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Enara Val, que se declara «amante del deporte», llegó al squash después de practicar balonmano, atletismo y frontenis. JESÚS ANDRADE
«El squash empieza a repuntar en Vitoria»
Enara Val | Squash

«El squash empieza a repuntar en Vitoria»

El Nik celebra la quinta edición de su open femenino y mantiene viva la llama de un deporte que resiste a las modas de otros de raqueta

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Jueves, 10 de marzo 2022, 00:08

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En 2015, una veintena de mujeres creó un club de squash con un objetivo lúdico-social que permitiera dar continuidad a los cursos que oferta el Ayuntamiento. El Nik Squash suma ya cerca de treinta integrantes de edades diversas que empujan con su entusiasmo a que la disciplina no perezca frente al boom de otras semejantes como el pádel. El Free es la otra entidad local que practica la modalidad de raqueta, en su caso con cerca de 120 federados.

Enara Val es una de las impulsoras del club pionero que ha sabido atraer a mujeres a la práctica «exigente» de un deporte con poca o nula visibilidad, lamenta ella. «Es un hándicap. Si no tiene visibilidad, la gente lo desconoce y no se anima a probar», apunta esta vitoriana de 34 años, licenciada en Educación Física. Antes del squash tuvo su espacio para el balonmano y el atletismo. «En el club Barrutia estuve pasados los 20. Hacía pruebas combinadas y un poco de todo. También le he dado al frontenis. Soy una amante del deporte», afirma.

En los años 80 y 90, las pistas de squash eran frecuentadas por centenares de practicantes. Fue una moda devorada por el impuje, fundamentalmente, del pádel. «En chicos sí hay jugadores con más de 40 años y hasta de 65 que vienen de aquella época y no lo han dejado. Nuestro deporte tiene una parte más de ocio que competitiva. Se nota en los campeonatos de Euskadi, donde la afluencia no es tan grande», describe Val.

Con un trabajo en la sombra, la quinta edición del Open Vitoria-Gasteiz celebrado el fin de semana en las seis pistas del complejo Beti Jai de Mendizorroza, corroboró que el campeonato se ha consolidado y es ya un referente nacional. «Este año han sido treinta participantes venidas de Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana, Castilla y León y País Vasco. En ciudades como Valencia y Girona han seguido nuestra estela y nos han tomado como espejo. Es para estar orgullosas», afirma la joven mientras apunta que «hemos llegado a traer a 52 mujeres a Vitoria en ediciones anteriores del open».

Trabajo de cantera en colegios

El camino no se queda ahí. La supervivencia de la práctica deportiva pasa por inculcar en edades tempranas los fundamentos básicos. Darlo a conocer, en definitiva. «Desde el Free Squash están haciendo un gran trabajo en colegios. Fruto de ello es que ya hay niños y niñas que han decidido empezar a entrenar por las tardes. Es un comienzo para crear una base sólida que tome el testigo. Es una señal de que nuestro deporte empieza a repuntar en Álava», afirma la protagonista.

Con un conocimiento amplio de la técnica y la táctica, el falso mito de actividad lesiva para las rodillas se desvanece, argumenta. «Es verdad que puedes pasar de cero a mil como deporte anaeróbico que es, pero como otros tantos. El squah es exigente, pero también tiene mucho de táctico», añade la alavesa.

Aunque casi anónimos, en España hay jugadores que han sido 'Top 5' mundial como el gallego Borja Golán. Más curiosa resulta la historia de Xisela Aranda, siete veces campeona de España, que cambió la raqueta por el balón de fútbol a los 33 años y actúa en el Tenerife, de Primera Femenina.

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