Dina Abouzeid: «Me gustaría competir hasta los 80 años»

Dina Abouzeid ya puede presumir de que es campeona de España de bádminton a sus 41 años. Su amor y pasión por este deporte le han convertido en todo un referente en Vitoria, ciudad a la que vino hace quince por amor. A pesar de todos los inconvenientes con los que se ha encontrado para poder entrenar, derivados de la pandemia y sus restricciones, consiguió ir y vencer en Murcia, donde fue capaz de superar a dos jugadoras consolidadas dentro de su categoría máster. El deporte no tiene edad para lograr objetivos. El que la sigue la consigue.

–Retomó la competición hace cuatro años después de enfocarse más como entrenadora. ¿Es su mayor éxito como jugadora de bádminton?

–Sin duda. Estuve compitiendo a un nivel alto, después lo dejé durante ocho años por circunstancias laborales y familiares y me centré como entrenadora de parabádminton. Hace cinco años mi amigo Gustavo López –entrenador también en la Federación Española y miembro del club Bad Fly de Jaén– me fichó para jugar la liga y me animó a competir en categoría máster. También me animó a crear un club, por eso nació Just Badminton. Y hasta hoy, que he conseguido este oro que tiene un valor muy importante para mí, porque lo había preparado con mucho esfuerzo y trabajo y rodeada de un equipo de personas extraordinario.

–¿Cómo ha sido esta preparación marcada por la pandemia?

–Pues con muchos obstáculos. Para empezar, ni la Federación Alavesa ni la Vasca me quisieron firmar el documento que me acreditaba como deportista semiprofesional, a pesar de competir en un campeonato de España. A eso se añadieron las dificultades para tener pista de entrenamiento en Vitoria. Tengo que dar las gracias a la Fundación Estadio, que bajo todos los protocolos sanitarios me permitió preparar el campeonato con todas las facilidades, así como la ayuda de Josu Díaz de Alda, amigo personal y readaptador físico del Alavés, que me ha hecho de sparring con entrenamientos de calidad, y de Roberto como preparador físico. Han sido dos meses intensos, de mucha lucha, de muchas sesiones. Además de ir muy bien físicamente, también he estado muy fuerte de cabeza. Gané en el partido decisivo a Vanessa Serrano, mi bestia negra, a la que nunca había ganado. Todo ha merecido la pena y solo tengo palabras de agradecimiento.

–En su etapa de juventud vivió en Jordania, de donde es su padre, y tuvo opciones de haber sido olímpica. ¿Qué hubiese dado por ser profesional de este deporte?

–Es verdad. En Jordania, apuntaba. Pero con 20 años me casé y se cortó toda la evolución y mi vida fue por otro camino. Luego fui madre. Quizás, si con 15 años hubiese estado en España, y con más recursos, podría haber tenido la opción de ser profesional. Es difícil, porque es un deporte muy técnico y sacrificado. Por eso admiro tanto a Carolina Marín, Beatriz Corrales o Clara Azurmendi, que son las tres referentes en España. Han tenido que trabajar mucho, tomar la decisión de irse lejos de sus casas para estar en centros de alto rendimiento y sacrificar muchas cosas. Yo habría estado dispuesta. Creo que habría merecido la pena porque es el sueño de cualquier deportista.

–¿El deporte a partir de los 40 se disfruta más?

–Se disfruta, pero también se puede ser competitiva. Con una buena preparación física y, sobre todo, con mucha ilusión, se puede alargar la vida deportiva hasta donde te lo propongas. En este campeonato de veteranos en Murcia había una inscripción cercana a las 160 personas, buen número teniendo en cuenta el Covid. Pero el nivel ha sido alto, porque en mi categoría (B1-B2) estaban las dos mejores. Y en la categoría superveteranos había gente con 75 años. Yo quiero seguir en las pistas, por lo menos, hasta los 80 años (risas).

–Es la nueva seleccionadora de Álava de pádel. ¿Hay cantera en el territorio?

–Tengo un equipo de trabajo con otras tres chicas y cada una gestionamos el sector de edad correspondiente. Es un trabajo en equipo. Estoy muy ilusionada. Desde la nueva junta directiva de la Federación Alavesa de pádel me lo propusieron y no sé decir que no. Me hace mucha ilusión que se acuerden de mí a pesar de que dejé el pádel hace un par de años para centrarme más en el bádminton. Pero me saqué el nivel 1 de entrenadora y me empezó a entrar de nuevo el gusanillo del pádel. Así que espero poner todo mi trabajo para ayudar al pádel femenino alavés. Lo que sí he percibido es que hay un montón de mujeres que practican pádel y eso es ya una ventaja muy grande.