María Ascasso, la deportista vasca para la que el reto olímpico se escapa a su bolsillo

Es la reina indiscutible de la esgrima en Euskadi. En la modalidad de espada, en la que el área válida de ataque es el cuerpo entero, María Ascasso (Vitoria, 1992) ostenta cinco títulos autonómicos, los tres últimos logrados de forma consecutiva, y nueve provinciales. A nivel nacional figura actualmente entre las 30 primeras del ranking, siendo la única vasca (también en chicos) que ha logrado clasificarse para un campeonato de España absoluto y para una cita internacional en su modalidad.

Un paso adelante que dio el pasado año y que refrendó esta temporada volviendo a estar presente en la Copa del Mundo y en el Circuito Europeo. En este último ha continuado haciendo historia a principios de este mes de noviembre al finalizar, en la localidad francesa de Colmar, entre las 16 mejores esgrimistas del continente, obteniendo elmejor resultado de la delegación española, compuesta por un total de 14 deportistas, 11 chicos y 3 chicas. Y eso que, como ella misma reconoce, pasó la primera fase «muy justita». «Estuve tirando bien, pero los resultados no lo reflejaban mucho. Éramos 132 y yo estaba la 128, así que me tocó luego contra la octava. Era consciente de que me iría después de eso a casa pero dominé el asalto desde el principio y gané». Repitió buenas sensaciones una jornada después, logrando colarse en el 'top 20', su mejor registro hasta el momento.

Para poder acudir a esta cita volvió a contar con el respaldo del Gobierno vasco, que ya la temporada pasada le concedió una ayuda, a través del departamento de Turismo, para poder sufragar los gastos y estar presente en dos de las pruebas disputadas en Suiza y Lituania. «Ésta no entraba en principio en el contrato, ya había terminado, pero lo he gestionado bien y me ha servido también para Francia». Un impulso sin el que le sería imposible seguir representando a Euskadi y a España fuera del estado, y por consiguiente continuar creciendo. «La federación no cubre nada, lo tenemos que pagar todos nosotros, y aquí vivir de la esgrima es imposible», lamenta. «Yo soy abogada pero trabajo en una notaría y lo que puedo lo destino a esto, pero hay otras muchas prioridades. Es frustrante saber que tienes nivel para ir a más pruebas internacionales, que te lo has ganado, pero no poder acudir porque no puedes asumir ese gasto».

Un freno que corta en seco muchas de sus aspiraciones. «Ir a los Juegos para mí está muy lejano. Para poder sacar los puntos suficientes tienes que participar en todo. Aún así, sería complicado, pero quién sabe, se podría intentar, pero en mi caso es imposible pelear por ello», declara, esperando poder encontrar patrocinios que la ayuden a continuar subiendo peldaños y a cumplir nuevos sueños.

Y es que la esgrima es para Ascasso todo. Un deporte que descubrió con 14 años, después de verlo por la televisión. «Comenté en casa que quería probarlo y mi madre me apuntó a unos cursos municipales que justo ofertaba el Ayuntamiento de Vitoria». Unas clases que curiosamente ella imparte ahora mismo, poco más de una década después. «La esgrima es un aprendizaje continuo, y un deporte bastante completo. A nivel físico se trabaja mucho la coordinación, la velocidad, y algo de fuerza, y psicológicamente la concentración, la planificación, es mucho de estrategia».

También dirige tres grupos de entrenamiento, dos de adultos y uno de txikis, en el Club de Esgrima Gasteiz (CEGA), en el que, pese a su juventud, es presidenta desde 2014. «Me tocó un poco de rebote, pero tengo que confesar que cuento con mucha ayuda. Hemos conseguido subir el nivel y lograr más socios (rondan los 80) y más material». Un deporte en el que la mujer siempre ha tenido menor presencia tanto en España como en Euskadi, aunque como reconoce, «cada vez se están animando más». «Al ser tan minoritario tenemos las mismas barreras que ellos».