Estíbaliz Martínez: «Los valores del deporte permanecen siempre»

El deporte es el tema que el foro de ética, organizado por la fundación clúster de ética del País Vasco y la Fundación Vital, abordará esta tarde (aula Luis de Ajuria, 19.30 horas) con la presencia de Martín Fiz, José Manuel Esnal 'Mané', el doctor de sociología Juan Aldaz y la campeona olímpica Estíbaliz Martínez. La ex gimnasta, que consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, es instructora de Pilates en un estudio en Vitoria.

-¿Comparte el lema ético del barón de Coubertin: «lo importante no es ganar, sino haber competido bien», usted que ha logró un oro olímpico?

-En una competición, cada deportista sabe hasta dónde puede llegar y a qué puede aspirar. Y, efectivamente, para muchos lo importante es participar porque seguramente ni se esperaban estar en unos juegos olímpicos.

-En ese sentido, ¿haber llegado a Atlanta podría considerarse ya un triunfo?

-Todo es un proceso. En mi caso, primero me seleccionaron, pero siempre estaba la duda de si contarían conmigo hasta el final. Es una continua rivalidad. Y fue un triunfo llegar, no lesionarme y vivir esa experiencia, que es única.

-¿Está reñida la competición con el respeto a los valores éticos?

-Creo que competir es ser transparente. En una competición todos queremos ganar, pero sin perjudicar al resto. No se trata de ganar poniendo zancadillas por el camino. Y si el rival necesita ayuda, ¿por qué no le voy a prestar esparadrapo, en mi caso? No cuesta nada y eso no va hacer que ganes o pierdas.

-Su trabajo estaba sometido a la valoración de los jueces. Seguro que en más de una ocasión, les parecería injusta, ¿no?

-Sí, en alguna competición sí nos pasó que la puntuación que nos dieron no era la que merecíamos. Pero no queda más remedio que aguantarse y hacerlo mejor en la siguiente competición.

-Consiguió el oro con 16 años. ¿A esa edad ya tenía claros los valores del deporte?

-Los valores del deporte se aprenden en el día a día y son más claros de identificar en un deporte en equipo que en uno individual. Igual cuando eres pequeña no eres tan consciente, pero te empiezas a dar cuenta de que el trabajo tiene una recompensa final. Si has sido buena compañera, si has tenido respeto, si te has comprometido, todo esos valores se quedan para toda la vida. La medalla también, pero no deja de ser un momento puntual. Lo demás, permanece siempre.

-¿Maduró antes que las niñas de su edad por haber sido deportista de élite?

-El deporte me ha aportado experiencias que no hubiese tenido de otra forma. Aparte de la medalla, he sido afortunada por haber tenido unas vivencias únicas que pocas personas han disfrutado. He viajado, he conocido a mucha gente, he estado en una villa olímpica y quizás igual sí maduré antes. Cuando me retiré y volví a una vida normal, las chicas que me rodeaban tenían otras preocupaciones, pero también para mí había muchas cosas nuevas. Al final, han sido tiempos diferentes.

-¿Qué valores del deporte intenta inculcar ahora como madre?

-Tengo una niña de 4 años y le hago ver que es necesario ser constante y que si se compromete a hacer algo, que lo lleve adelante. Poco a poco, intentaré enseñarle más cosas.