De 'mochilera' de su familia a volar por el monte: la historia de la subcampeona del Bilbao Night Marathon
Natural de León pero criada en Basauri, donde reside, Camino Alegre se inició en las carreras en 2014. Ganadora de varios trails, sueña con completar con los suyos uno de larga distancia
Parece que por su nombre, María del Camino Alegre, estaba predestinada a ello, a disfrutar de las carreras, a dejarse llevar al trote por el asfalto o el monte, pero lo cierto es que esta leonesa de nacimiento, criada en Basauri desde que era un bebé, descubrió esta afición hace poco más de 5 años, en septiembre de 2014, animada por su marido Luisma y sus hijos Daniel y Maitane. Y desde entonces no ha dejado de mejorar sus tiempos, y de sumar triunfos y podios, como el segundo puesto en el Bilbao Night Marathon de la pasada edición, por delante de atletas infinitamente más curtidos.
Integrante del Club Atletismo Artunduaga, cruzó la línea de meta a sus 45 años junto con los otros seis componentes del equipo, entre ellos Mari Carmen Gartzia, a quien le dieron la tercera plaza en categoría femenina, con el mismo tiempo (3:24.29), a años luz de la campeona, la etíope Zeritu Begashaw, quien batió el récord de la prueba. «Estuvimos preparándonos durante dos semanas, y nuestro objetivo era llegar todos juntos. Al final lo conseguimos», relata. Para ella era su primera vez en la prueba nocturna. «Todo surgió después de hacer el maratón de Sevilla. Una compañera que trabaja conmigo me dijo que si nos apuntábamos para ir en equipo. Ya allí, en el kilómetro 7 se nos puso una bicicleta de la organización al lado y nos dijo que íbamos segunda y tercera. Alucinamos. ¡Qué presión! Pensábamos que igual con el frío y la lluvia no aguantaríamos, pero lo logramos«.
Semanas después esta enfermera del hospital de Galdakao aún se mostraba un tanto sorprendida por lo conseguido. Y es que hace no mucho solo vivía las carreras desde la barrera. «Solía acompañar a mi marido, que lleva en esto muchos años, y a mis hijos. Era la 'mochilera', la que se quedaba guardando todo. Siempre me decían que me animara. Yo solía salir a andar y un día dije, venga, vamos a mover las piernas. Corría 100 metros y me dolían un montón, pero lo intentaba de nuevo. Mi hijo me insistía para que corriera con aita y al final fue como empezó todo«, sonríe.
Ahora los cuatro ya han completado juntos alguna carrera popular, y el sueño tanto de Camino como de Luisma, compañeros de vida y de entrenamientos, es llegar a hacer un trail en familia. «De 21 kilómetros o así, o una maratón, aunque todavía les queda entrenamiento. La pequeña tiene 14 años». Los que ya son unos expertos son ellos dos. Para Alegre el 2019 ha sido uno de sus mejores años a nivel deportivo. «Y también el 2018. Ha sido importante por varios podios. Todavía no me lo creo«. Campeona de Bizkaia y de Euskadi en su categoría, en cross, reconoce que cada victoria «te sube un poco la moral», aunque su único objetivo cada vez que se pone en una línea de salida es «disfrutar». «El correr me da vida, libertad..., sobre todo en el monte. El día que más cansada vengo del trabajo es cuando mejor entreno, es como una válvula de escape«.
Más presión
Su secreto, el de esa irrupción tan exitosa en el mundo de las carreras, no lo sabe ni ella misma. «Ahora las piernas me van más rápido, pero no sabría explicar el motivo. Todos los ratos libres que tengo los dedico a entrenar, a subir al monte, o cuestas y escaleras. Lo que sí sé es que me pongo más nerviosa que antes, igual porque tengo más presión, pero solo al principio, luego ya me concentro en lo mío«. En su palmarés figuran en 2019 las victorias en distintos trails, como el Castillo Pedroso, el Villa de Comillas o el Desafío Dama Roja, entre otros. También fue segunda en el trail Cueto del Oso y en el Ecoparque de Trasmiera. »En 2018 lo gané. Fue una prueba muy especial para mí porque hacía poco que se había muerto mi madre, y fui pensando todo el tiempo en ella«.
«El correr me da vida. El día que más cansada vengo del trabajo es cuando mejor entreno. Es una válvula de escape»
Camino disfruta sobre todo corriendo en el monte, en las alturas. «Me gusta mucho más subir y bajar, y sobre todo el ambiente en las carreras de montaña. No tiene nada que ver, hay mucho más compañerismo y respeto«. De todas las pruebas en las que ha participado, las más exigentes han sido la Gurriana Trail, en Cantabria, con 48 kilómetros de recorrido, y la Runela Trail, en Burgos, de 73. En las dos estuvo junto a su marido. »En mis primeras carreras acabé llegando a la meta gracias a él. Le he podido llamar de todo«, bromea. »Es mi fiel escudero«.
Al final la leonesa le ha cogido tanto gusto a lo de correr que es ella la que le anima a él a dar un paso más. «En mi mente tengo pensado hacer carreras de muchos kilómetros, pero me dice que igual son demasiados«. Sueña con llegar a hacer algún día la Transgrancanaria. Mientras, ha cerrado el año a la carrera, en la San Silvestre de Galdakao. En 2020 ya tiene su primera prueba marcada en el calendario: el cross de veteranos de Muskiz el 12 de enero.