La primera carrera popular de mujeres de España se celebró en Euskadi hace 30 años y sigue sumando adeptas
El circuito de la 'Lilatón', de 5 kilómetros, se ha quedado pequeño para la aceptación que tiene. La prueba arranca siempre con la melodía de 'Carros de fuego' y sus creadoras se inspiraron en la Women's Mini Marathon de Dublín, el evento femenino más grande de su tipo en el mundo
Este domingo se ha celebrado en Donostia la 'Lilaton' (sin tilde en la 'o'). Esta fue la primera carrera popular exclusivamente para mujeres que se organizó en España y tiene ya 30 años de andadura. Aquel 4 de marzo de 1990, cuando se inauguró esta prueba a iniciativa de la Coordinadora Feminista de San Sebastián, corrieron 146 mujeres y en esta nueva edición, la trigésimo primera, se han apuntado 6.567 de catorce años en adelante, todo un récord. Han sido un 4,75% más que el año pasado y 4.500 más que hace una década. Y si no ha habido más, destacan en el Club (mixto) Atlético de San Sebastián, a cargo de la organización desde 2014, es por cuestiones de seguridad. «La carrera se desarrolla por el centro de la ciudad, en un circuito cerrado que empieza y termina en el mismo punto, el Bulevard, y no da para más. De hecho, hubo que cerrar la inscripción once días antes de lo previsto y se quedaron muchas mujeres sin poder participar. Si para próximos años el Ayuntamiento no modifica el recorrido, es impensable admitir a más corredoras», señala Edurne Martínez de Treviño, responsable de Comunicación del Club Atlético de San Sebastián. Tres de cada diez participantes de la 'Lilaton' tenían entre 35 y 44 y como cada año, tomaron parte varias asociaciones de mujeres en bloque, con todas sus socias.
Marisa Sarría, Nati Rufo y Arantza Gurmendi fueron las instigadoras de aquella primera 'Lilaton' que tuvo lugar en el año 90 del siglo pasado. Es la primera la que accede a contar cómo surgió todo. «Estábamos buscando un evento para el 8 de marzo que no fuera la típica manifestación, otra forma de reivindicar lo nuestro, la lucha por la igualdad. Nati había estado en Dublín y dijo que allí se hacía una carrera de mujeres en esas fechas, así que copiamos la idea. Pensamos con acierto que era la manera de reivindicar nuestro espacio también en el ámbito deportivo y popular«. Así es, en la capital de la República de Irlanda, se celebra desde hace 36 años la llamada Women's Mini Marathon, el evento femenino más grande de su tipo en el mundo. Cada año se apuntan cerca de 50.000 mujeres y ese día se recaudan más de nueve millones de euros para causas benéficas. Todo un récord para una sola jornada. Volviendo a Euskadi, Marisa Sarría evoca que »fue tal la aceptación entre las donostiarras que decidimos seguir con esta iniciativa. El primer año la encargada de entregar los premios fue Soledad Casilda Hernáez Vargas, conocida como 'Kasilda', 'Kaxilda', 'Kasi' o 'la Miliciana'. Era famosa porque en su día había hecho un llamamiento a la huelga en una empresa cuya plantilla estaba compuesta por mujeres, y también porque practicaba nudismo en la playa de Zurriola, lo que entonces era un escándalo. Durante los primeros años se nos veía como una carrera rara y a las que corríamos nos llamaban de todo y nos decían que nos quitáramos de en mitad de la carretera. Íbamos vestidas con nuestro chándal, no como ahora, que se lleva ropa de deporte más específica. Era así porque no había costumbre de que las mujeres hicieran mucho deporte y no teníamos otra cosa«.
Con el tiempo las pioneras de la 'Lilaton' se vieron obligadas a pedir ayuda para organizar la carrera. «Lo hacíamos de forma voluntaria y manual, pero cuando llegamos a las 1.500 mujeres inscritas nos vimos desbordadas, así que fuimos metiendo a cronometradoras oficiales y automatizamos las inscripciones. Los departamentos de igualdad de varios ayuntamientos guipuzcoanos animaron a las mujeres a que se quitaran la vergüenza y fueran juntas a entrenar, y eso hizo que la aceptación de la 'Lilaton' aumentara aún más«. Luego llegarían el Premio Emakunde y un reconocimiento al mérito por parte del Ayuntamiento de San Sebastián. »Poco a poco, 'Lilaton' dejó de convertirse en una cosa de un grupo determinado de mujeres para convertirse en la carrera de las propias participantes. De modo que finalmente decidimos hacernos a un lado y entregar el testigo al Club Atlético de San Sebastián. Elegimos a esta entidad porque de ella han salido numerosas deportistas de renombre y, sin embargo, no se hacen ninguna publicidad«, indica Marisa Sarría. Este club celebra también desde hace doce años el 'Triatlón de la Mujer Donostia San Sebastián-Memorial Ondiz', que reúne a unas 300 deportistas.
