Sarai Delgado: «El 'gusanillo' por competir nunca se pierde»
Líder del renacido proyecto del Gasteiz, mantiene un largo idilio con el tenis de mesa desde los 14 años
Olga Jiménez
Martes, 18 de agosto 2020
Sarai Delgado ha recuperado, a sus 31 años, la ilusión por competir. Enamorada del tenis de mesa desde los 14, la dedicación durante más de media vida a este deporte la convierte en una de las jugadoras referente en la capital alavesa. Capitaneará el valiente proyecto del club Gasteiz Tenis de Mesa con el patrocinio de Rodamientos Arizti, que retoma el equipo femenino después de dos años, cuando rozaron la gloria, a un paso del ascenso de la Superdivisión, la élite nacional.
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–Han pasado dos años en blanco después de estar a punto de ascender a la Superdivision. ¿Qué pasó para abandonar aquel equipo?
–Estuvimos cerca. Teníamos claro que íbamos a disputarlo, pero los equipos que competían venían con fichajes extranjeros y lo teníamos muy complicado, aunque lo luchamos. Perdimos, pero teníamos un nivel alto. El cansancio, la dedicación al trabajo... Fueron varios los factores que nos llevaron a aparcar el tenis de mesa. Llegó un momento en que era imposible mantenerse en esa liga. Había que compatibilizarlo con nuestros estudios o trabajos. Agotaba jugar todos los fines de semana con desplazamientos largos. Fue duro.
–¿Desgasta más un deporte tan técnico como el suyo?
–Puede ser. Desde luego, el tenis de mesa es un deporte muy técnico, aunque mucha gente piense que se juega en las calles, que coges una pala y te pones a darle. Si quieres progresar, debes aprender desde la técnica de piernas, tener muchos reflejos, hasta los tipos de golpes. Cuando ves un partido de gente que lleva tiempo, te das cuenta de que no es para nada sencillo. Se necesita mucho tiempo para adquirir un nivel competitivo.
–¿Qué le ha movido a retomarlo y formar parte de este nuevo proyecto del club Gasteiz?
–Estos años no me he desvinculado del todo del club ni del tenis de mesa porque he estado arbitrando y entrenando. Siempre te queda el ‘gusanillo’ de competir. Eso nunca se pierde. Por eso, a las más jóvenes siempre las he animado a que formaran parte de este proyecto porque es una categoría más asequible y, además, se juega por concentraciones, lo que significa que no tenemos que viajar todos los fines de semana. Es más compatible con la vida personal y laboral. Estos tres años han servido para que las chicas de la cantera se hayan preparado para jugar esta liga.
«Se necesita mucho tiempo para adquirir un nivel competitivo en este deporte»
«China es la referencia mundial, pero la distancia se va acortando algo»
–¿El objetivo es el ascenso o pesa más el fomentar la cantera femenina?
–Iremos viendo. Yo echaba mucho de menos competir y el resto también. No queremos ponernos altas expectativas. Debemos ir poco a poco, recuperando sensaciones. Estar activas y disfrutar, eso es fundamental para lo que venga después.
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Minoría femenina
–¿A qué obedece que haya tan pocas chicas en este deporte?
–No encuentro ninguna explicación. He sido entrenadora y sí que es verdad que las chicas, cuando se apuntan a los cursillos de iniciación, lo hacen con amigas. Influye mucho si la amiga lo deja; eso arrastra al resto. La exigencia de este deporte es un factor que influye. Es tan técnico que necesitas invertir tiempo y tener paciencia para ver resultados.
–¿El tenis de mesa de China sigue a años luz del resto?
–Te diría que la distancia se ha acortado algo. Es verdad que en China el deporte nacional es el tenis de mesa como en España es el fútbol. Allí, ellos lo viven desde pequeños. Pero en Europa, el nivel ha ido subiendo. Alemania es una de las selecciones con jugadores muy buenos. También Portugal. Te diría que pueden ser muy competitivos contra jugadores chinos. De momento, China es la referencia. En España, el jugador Álvaro Robles fue capaz de ganar una final mundial de dobles. Es un hito. Él entrena en Alemania y sus éxitos son fruto del trabajo y de la calidad de los entrenamientos.
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–¿Ser profesional del tenis de mesa es casi una quimera?
–Es prácticamente imposible vivir de este deporte en España. Solo unos pocos tienen ese privilegio. Es un deporte que tampoco mueve mucho dinero. No puedes vender entradas para los partidos, no hay apenas ingresos, con pocos patrocinadores. Es complicado arrastrar al público a los pabellones para que vean partidos.
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