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Hiru Haundiak 2018: Begoña Crespo, la amona de la Hiru

La amona de la Hiru

A sus 70 años Begoña Crespo participará este sábado en la XXI edición de la Hiru Haundiak. Su meta es completar el recorrido y brindar con una cerveza en la llegada de Araia

M. VARGAS

Martes, 16 de octubre 2018, 00:54

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La Hiru Haundiak cumple 21 ediciones, pero para Begoña Crespo será la cuarta vez de una carrera a la que tiene «mucho cariño». Esta bilbaína de 70 años cuenta las horas para calzarse las zapatillas y recorrer los 100 kilómetros de una de las pruebas de ultra fondo más tradicionales de Euskadi.

La noche del viernes al sábado, cuando el reloj marque las 00.00, Begoña se pondrá en marcha junto con otros 1.700 participantes, de los que 170 son mujeres, y su objetivo es llegar a la meta de Araia antes de que se cumplan las 24 horas que marca la organización para completar el recorrido.

«Mi motivación es saber que mi hijo estará ahí cuando llegue»

«Soy la abuela de la carrera», admite Begoña, que a sus 70 años está llena de vitalidad «porque este tipo de pruebas le permiten compartir afición con su hijo Oihan. «Me espera en la meta, porque él llega antes, pero disfruto muchísimo. Mi motivación es saber que estará ahí cuando llegue».

Abogada urbanista, Begoña Crespo dio un giro a su actividad física poco antes de cumplir los 50. Comenzó a correr «porque ya los hijos me dejaban horas libres» y a los 50 años realizó su primer maratón. «He participado en los más importantes del mundo: Nueva York, Chicago, Boston, París, Londres y Berlín», recuerda, además de haber corrido tres veces el de San Sebastián «y otro en el desierto a favor del pueblo saharaui».

«Este tipo de carreras es 50% cabeza, por eso si tienes la decisión de llegar, probablemente llegues»

Pero sus meniscos no aguantaron este ritmo frenético y Oihan, su hijo, licenciado en Educación Física le aconsejó probar a correr en el monte. «En el asfalto me lesionaba mucho». Así, en 2012 participó en su primera Hiru Haundiak. «Me la preparé muy bien, pero se me rompió el menisco interno un mes antes». Aún así aguantó, acompañada de dos amigos de su hijo, y logró finalizarla. La siguiente edición, la de 2014, es la que recuerda con más satisfacción. «Disfruté mucho, fui sola pero la completé en veinte horas, fue mi mejor tiempo», recuerda Begoña.

En 2016, la Hiru Haundiak pasó de celebrarse de junio al mes de octubre, al igual que en esta edición. Este cambio de fechas hace que haya menos horas de luz, una circunstancia que no le satisface demasiado a esta aficionada. «No me gusta correr de noche», confiesa. Además, de la última edición no tiene muy buen recuerdo. «Acabé con mucho dolor, con los glúteos medio rotos», pero consiguió finalizar antes del cierre de carrera.

A pesar de estos inconvenientes, Begoña Crespo es una enamorada de esta prueba que pisa las cimas de los tres montes más altos de Euskadi. Desde la salida de Murguía, subirá el Gorbea, para luego continuar hasta el Anboto. «Luego paramos en Landa donde podemos reponernos, comer y cambiarnos de ropa, porque queda el Aitzgorri y hay que llegar a las campas de Urbia a tiempo, ya que es el último control. Desde ahí, otros 10 kilómetros de bajada, que los tendré que hacer con frontal. Y cuando llegue a Araia me tomaré una merecida cerveza después de estar 24 horas andando», relata con el recorrido totalmente memorizado.

Begoña hace otra recomendación. «Este tipo de carreras es 50% cabeza, por eso si tienes la decisión de llegar, probablemente llegues».

Begoña es recibida en la meta por su hijo Oihan en una edición anterior de la Hiru Haundiak FERNANDO J. PÉREZ

«Mis amigas me dicen que estoy zumbada»

Begoña Crespo entrena unas tres horas diarias. «El fin de semana voy a todas las marchas que hay por el monte y entre semana hago bicicleta, natación…», comenta. Pero asegura que hasta los 50 años «no hacía nada». Por ello, le gustaría ser ejemplo para otras mujeres de su edad. «Mis amigas me dicen que estoy zumbada, pero a la vez me demuestran su admiración. Muchas se han puesto a andar conmigo, vienen al monte. Me gustaría que sirviera de motivación a otras mujeres. Si yo puedo, es que es posible». Begoña, además, no deja de hacer planes y para el mes de septiembre de 2019 ya tiene plaza para la Ultra del Mont Blanc. «Hay un ambientazo impresionante y además así compartiré las vacaciones con mi hijo». Antes, le esperan 100 kilómetros este próximo sábado.

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