Las pruebas con participación exclusiva de féminas como la 'Lilaton' han proliferado en los últimos años y generan opiniones de todo tipo. Algunas críticas proceden del sector masculino, que pide su participación en ellas. A este respecto, desde el Club Atlético San Sebastián subrayan que «la mujer tiene un camino que cumplir desde la igualdad» y que «este es el momento de protagonismo de las mujeres, pero sin querer hacer un feo a los hombres, puesto que ellos tienen más facilidades a la hora de visibilizarse». El lema de la 'Lilaton' de este año ha sido 'Norantza bakarra du bideak' (el camino tiene una dirección única). Como cada edición, arrancó a las diez y media de la mañana en medio de un ambiente festivo «sin prisa, sin ansiedad por ganar, con ánimo de disfrutar y alargar la carrera, y tras escuchar el archiconocido tema de Vangelis 'Carros de fuego', película rodada en 1981 por Hugh Hudson que cuenta la historia de dos atletas británicos (Eric Lidell, personificación del talento, frente a Harold Abrahams, símbolo del esfuerzo) en las olimpiadas de París de 1924. Una oda a la sangre, el sudor y las lágrimas que se derraman en los Juegos Olímpicos. El equipo ciclista femenino de Laboral Kutxa volvió a abrir paso a las corredoras. Y como novedad, la artista Estibaliz Garrido Dorronsoro compuso una canción, 'Superemakumea' expresamente para la prueba.
Recabamos algunas opiniones sobre las carreras de mujeres. «No creemos que estas pruebas sean sexistas, sino que son una forma de motivar y fomentar el deporte entre nosotras. Muchas mujeres las tienen como referente para iniciarse en el deporte y, por tanto, todo aquello que nos motive y nos anime a practicarlo nos parece bien», indica Ana Castillo, creadora del movimiento 'Guerreras Running', que nació en Murcia y está extendiéndose por España. «No excluimos al género masculino, pero para las mujeres siempre ha resultado más difícil poder hacer deporte en grupo y queremos fomentar el hecho de que se pueda hacer al mismo nivel», añade. «No me gustan nada. Creo que en la vida real entrenas y te relacionas con hombres y mujeres. Se discrimina o se consideran inferiores las mujeres al hacer este tipo de pruebas. Hay mujeres con un alto nivel deportivo que deben tener la oportunidad de salir a competir con los hombres para tener referencias y cierta competitividad», opina Marta G., runner habitual. «¿No se trata de convivir? Entonces, una carrera de mujeres solo consigue dividir», subraya, por su parte, Emilio R., entrenador personal en Bilbao.
Lo cierto es que las mujeres no sólo corren, y cada vez en más número, para reivindicar una situación de desigualdad. Lo hacen también para estar en forma, para evitar problemas de salud, para adelgazar, para olvidarse de sus problemas, para quemar frustraciones, para relajarse, para luchar contra una depresión, para tener tiempo para sí mismas, para superarse... Un anécdota. Cuando la asturiana Cristina Mitre, autora de 'Mujeres que corren' y de 'Correr es vivir a tope de power' (Editorial Temas de Hoy), bloguera en 'The beauty mail' y promotora del movimiento social 2.0 de running femenino en España, convocó a las mujeres -a través de las redes sociales, el 1 de febrero de 2013 y junto con tres amigas (las atletas Tamara y Amaya Sanfabio y la editora gráfica Eva Mª Tomé)- a correr con ellas en el parque de El Retiro de Madrid se unieron 75 mujeres y el mensaje se propagó por la Red a velocidad de crucero. La siguiente convocatoria se celebró en marzo del mismo año y acudieron más de 300 corredoras. «Literalmente, colapsaron el parque». Desde entonces, se han organizado quedadas en toda España (Vitoria, Barcelona, Bilbao, Valencia, Gijón…) e incluso, en el extranjero (Londres, Holanda…) con el objetivo de demostrar a todas las mujeres que «ellas también pueden».