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Igor Martín
Un rocódromo en la plaza de España para simbolizar el Día Mundial contra el Cáncer de Mama

Un rocódromo en la plaza de España para simbolizar el Día Mundial contra el Cáncer de Mama

La Federación Vasca de Montañismo y la asociación ASAMMA llevan a cabo esta iniciativa

Olga Jiménez

Jueves, 1 de enero 1970

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Nada como el deporte simbolizar que los retos suponen un esfuerzo y una lucha que tienen su recompensa. Cuando el objetivo es la propia vida, ya no hablamos de un juego. En el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, las emociones fluyeron en un escenario como el de la Plaza de España, donde un rocódromo se convirtió en la dificultad añadida hasta hollarlo y llegar a la cumbre. El binomio entre la federación vasca de montañismo y la asociación ASAMMA (Asociación alavesa de mujeres con cáncer de mama y/ginecológico) fue perfecto.

Por ese trazado de presas que se convirtieron en simbólicos pechos, se agarraron personalidades de la vida política vitoriana y deportiva, caso de las Gloriosas. Savia fresca de mujeres referentes y solidarias. Porque ellas a través del deporte, se expresan, reivindican, visibilizan y representan. «Venimos como club para mostrar nuestro apoyo a la causa porque nos incumbe como mujeres. Queremos mostrar nuestro respaldo. El rocódromo simboliza el esfuerzo y la lucha que tienen las personas que padecen esta enfermedad», comenta Mery, una de las jugadoras que mejor simboliza el sentimiento albiazul. A su lado, Maia y Laura asienten. Son nuestras niñas futbolistas, pero algunas ya saben lo que es vivir de cerca esta enfermedad. «Es un día importante. En lo personal lo he vivido por un familiar cercano. Y todo lo que sea ayudar para visibilizar la enfermedad es fundamental», apunta Maia. Apenas superan los 24 años de media en el equipo, y desgraciadamente, por porcentaje podrían padecer un cáncer de mama. Una de cada ocho mujeres es diagnosticada. El cáncer de mama es el que mayor porcentaje tiene de curación, llegando al 85 por ciento en muchos casos. Las cifras alientan, pero quien lo ha padecido, se lo lleva para toda la vida. «Esto no se olvida. Lo superas, te curas, pero nunca se olvida. Forma parte de ti. Se vive con ello en la cabeza y deja secuelas. La gente te escucha, pero no te entiende», comenta Begoña Uribe, 16 años después de pasar el trago amargo.

Ane Hernani y la fuerza para seguir

El rocódromo no cesa en su actividad. Entre las emociones que se comparten y se contienen, los apoyos se multiplican. La solidaridad nunca sobra. Y llega desde el ámbito político Zuriñe Elordi (Emakunde), Oskar Fernández (Irabazi), el teniente de alcalde Peio López de Munain , Ainhoa Domaica (Partido popular). Nadie se libra. Cuando el cáncer llama a la puerta, la sorpresa es infinita. La escaladora Ane Hernani representa la vitalidad. Hace cinco años tuvo un diagnóstico que le vino a contrapié. Lo asumió y afrontó con «todas las fuerzas y ganas de vivir». Sus hábitos saludables, su vida dedicada al deporte, tampoco esquivaron la maldita enfermedad. Hace diez años, la noticia cayó como una tormenta de granizo sobre Marisol Díez de Cerio, presidenta de ASAMMA. Al frente de la asociación compuesta por 140 socias afectadas, requisito imprescindible, los pasos en su lucha van encaminados a la prevención y el diagnóstico precoz. «En Álava hemos conseguido rebajar la edad de las revisiones y se están enviando cartas ya a mujeres de 45 años. Es importante, aunque nadie como una misma para conocer su cuerpo y a través de palpaciones diarias, actuar con celeridad si se detecta cualquier bulto y acudir al médico», apunta con insistencia, consciente de que aún falta mucha información al respecto.

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