Sara Meloni, campeona a los 8 años: ¿la veremos en unos Juegos Olímpicos de mayor?

En la localidad italiana de Borghetto hay una niña de ocho años llamada Sara Meloni que es muy querida. Todo el mundo la conoce, y muchos comercios han puesto fotos de ella en sus escaparates. Hay quien la llama «la marciatrice» (la marchadora), porque corre y hace marcha. Pero para todos es «la niña que corre». El año pasado, en mayo, llamó la atención cuando corrió los 10 kilómetros de una prueba en 44 minutos y terminó como tercera colocada en la general, marcando el récord femenino para menores de 13 años. Después, en agosto, conquistó el récord europeo en los cinco kilómetros, también de su categoría. La plusmarca le pertenecía a Celine Struijvé, otra niña holandesa, de su misma edad, que realizó la prueba en 22 minutos y 51 segundos. Sara fue dos minutos y 18 segundos más rápida que Celine. «Estoy muy contenta de saber que hay otra niña que corre rápido y entrena como yo, espero poder competir con ella algún día, pero mi padre me está buscando otra carrera, quiero correr más fuerte porque quiero conseguir el mejor tiempo«, dijo Sara entonces. Su padre es también su entrenador.

A pesar de todas las opiniones de expertos y críticos, Sara cada día está más fuerte, demasiado para su edad. Lo gana todo, y a todos, en femenino y masculino, en su categoría e incluso a adultos. Siempre está bajo un cuidadoso control y supervisión médica y crece bien y sana. Sara está muy motivada, le encanta el atletismo como a su padre y a su madre. Correr, marchar, lo ha mamado desde que nació. Tiene las ideas muy claras, su sueño es ir a competir a las Olimpiadas. De carácter es muy animada, incansable, inteligente y saca buenas notas en el colegio. Entrena a diario con su padre desde hace años en el paseo marítimo de Borghetto. Después de salir del colegio, incluso en invierno, ambos preparan las carreras que cada domingo corre la pequeña. De norte a sur de Italia ha participado en varias pruebas, como el trofeo de Marcia, el Frigerio, el Fulvio Villa, el Trofeo Puglia. Dondequiera que va, gana. Sin contar las carreras fuera de Italia: también ha corrido en España e Inglaterra. Durante los meses de verano, todos los domingos intenta competir en carreras de 10 kilómetros junto a adultos con una normalidad y facilidad impresionantes. Forma parte de dos clubes deportivos: el Athletics Final Run, para todo lo que concierne a las carreras de su edad (de acuerdo con las reglas de la Federación Italiana), y el Team Endurance, un equipo creado para Sara, para correr todas las carreras que van un poco más allá de las medidas estándar de un niño.

En el mundo del deporte varias niñas como Sara Meloni han sido las artífices de grandes proezas. Nadia Comaneci, por ejemplo. Durante los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976 y con tan sólo 14 años, la gimnasta artística oriunda de Rumanía grabó su nombre con letras de oro en el mundo del deporte tras conseguir una puntuación perfecta en barras asimétricas. A lo largo de su carrera conquistó nueve medallas olímpicas, cinco de ellas de oro y múltiples campeonatos de gimnasia lo que le valió convertirse en un icono de este deporte. En 2015, María Bárbara Itzel Aguilar, conocida como 'Bibi', conquistó al mundo tras ganar el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística en en la categoría junior con tan sólo 11 años. En 2018 volvió a repetir la hazaña al imponerse ante varios gimnastas de quince países. Marta Baldó, Nuria Cabanillas, Estela Giménez, Lorena Guréndez, Tania Lamarca y Estíbaliz Martínez conformaron el equipo de gimnasia rítmica que representó a España en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y son conocidas como 'las niñas de oro' debido a que todas las integrantes tenían entre 15 y 17 años cuando lograron obtener la medalla de oro para España en la categoría de gimnasia.

Y luego están niñas como Rhea Bullos, que hace poco se convirtió en una sensación en Internet después de que 'The Straits Times', un periódico de Singapur, contara su historia. Rhea logró, a sus once años, tres medallas de oro en 400 metros, 800 y 1.500 metros, en una competición local entre escuelas celebrada en diciembre en la ciudad filipina de Iloílo. Lo llamativo es que corrió descalza. Tan solo cubrió sus pies con un vendaje a base de esparadrapo en el que pintó el símbolo de 'Nike' con un rotulador verde.