al tener a las mujeres participantes esperando a que todos los hombres hubieran competido. Una muestra del carácter rebelde que siempre le acompañó.

Disputando una de las tres finales de Wimbledon en las que participó. EFE

Pero sin duda como más brilló y como más se la recordará es con una raqueta en la mano. Fue la primera gran tenista española de nivel internacional, poseedora de unos 40 títulos en torneos individuales, 21 mixtos y 19 dobles, como el que se adjudicó en Roland Garros junto a la holandesa Kornelia Bouman en 1929. Una década antes, con tan solo 14 años, ya había vencido en Ginebra, como también hizo después en Montecarlo, Suiza, Cannes, Roma, Buenos Aires o Río de Janeiro, llegando a ser además en dos ocasiones campeona de España.

El mismo año en el que fue a los Juegos de Invierno de Chamonix acudió como tenista a los de verano en París, participando en dobles femenino junto a Rosa Torras, siendo las dos primeras mujeres en una cita como esa. Allí también disputó el dobles mixto con José Miguel Fernández Liencres, llegando hasta los cuartos de final. A un paso de levantar el título estuvo en tres ocasiones en Wimbledon, siendo finalista de forma consecutiva desde 1926 a 1928, cayendo en las dos últimas ocasiones ante la estadounidense Helen Wills, con quien compartió la cima del ranking mundial en la década de los 20 y los 30.

En 1931 causó una gran polémica cuando apareció con una falda-pantalón en Roland Garros, una indumentaria «escandalosa» en aquella época

Precisamente por sus grandes actuaciones en Wimbledon los ingleses la apodaron como 'la Señorita'. En su primera final allí estuvo presente el mismo rey Alfonso XIII, que no dudó en bajar luego al vestuario para animar a la española, afirmando que se movía en la pista «como un torero». Pese a este hecho, Lilí Álvarez declaró en muchas ocasiones en sus entrevistas no haberse sentido reconocida en su país. «Fui tres veces finalista de Wimbledon, cosa que no había hecho nunca antes ningún varón. Y ya ves, el olvido es debido a que los varones son importantes en España. De ellos hablan, y de lo mío nadie dice nada».

Lilí se dedicó una vez retirada a la defensa activa del feminismo. REUTERS

De lo que sí se habló, dando la imagen una vuelta al mundo, fue de la polémica que se formó en 1931 cuando se atrevió a utilizar por primera vez una falda-pantalón, una indumentaria vista en esa época para una mujer como «escandalosa». Fue en Roland Garros. Luego la utilizó igualmente en Wimbledon, haciendo oídos sordos a los comentarios que tanto en España como en otros en otros países se sucedían.

Casada con un piloto de la I Guerra Mundial

De su vida personal se conocen también algunos detalles, como que en 1934 se casó con el Conde de Valdéne, un piloto en la I Guerra Mundial. Con este aristócrata francés tuvo una hija que falleció muy pronto, lo que hizo que finalmente su matrimonio se rompiera. Tras ello volvió a España, donde se asentó y empezó a contribuir activamente tanto en el deporte femenino de este país como en el movimiento mundial feminista. Fundó con otras mujeres el Seminario de Estudios Sociológicos sobre la Mujer (SESM), con el objetivo de que fuera un espacio de reflexión, diálogo e investigación sobre el género femenino en España, desmitificando tópicos de la época.

«Fui tres veces finalista de Wimbledon, cosa que antes no había hecho ningún varón. De ellos se habla pero de lo mío nadie dice nada», llegó a criticar en varias ocasiones

En una entrevista concedida al diario 'El País, en 1979, llegó a decir que se despertó en ella su conciencia feminista nada más establecerse aquí, «cuando comprobé que para todo te pedían certificados y contratos matrimoniales. Los maridos parecían niñeras. Esto me indignó. Las mujeres somos idiotas porque nos han hecho así; en cambio el defecto de los hombres es su primitivismo, o sea, su necesidad de humanización». A lo largo de su vida ejerció también como escritora y periodista deportiva, realizando crónicas para algunas revistas europeas, y también para medios nacionales. Fue además la corresponsal en España de 'Daily Mail' durante la República y la Guerra Civil.

Lilí Álvarez murió en 1998 en Madrid, con 93 años y con la pena de no haber sido reconocida en España. Una década antes de su fallecimiento lamentaba este hecho, apuntando y aseverando que había sido así por su condición de mujer. La medalla de Oro al Mérito Deportivo le llegó tarde, ya fallecida, una distinción a título póstumo que recogió su familia, pero que a buen seguro la habría disfrutado mucho en persona. Quizá para reparar esto desde 2017 existen en su honor unos premios organizados por el Instituto de la Mujer para la Igualdad de Oportunidades, en colaboración con el Consejo Superior de Deportes, que destacan los trabajos periodísticos que mejor han contribuido a la difusión y defensa de la igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito deportivo, visibilizando además el deporte femenino en España. Ese que tanto le debe.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Con ella empezó todo: Lilí Álvarez, la pionera del deporte femenino español

Con ella empezó todo: Lilí Álvarez, la pionera del deporte femenino español